Inmigración

“Saltar es gratis”

Varios inmigrantes intenta llegar a Melilla saltando la valla./ G.C
Varios inmigrantes intenta llegar a Melilla saltando la valla./ G.C

Una historia paralela vive la ciudad autónoma de Melilla. Doce kilómetros cuadrados en los que reina el bullicio y la normalidad pese al cóctel de 70 nacionalidades entre 80.000 habitantes. “Se habla de presión migratoria como si estuviésemos todos contra la pared, empujados por hordas de inmigrantes que nos aplastan, y resulta que nos enteramos de los saltos por las noticias”, comenta el abogado melillense José Alonso.

Aunque trabaja como defensor de derechos humanos en la ciudad, cree que los vecinos “son conscientes de la problemática de la alambrada, pero actúan como si no pasara nada”. Otros vecinos creen que al producirse los saltos por la noche o de madrugada y en zonas alejadas a la población –la frontera tiene 17 kilómetros de extensión– apenas se enteran. “No estamos todo el día viendo correr a negros”, apostilla con tono grave Alonso, aunque en los últimos años parece que esa es la imagen que se quiere dar de Melilla. En el último salto de la valla hace unos días lograron entrar de manera ilegal en la ciudad 150 subsaharianos. Los detenidos fueron a parar al centro de inmigrantes.

“Estamos cansados de que solo se hable de Melilla por este problema”, se lamenta Ana, una melillense que regenta un comercio en el centro de la ciudad. “La presión migratoria la notamos nosotros, pero no sentimos el apoyo del resto de España y de Europa”. Melilla se ha convertido en la escala principal de los inmigrantes subsaharianos para llegar a Europa. Su situación geografía permite que los inmigrantes puedan acceder a territorio europeo sin tener que cruzar el estrecho y pagar las costosas tasas de las pateras.

“Saltar es gratis”, asegura Eugène, camerunés de 29 años que saltó la alambrada el pasado lunes, y aunque dolorido en un dedo por la concertina de la valla, se encuentra bien. Ahora vive en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrante (CETI). “Aquí tengo lo necesario para vivir”, y aunque todavía no se ha comunicado con su familia, habla con aprensión de un viaje de dos años donde asegura que ha sufrido persecuciones, arrestos y calamidades, sobre todo en el monte que rodea a Melilla, el Gurugú. “La situación económica y social en Camerún es el motivo por el que cogí la carretera y vine aquí, tengo que ayudar a mi familia” manifiesta, satisfecho de haber podido llegar a Melilla.

Daniel N’Duaye enumera los países que ha tenido que recorrer hasta llegar. Cinco en total en su periplo de Camerún a Marruecos. Y en todos ellos ha tenido que pagar mordidas a funcionarios corruptos que le exigían dinero para dejarle pasar. Como Eugène, guarda un recuerdo horrible de su estancia en el monte Gurugú. “Los gendarmes marroquíes llegaban una y otra vez, nos molían a palos y nos robaban lo poco que teníamos”… Historias desesperadas, pero historias vivas.

Parte del reportaje que publiqué el pasado domingo para el diario de tirada nacional La Vanguardia

Ceuta

Amnistía pide explicaciones a España por las muertes en…

Entierro del último migrante parecido en las costas de Ceuta. / M.G
Entierro del último migrante parecido en las costas de Ceuta. / M.G

Tras la confirmación del ministro del Interior español de que la policía disparó balas de goma para intentar impedir la entrada de un grupo de inmigrantes en Ceuta, actuación que puede haber contribuido a que al menos 15 de ellos muriesen, Amnistía Internacional solicita una investigación independiente, efectiva y exhaustiva.

Los inmigrantes ahogados formaban parte de un grupo de unas 250 personas del África subsahariana que habían intentado alcanzar suelo español el 6 de febrero cruzando a Ceuta por mar desde el vecino Marruecos.

El jueves por la tarde, en una declaración al Congreso español, el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz confirmó que, el 6 de febrero, miembros de la Guardia Civil española utilizaron material antidisturbios, incluidas balas de goma, para detener a los inmigrantes que se dirigían a nado a Ceuta. Al menos 11 migrantes se ahogaron y un grupo de 23 personas que alcanzaron la playa fueron obligadas a cruzar la frontera y volver a Marruecos sin los correspondientes procedimientos formales.

