Rescate a las políticas migratorias de la UE

Agentes del FRONTEX vigilan la costa de las isla italiana de Lampedusa. / FRONTEX

Con motivo del día internacional del migrante, Amnistía Internacional lanza una ciberacción “SOS Europa” para denunciar las políticas migratorias y su impacto en los derechos humanos de las personas migrantes, especialmente en relación a las políticas de detención, control de fronteras y acuerdos migratorios de cooperación entre países del sur de Europa y norte de Africa.

Y es que estos últimos años han sido los mas duros en políticas migratorias en la frontera sur del Mediterráneo, desde el inicio de las revueltas del norte de África y Oriente Medio, miles de personas refugiadas y migrantes intentaron llegar por mar a Europa en busca de seguridad y un futuro estable, a menudo en embarcaciones precarias, sobrecargadas y sin condiciones para la navegación.

En 2011, según datos del Consejo de Europa, al menos 1.500 personas perecieron ahogadas en el intento, entre las que había niños y mujeres embarazadas -el número podría ser mucho mayor, ya que no existen registros adecuados-. En lugar de tomar medidas para impedir esas muertes, como incrementar el número de operaciones de búsqueda y rescate, la UE ha aumentado la capacidad de Frontex -Agencia Europea para la Seguridad de las Fronteras- para fortalecer aún más el control fronterizo.

1500 personas perecieron ahogadas en el intento de llegar a los países mediterráneos de la organización supranacional

Durante el conflicto en Libia, Amnistía Internacional denunció que la OTAN no había rescatado a personas en situación de peligro en el mar, pese a que la principal justificación esgrimida para la intervención militar en ese país era evitar víctimas civiles.

Por su parte, Italia ha pasado por alto las violaciones de derechos humanos cometidas por las autoridades libias. Los inmigrantes devueltos desde Italia han sufrido detenciones arbitrarias y prolongadas, palizas y otros abusos de derechos humanos en Libia. A pesar de esto, las autoridades italianas han firmado acuerdos con Libia sin transparencia y sin garantías de que los derechos de las personas devueltas a este país no sean violados.

Amnistía Internacional también ha denunciado casos como la operación conjunta realizada en septiembre de 2012 entre Marruecos y España, para expulsar a los migrantes que habían llegado a la Isla de Tierra, al tratarse de expulsiones colectivas, prohibidas por los tratados internacionales -artículo 4 del Protocolo IV del Convenio Europeo de Derechos Humanos-, que obligan a los Estados a garantizar que las personas tienen la oportunidad de contar con un procedimiento individual en el que puedan oponerse o impugnar su expulsión.

Salto a Lampedusa

Fachada del Centro de Retención Administrativa de Marsella. / S.R
S. RODRIGO / MARSELLA

Son las diez y media de la mañana. Marsella. Muy soleado. En la sala de espera hay una mujer rubia fumando. Está esperando a su pareja Aiut.

Este joven de origen tunecino está siendo trasladado al juzgado para asuntos migratorias integrado en el Centro de Retención Administrativo de Marsella (CRA). Los agentes nos hacen pasar a la chica, testigo en el juicio, a mi compañero de Le Monde y a mí.

Cacheo ordinario como en todos los CRA de Europa. “Móviles, cámaras y grabadoras fuera” comenta el agente que nos permite entrar en el juicio pero que no nos quita el ojo de encima. La jueza nos menciona, “los periodistas no podrán hacer preguntas”.

Al minuto llega Aiut, este había sido detenido semanas antes en Gap, región francesa a menos de dos horas de la frontera con Italia, donde trabajaba desde hace seis meses como albañil pero sin legalizarse. Se le acusa de falsedad documental y de permanecer en el país sin documentación en regla.

Y es que Aiut fue uno de los miles de jóvenes que durante la Revolución de los Jazmines en Túnez tomó una patera para arribar a la isla italiana de Lampedusa. Allí permaneció durante meses y el junto a sus compatriotas originaron una de las peores crisis en la política italiana. Berlusconi, primer ministro en el momento, tomo la opción más rápida. Este otorgó documentos personalizados, similares a la tarjeta de residencia que les permitía durante varios meses moverse por toda Italia con el fin de volver a Túnez o regularizarse.

Aiut permaneció en Italia, y luego viajó a Francia. Solo viajaba con su documento italiano, ya caducado, pero la jueza asegura que su rostro no coincide con el documento, y no pose otro en su propiedad. Al parecer olvidó su pasaporte en Túnez.