En su comparecencia, el ministro afirmó que el material antidisturbios se había utilizado de modo que se asegurase que no alcanzaba a las personas que estaban en el mar.

“Independientemente de si los inmigrantes fueron alcanzados, corresponderá a una investigación independiente determinar si la Guardia Civil y las autoridades fronterizas actuaron adecuadamente. Los resultados de esta investigación deben hacerse públicos, y toda persona responsable de cometer violaciones de derechos humanos debe ser procesada”, ha declarado Jezerca Tigani.

El ministro de Interior español ha admitido que la Guardia Civil entregó a 23 personas, aprehendidas en las playas de Ceuta, a las autoridades marroquíes. Afirmó que esta actuación era legal, alegando que los inmigrantes no habían llegado a territorio español.

“Al margen de dónde se encontrasen, es evidente que las 23 personas estaban bajo jurisdicción española tras ser aprehendidas por los agentes de la Guardia Civil española. La actuación de los agentes españoles puede describirse como una operación de devolución forzosa informal, una práctica que consiste en obligar sumariamente a un grupo de inmigrantes a cruzar la frontera de vuelta. Las expulsiones sumarias de inmigrantes o las devoluciones forzosas informales sin darles la posibilidad de impugnar su expulsión constituyen una violación directa de las obligaciones contraídas en el ámbito internacional, de la Unión Europea y de España, y lo mismo ocurre con el rechazo de solicitantes de asilo en la frontera”, ha manifestado Jezerca Tigani.

Amnistía Internacional y ONG locales han documentado diversos incidentes previos en los que parece que las autoridades españolas han deportado sumariamente a personas inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiadas desde Ceuta y Melilla, que en ambos casos comparten frontera terrestre con Marruecos. La organización no tiene constancia de que se hayan iniciado investigaciones sobre estos hechos.

Andalucía

Concertina made in Málaga

Parte de las concertinas que no fueron retiradas por España en Melilla. / José Palazón
Parte de las concertinas que no fueron retiradas por España en Melilla. / José Palazón

Hace unos días el Ministerio del Interior de España ha iniciado las tareas de recolocación de las concertinas de acero en el perímetro fronterizo entre Melilla y Marruecos.

Tras las denuncias de distintas personas y colectivos, y tras demostrarse que causaban importantes lesiones, el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, se comprometió a quitarlas en 2006, fueron retiradas en 2007 y sustituidas por una sirga tridimensional.

Las concertinas o cuchillas fueron prohibidas tras los saltos que sufrió la alambrada y que causó numerosas víctimas a causa de sus afiladas puntas, pero ahora hemos descubierto que el fabricante de estas son la empresa malagueña European Security Fencing.

La compañía perteneciente a al Grupo Mora Salazar, y que visitó hace uno años el expresidente de la Junta de Andalucía, Pepe Griñán, es el único fabricante europeo de concertina y tiene clientes en los cincos continentes.

La empresa es especialista en la fabricación de cuchillas que se usan en puesto fronterizos de todo el mundo, y aunque no se ha precisado el gasto del ministerio en este elemento denunciado por las organizaciones internacionales, si han confirmado que se está usando el número 22.

Este tipo de concertina está compuesto de acero y con un grosor de 0,5mm, una longitud de cuchilla de 22mm y una separación de entre cuchillas de 34mm, está considerada como una concertina estándar de “gran efectividad y resistencia”.

La empresa vende a través de su web este tipo de concertina por 51,92 euros el rollo de 10-12 metros, por lo que si la valla tiene una superficie de unos 12 metrosel gasto sin instalación de la concertina superaría los 50.000 euros.

Ahora tras su instalación varios anónimos han pedido a través de la plataforma Change.org que el ministerio las vuelva a retirar ya que considera que usar estas cuchillas es “una salvajada, propia de seres sin escrúpulos, sin empatía y sin ninguna clase de amor hacia el prójimo”.