El joven italiano apenas llega a los treinta años, y aunque logra defenderse, su abogado empeora las cosas basando su defensa en un caso humanitario, que la jueza desestima. Groso error ya que Aiut se mostro benevolente a la hora de acudir a su embajada para solicitar un pasaporte y hablar con su patrón con el fin regularizar su empleo.

Ahora Aiut tiene una orden de expulsión y tendrá que volver a Túnez, sino volverá a cometer otro delito y regresar a un CRA, donde estuvo internado y de donde otros internados no cuentan maravillas. Eso sí, en comparación con los andaluces el centro está pulcro, nuevo y con instalaciones recreativas, espacio muy alejados de los ruinosos edificios de La Piñera y Capuchinos.

Los secretos islámicos de Marsella

Musulmanes rezan el viernes cerca de la gran mezquita de Marsella. / I.E
Musulmanes rezan el viernes cerca de la gran mezquita de Marsella. / I.E

Entre sus calles se respira a mar mediterráneo, pero en sus callejones huele a comino usado por los restaurantes de origen magrebí que imperan en la ciudad. Marsella es barata y amable. Su gente suelen saludarse y el respeto impera entre los originarios de migrantes y los autóctonos.

A simple vista es una ciudad más del mediterráneo, calles estrechas, buena gastronomía y cultura de mar. Sin embargo, su pasado histórico la convierte en la capital económica de la Francia colonial y puedes trasladarte al norte de África cruzando entre sus avenidas.

Su gran puerto fue antaño, aún lo es hoy, el nexo de unión con las antiguas colonias de Francia en el norte de África y eje principal de conexión con Argelia y Túnez. Por ello no es de extrañar que la ciudad se asemeje más a la urbe de Argel que a otras ciudades mediterráneas del norte.

Su conexión con Argel, gran colonia francesa en el Magreb, han transformado a Marsella en una ciudad magrebí, muchos la llaman petit Magreb, y es que es fácil comprar los productos típicos de Argelia incluso las clásicas chilabas y babuchas. La gastronomía se asemeja, ya no solo por los vínculos de Francia y Argelia, sino también por el nexo del ferri entre Marsella y Argel.

En la actualidad Marsella es el escenario de uno de los mayores experimentos de integración religiosa del mundo, ya que sus vínculos con el norte de África, y en concreto con el Islam, le han forzado a convivir juntas las tres religiones monoteístas más extendidas.

Marsella es la segunda urbe más poblada de Francia y según datos demográficos podría convertirse dentro de pocos años en la primera ciudad de mayoría musulmana de Europa occidental. Y es que casi la mitad de los 850.000 habitantes de Marsella son musulmanes, la mayoría de origen argelino y tunecino.

Pero, Marsella es también una ciudad oscura y con fuerte tradición contrabandistas. Es muy habitual encontrar tabaco argelino entre sus calles, drogas blandas como hachís e incluso si profundizas puedes encontrar armas, 400€ por un Kalachnikoff.

Además, las segundas generaciones de hijos de migrantes se han convertido en los últimos años en ultranacionalistas, y en mi estancia en la periferia de la ciudad logré visitar un área chabolista de rumanos que fueron expulsado por los vecinos de origen magrebí, tras quemar su casas de maderas.

En definitiva, la agridulce Marsella es un símbolo de integración pero también un foco de desarraigo cultural que convive con la cultura mediterránea y las religiones, Marsella es un tamiz donde entra todo y siempre se mezcla.

Empeoran las condiciones de los inmigrantes en la nueva…

Migrantes detenidos en el centro de detención de Khoms. /AI

Los extranjeros indocumentados en Libia corren el riesgo de sufrir explotación y de ser objeto de detención arbitraria e indefinida, así como de palizas que en ocasiones equivalen a tortura, ha declarado Amnistía Internacional en una nueva publicación.

El informe, titulado Somos extranjeros, no tenemos ningún derecho, se basa en visitas de investigación realizadas a Libia entre mayo y septiembre de 2012, y examina la terrible situación de las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes en Libia.

Durante los 42 años de gobierno del coronel Muamar al Gadafi, los ciudadanos extranjeros —sobre todo los procedentes del África subsahariana— vivieron con la incertidumbre de unas políticas cambiantes y el temor a las detenciones arbitrarias, la reclusión indefinida, la tortura y otros abusos.