En pocas semanas los activistas han conseguido recopilar más de 20.000 firmas en internet.

Exteriores

España considera de «inaceptables» las palabras de Gibraltar en…

Paso fronterizo entre la Línea y Gibraltar. / S.R

El Gobierno de España ha considerado “inaceptables” las afirmaciones vertidas por el Ministro Principal de Gibraltar, Fabián Picardo, en su intervención del día 9 de octubre, en la IV Comisión de Naciones Unidas, por contener “falsedades notorias y graves injurias al pueblo español, a sus autoridades y medios de comunicación” según un comunicado de exteriores.

El Gobierno español ha reiterado que “actúa siempre dentro de la más estricta legalidad, cumpliendo con su obligación de luchar contra el contrabando y los tráficos ilícitos, las prácticas de blanqueo de dinero, las disposiciones fiscales que establecen distorsiones a la competencia en perjuicio de las empresas españolas y las agresiones al medio ambiente”.

Asimismo el citado comunicado ha reiterado que está firmemente decidido a seguir cuantas recomendaciones formulen las instituciones europeas para garantizar el cumplimiento de estas leyes.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha instruido al Representante Permanente de España ante la ONU para que presente una carta al Presidente de la IV Comisión expresando el más rotundo rechazo por tales afirmaciones e instándole a que adopte las medidas oportunas.

Igualmente, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha hecho llegar la correspondiente queja a la Embajada del Reino Unido en España, subrayando que intervenciones como las del Sr. Picardo “dificultan la solución de los contenciosos pendientes sobre Gibraltar, precisamente en un momento en el que España y el Reino Unido se han mostrado dispuestos al diálogo”.

Malí

“Nos quedamos aquí durante los bombardeos, no abandonaremos a…

El doctor de MSF Jose Bafoa en Gao (Malí). / MSF

En la norteña región de Gao, una media de 120 pacientes llega cada día a los centros de salud de Wabaria y Sossokoira, gestionados por MSF. Aunque la estación de las lluvias ha acabado, el 70 por ciento llega con malaria, una enfermedad parasitaria que causa altas fiebres y hace tiritar a los que la sufren. Pese a la guerra, la malaria es el auténtico enemigo al que están haciendo frente los médicos. Sigue siendo la principal causa de muerte en el país y es particularmente peligrosa para los menores de cinco años: muchos de ellos acaban muriendo.

“Desde que empezamos a trabajar en estos centros de salud, en septiembre del año pasado, hemos visto un número constante de pacientes. Hubo una pequeña bajada a mediados de enero con los primeros bombardeos y hace unos días a causa de los combates, pero la cantidad de personas que llega ahora a nuestros centros es de nuevo el habitual”, explica el doctor, quien añade: “Hay un hospital y diez centros de salud alrededor de la localidad de Gao, pero son para una población de 400.000 personas y nos dimos cuenta de que mucha gente no tenía acceso a servicios médicos. En el actual contexto de inseguridad, la gente se mueve y tiene menos recursos. Es muy importante darles atención de calidad y gratuita. Desde septiembre, hemos atendido a 16.000 pacientes”.

Las fuerzas francesas y malienses iniciaron una ofensiva el 11 de enero contra varios grupos armados del norte de Malí. En Gao, el grupo con mayor presencia es el Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental (Muyao), una escisión de Al Qaeda en el Magreb Islámico.

“La gente huyó por miedo a los bombardeos y las represalias. Algunos huyeron a países vecinos, pero otros se refugiaron en pequeños poblados o entre la maleza, donde las condiciones de vida son muy duras. Así que además de la malaria, hemos visto un aumento del número de pacientes que llegan con diarrea, enfermedades de la piel debido a la falta de higiene e infecciones respiratorias agudas a causa del polvo y el viento”, comenta el doctor Bafoa. “Están llegando cada vez más pacientes con hipertensión y gastritis, seguramente debido al estrés al que se han visto sometidos”, amplía.