Tras el conflicto de 2011, su situación ha empeorado en medio del clima general de desgobierno, en el que hay poderosas milicias armadas que siguen actuando fuera de la ley y en el que las autoridades no atajan el racismo y la xenofobia, alimentados por la creencia generalizada entre los libios de que el depuesto régimen había recurrido a “mercenarios africanos” para aplastar la rebelión de 2011.

Las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas en Libia corren el riesgo de ser detenidas y encarceladas en la calle, en los mercados, en los controles de seguridad o en sus casas. Algunas son interceptadas cuando tratan de subir a barcos para ir a Europa o cuando atraviesan el desierto o el mar.

Algunos extranjeros son detenidos por la policía libia, pero la mayoría de ellos son capturados por milicianos armados. Los miembros de las milicias que practican estas detenciones a veces son violentos y confiscan teléfonos móviles, dinero y otros objetos de valor.

Los extranjeros también son vulnerables a la extorsión económica, a la explotación y a los trabajos forzados tanto dentro como fuera de los centros de detención. Su destino depende en gran medida de la suerte y de la buena voluntad de los libios con quienes se encuentran.

Se están empleando diversos centros de detención para recluir a los extranjeros, desde centros de “detención provisional” para migrantes irregulares hasta centros de detención improvisados, como campamentos militares o hangares.

Entre mayo y septiembre de 2012, Amnistía Internacional visitó nueve centros de detención en diferentes lugares de Libia donde, en el momento de las visitas, había alrededor de 2.700 extranjeros —incluidas mujeres embarazadas, mujeres con niños de corta edad y menores no acompañados recluidos junto con adultos desconocidos— detenidos por “delitos relacionados con la migración”.

España y Marruecos destacan el papel de las comisarías…

Las dos delegaciones han valorado de forma muy positiva el desarrollo de la OPE 2012. / Interior

El subsecretario del Ministerio del Interior, Luis Aguilera, y el gobernador y director de Migración y Vigilancia de Frontera del Reino de Marruecos, Khalid Zeroauli, han presidido, en la sede del Ministerio del Interior, la Reunión de la Comisión Mixta Hispano-Marroquí para evaluar la Operación Paso del Estrecho (OPE) 2012.

Luis Aguilera ha estado acompañado por el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalyk El Barkani Abdelkader; la subdelegada del Gobierno en Alicante, Lucía Andrés-Vázquez; y el director general de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior, Juan Díaz Cruz, junto a representantes de los ministerios, instituciones y organismos que han participado este año en la Operación Paso del Estrecho.

La Delegación de Marruecos ha estado presidida por el gobernador y director de Migración y Vigilancia de Frontera del Reino de Marruecos, Khalid Zeroauli, acompañado por otros altos cargos de la Administración marroquí y de la Fundación Mohammed V para la Solidaridad.

Durante el encuentro, ambas delegaciones han destacado la normalidad en el desarrollo de la Operación, así como el correcto funcionamiento que ha tenido el dispositivo diseñado, enmarcado en un Plan Especial de Protección Civil que dirige el subsecretario del Ministerio del Interior y coordina el director general de Protección Civil y Emergencias. En este Plan, se establecen las líneas de actuación para lograr que centenares de miles de ciudadanos magrebíes circulen por nuestro territorio nacional hacia su país de destino en las mejores condiciones posibles.

Desde el 15 de junio al 15 de septiembre han embarcado 2.003.195 pasajeros y 508.891 vehículos, lo que supone un 1,3% menos de pasajeros y un 3,4% vehículos menos respecto a 2011.

En la Fase de Salida, se registró un descenso del 5,3% en el número de pasajeros y de un 4,4% en el de vehículos, mientras que en la Fase de Retorno hubo un descenso del 2,2% en vehículos, pero un incremento del 3,1% de pasajeros. Estos datos hacen concluir que en esta Fase ha aumentado el número de personas por vehículo respecto a ediciones anteriores. Además, cabe destacar que el tránsito de autobuses por Algeciras se ha incrementado un 16% respecto a 2011.

Petit África

Un tranvía llega al suburbio de Saint Denis. / WP

La ciudad de París es la quinta más grande del continente europeo, sin embargo el motor de París es la Banlieue, el área metropolitana con las mayores aglomeraciones urbanas en la Unión Europea y donde su población supera los 16 millones de habitantes.

Dentro del área metropolitana hay alrededor de siete comunas súper pobladas, Saint Denis es una de las que más habitantes tienen de familias migrantes, por ello es normal que en la propia Isla de París o en otros barrios se conozca al departamento parisino como la Petit África.

Y lo cierto es que sus calles, generalmente seguras, cambia de manera radical desde que sales de la última parada de la línea 13 del metro de París. Hombres y mujeres de piel negra son mayorías, aunque los niqa’a (velo integro que llevan las mujeres musulmanas más conservadoras) y las barbas son también muy visibles entre sus calles.

Pero algo que cambia en este suburbio del resto de París, a parte de sus casas ruinosas y un fuerte olor a cañería en algunas zonas, es la tranquilidad, y es que las personas apenas corren de un lado a otro y es bastante común ver a los hombres charlar en grupo o jugar al dominó en los bares. Consecuencia importante puede ser que en 2006 la tasa de paro del barrio era del 20,3% superando fuertemente al desempleo nacional, incluso al de la Isla de París.

Pero Saint Denis, aparte de ser uno de los barrios más humildes y con menos renta per cápita, se caracteriza por ser tierra de migrantes, ya que todas las grandes olas de inmigración, sobre todo después de cada una de las guerras mundiales, se manifestaron en Saint-Denis, primero españoles e italianos entre 1920 y 1940, y los ciudadanos magrebíes (Sobre todo argelinos, tunecinos y marroquíes) después de la Segunda Guerra Mundial.

En datos del 2007 el 21% de la población era migrante, en general procedentes de países africanos, y es el suburbio parisino con más inmigrantes u originarios de la inmigración de París.

En los últimos censos obtenidos por la comuna de París el 22% de los migrantes de Saint Denis son de origen magrebíes, y el 16% del África subsahariana, estos últimos llegaron al final del periodo colonial y llegaron directamente a las fabricas de Denis.

Un dato relevante fue la fuerte industria de Saint Denis que hizo de este suburbio, a parte de la cuna de las migraciones, un bastión histórico de la izquierda francesa. Sin embargo, en los últimos años ha sido uno de los lugares donde el Frente Nacional, partido presidido por Jean-Marie Le Pen y uno de los partidos más conservadores y xenófogos de Francia, recibió más votos, y es que los francés originarios de los migrantes africanos son en general muy reacios a nuevas migraciones y extremadamente nacionalistas como se refleja en sus votos.

Denuncian las política de cierre de fronteras en Melilla

Vista de la alambrada de Melilla cerca de la ciudad fronteriza de Farhana. / S.R

Organizaciones civiles e internacionales, miembros de la red euro africana Migreurop, han rechazado públicamente la actuación policial en referencia a los saltos masivos producidos en las últimas semanas en la alambrada de Melilla.

Además, en un comunicado llaman la atención sobre la responsabilidad del gobierno español en esta situación. “Las personas migrantes que vienen protagonizando estos acontecimientos se ven abocadas a esta dramática situación ante la completa imposibilidad de acceder a territorio español por cualquier vía legal”. Y es que el Gobierno español ha establecido la necesidad de visado a todos los nacionales que provengan de cualquier país africano, y la inmensa mayoría de solicitudes de visado son denegadas.

Según el comunicado de Migreurop la política de cierre de fronteras es un “fracaso” ya que los flujos migratorios es un proceso natural de la historia del hombre. “Siguen y seguirán llegando más migrantes porque se les cierra cualquier otra puerta”.

Estos aseguran que se violan sistemáticamente los derechos de los mgirantes por parte de las autoridades y cuerpos policiales marroquíes, que no sólo cometen con ellos todo tipo de abusos sino que, en muchos casos, son arrojados al desierto en la frontera marroquí quedando expuestos a todo tipo de penurias, a merced de delincuentes y con riesgo de perecer. El gobierno español es cómplice de esta situación cuando impide el acceso de estas personas a nuestro país y cuando las entrega a Marruecos, como ocurrió recientemente en la isla Tierra, o como ocurre constantemente en las puertas de la valla melillense por parte de la Guardia Civil, según denuncia asociaciones de migrantes.

Por su perte, la delegación del Gobierno en Melilla y la Secretaría de Estado de Seguridad, conjuntamente con la Dirección General de la Guardia Civil, acordaron reforzar la plantilla de la Benemérita en Melilla con tres Módulos de Intervención Rápida (MIR) de los Grupos de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil. En total, 63 guardias civiles, repartidos en tres grupos de 18 agentes y tres mandos por cada MIR.