El principal objetivo del proyecto es permitir a la población un mayor acceso a los servicios médicos y reducir así la tasa de mortalidad. De hecho, el doctor explica que antes de la intervención de MSF se registraban entre una y dos muertes a la semana en los centros de Gao y alrededores que ahora apoya. Desde octubre, solo se han registrado cinco muertes más. Lo mismo ha sucedido unos 100 kilómetros más al sur, en el hospital de Ansongo: desde la llegada de MSF, la tasa de mortalidad ha bajado del 8 al 1,2 por ciento.

En las vastas zonas desérticas del norte de Malí, acercar el tratamiento a los pacientes es otro elemento esencial del proyecto. Durante cuatro meses, los equipos móviles han acudido a zonas remotas, con la premisa de que si los pacientes no pueden venir a nosotros, nosotros iremos a ellos. Pero debido a la colocación de minas en la zona, MSF se ha visto obligada a suspender temporalmente la actividad de estos equipos móviles.

“A través de las clínicas móviles, por supuesto ofrecíamos atención primaria, pero también consultas prenatales para las embarazadas. No sabemos cuándo podremos reanudar estas actividades, pero esperemos que pronto”, dice el doctor.

MSF también abastece otros centros de salud comunitarios con medicamentos y otros artículos. Según el doctor Bafoa, el principal problema tanto en Gao como en Ansongo es la falta de suministros y de condiciones de trabajo adecuadas. “Además de formar y apoyar al personal médico nacional, hemos rehabilitado estructuras ya existentes. En el hospital de referencia de Ansongo, por ejemplo, restablecimos la electricidad y el agua corriente y ahora estamos rehabilitando el quirófano”, explica.

Libia

La ONU advierte que la seguridad de las fronteras…

El enviado de la ONU para Libia, Tarek Mitri. / ONU

La seguridad en las fronteras de Libia sigue siendo preocupante debido a la limitada capacidad de sus fuerzas públicas y al posible impacto del conflicto en Mali.
Así lo advirtió en un informe al Consejo de Seguridad el enviado de la ONU para Libia, Tarek Mitri, quien señaló que la situación en la zona este del país magrebí amenaza los esfuerzos del gobierno por lograr la estabilidad.

Mitri indicó que la proliferación de armas es alarmante y se registran asesinatos y ataques, sobre todo en el contexto de la resistencia que oponen algunos grupos armados a los intentos del gobierno de establecer su autoridad.

Del mismo modo, destacó el peligro que suponen los eventos en los países vecinos.

“La oposición de los grupos armados radicales a la intervención en Mali podría exacerbar la situación dadas las afiliaciones ideológicas o étnicas y dada la porosidad de las fronteras en Libia”, dijo.

En este sentido, agregó que las autoridades son concientes de ese riesgo y se han comprometido a proveer una mejor seguridad a la comunidad diplomática y a los ciudadanos de Bengasi.

Por otra parte, destacó que el proceso de redacción de la constitución ha ganado significado político en los últimos meses ya que los actores políticos y la ciudadanía ejercen presión sobre el Congreso Nacional para que apresure la nominación del grupo que se encargará de elaborar el texto.

Marruecos

¿Por qué le dicen Valla cuando quieren decir Alambrada?

La alambrada de Melilla a la altura de Beni Enza. / S.R

Estos días de estancia en Melilla he descubierto el verdadero significado y naturalidad con el que los habitantes de esta ciudad tienen a las técnicas de separación de la frontera con Marruecos.

Para los medios de comunicación esa frontera que cuenta con dos vallas de seis metros y protegida por unos 40 guardia civiles es la conocida como Valla de Ceuta y Melilla. Una estructura rígida de alambre que miles de personas ven y conviven con ella cada día.

Sin embargo, el término valla no es tan usado entre los melillenses, es más, José Alonso Sánchez, portavoz de la Asociación Pro Derechos Humanos de esta ciudad, asegura que no es una valla sino una alambrada. “Quieren llamarla valla cuando en realidad es una alambrada, y es que una valla puede ser de madera o ladrillo, pero esto es una frontera de alambre” comenta Sánchez quién cree que su terminología tiene un objetivo mediático.

Y el objetivo está más que conseguido, es más el término alambrada suena más a un concepto militar que a una técnica fronteriza, por ello la valla es un término más que extendido entre los profesionales de los medios de comunicación