Inmigración

Más de 150 subsaharianos logra sortear la valla de…

Los inmigrantes que esta mañana han logrado llegar a Melilla. / O.M
Los inmigrantes que esta mañana han logrado llegar a Melilla. / O.M

Alrededor de 150 inmigrantes de origen subsahariano han logrado hoy acceder a Melilla tras protagonizar, junto con un centenar más, un salto a la valla fronteriza sobre las 6.30 horas de esta madrugada.

El salto, protagonizado por unos 250 inmigrantes, de los que 100 quedaron en el lado marroquí bajo custodia de las fuerzas de seguridad del vecino país, se llevó a cabo por la zona conocida como Villa Pajares, ubicada en el tramo comprendido entre Barrio Chino y la frontera de Beni-Enzar.

No se tiene constancia de heridos entre los agentes de la Benemérita, pero sí entre algunos inmigrantes. En concreto, a las 11.45 horas de esta mañana, 5 de ellos ya habían sido atendidos en el Hospital Comarcal de contusiones diversas y posible fractura o esguinces en algún caso, a esa misma hora, 2 de ellos ya habían sido datos de alta.

También algunos fueron atendidos de contusiones en el CETI, en ningún caso por cortes de concertina, según ha precisado un comunicado de la Delegación del Gobierno.

Según ha transmitido la Guardia Civil, en el salto, los inmigrantes “actuaron de manera muy coordinada para lograr sortear un sistema anti-intrusión”, en el que una vez más participó, junto a los efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla, el helicóptero destinado al control fronterizo y un módulo de la Agrupación de Reserva y Seguridad igualmente presente en la ciudad para el refuerzo de la vigilancia de la frontera.

Gran parte de los inmigrantes, una vez rebasaron la valla, se dirigió conjuntamente hacia el CETI, coreando cánticos y consignas de victoria. Una vez allí, tumbaron la verja de acceso de vehículos rodados, al intentar entrar prácticamente al unísono al Centro de Estancia Temporal, haciendo uso de la fuerza.

De hecho, el equipo de seguridad que se encontraba a las puertas del centro, tratando de contener a estas personas para que la entrada se produjese de manera ordenada, no pudo con ellos, motivo por el que acabaron rompiendo la barrera de acceso.

También colaboró Cruz Roja, que bajó de lo alto del vallado, en concreto de la verja interior o más próxima a Melilla, a un grupo de 5 subsaharianos que quedó allí encaramado.

Ceuta

Amnistía pide explicaciones a España por las muertes en…

Entierro del último migrante parecido en las costas de Ceuta. / M.G
Entierro del último migrante parecido en las costas de Ceuta. / M.G

Tras la confirmación del ministro del Interior español de que la policía disparó balas de goma para intentar impedir la entrada de un grupo de inmigrantes en Ceuta, actuación que puede haber contribuido a que al menos 15 de ellos muriesen, Amnistía Internacional solicita una investigación independiente, efectiva y exhaustiva.

Los inmigrantes ahogados formaban parte de un grupo de unas 250 personas del África subsahariana que habían intentado alcanzar suelo español el 6 de febrero cruzando a Ceuta por mar desde el vecino Marruecos.

El jueves por la tarde, en una declaración al Congreso español, el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz confirmó que, el 6 de febrero, miembros de la Guardia Civil española utilizaron material antidisturbios, incluidas balas de goma, para detener a los inmigrantes que se dirigían a nado a Ceuta. Al menos 11 migrantes se ahogaron y un grupo de 23 personas que alcanzaron la playa fueron obligadas a cruzar la frontera y volver a Marruecos sin los correspondientes procedimientos formales.

En su comparecencia, el ministro afirmó que el material antidisturbios se había utilizado de modo que se asegurase que no alcanzaba a las personas que estaban en el mar.

“Independientemente de si los inmigrantes fueron alcanzados, corresponderá a una investigación independiente determinar si la Guardia Civil y las autoridades fronterizas actuaron adecuadamente. Los resultados de esta investigación deben hacerse públicos, y toda persona responsable de cometer violaciones de derechos humanos debe ser procesada”, ha declarado Jezerca Tigani.

El ministro de Interior español ha admitido que la Guardia Civil entregó a 23 personas, aprehendidas en las playas de Ceuta, a las autoridades marroquíes. Afirmó que esta actuación era legal, alegando que los inmigrantes no habían llegado a territorio español.

“Al margen de dónde se encontrasen, es evidente que las 23 personas estaban bajo jurisdicción española tras ser aprehendidas por los agentes de la Guardia Civil española. La actuación de los agentes españoles puede describirse como una operación de devolución forzosa informal, una práctica que consiste en obligar sumariamente a un grupo de inmigrantes a cruzar la frontera de vuelta. Las expulsiones sumarias de inmigrantes o las devoluciones forzosas informales sin darles la posibilidad de impugnar su expulsión constituyen una violación directa de las obligaciones contraídas en el ámbito internacional, de la Unión Europea y de España, y lo mismo ocurre con el rechazo de solicitantes de asilo en la frontera”, ha manifestado Jezerca Tigani.

Amnistía Internacional y ONG locales han documentado diversos incidentes previos en los que parece que las autoridades españolas han deportado sumariamente a personas inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiadas desde Ceuta y Melilla, que en ambos casos comparten frontera terrestre con Marruecos. La organización no tiene constancia de que se hayan iniciado investigaciones sobre estos hechos.

Ceuta

Instan a la Comisión Europea condenar a España por…

Inmigrantes en la frontera del Tarajal de Ceuta. / Twitter
Inmigrantes en la frontera del Tarajal de Ceuta. / Twitter

La muerte de al menos 13 personas en su intento de entrar a la Ciudad Autónoma de Ceuta, ha vuelto a poner en duda la eficacia de los muros de la UE. Los inmigrantes subsaharianos trataban de cruzar la frontera española a nado y fueron recibidos con gases lacrimógenos y pelotas de goma por parte de las fuerzas de seguridad del Estado español.

Motivo por el que Izquierda Unida ha presentado en el Parlamento Europeo una pregunta dirigida a la Comisión instando a que intervenga y exija a España que respete el derecho a la vida y la salud de los migrantes que se arropan en sus fronteras, así como que legisle a nivel europeo para obligar que los Estados miembros se vean obligados a proteger la vida de las personas migrantes.

«No podemos tolerar más muertes. En esta ocasión, las Fuerzas de Seguridad del Estado se han visto salpicadas por unas órdenes que han provocado la muerte de al menos 13 personas. Los inmigrantes no son criminales y no es admisible escuchar como el Delegado del Gobierno criminaliza a unos seres humanos que huyen del hambre y la miseria», sostuvo el eurodiputado de IU.

Izquierda Unida en España ha exigido la dimisión del Ministro del Interior al que considera culpable de las citadas muertes. A nivel de la Unión Europea IU va a emplear todos los instrumentos en su mano para que las instituciones europeas no puedan seguir desentendiéndose de la actitud criminal de algunos Estados miembros que no protegen la vida de los migrantes.

Willy Meyer ha insistido: «Llevamos trabajando mucho para que desde Bruselas se le exija a los Estados miembros de la Unión Europea que protejan la vida de los inmigrantes irregulares, estén o no sometidos a un procedimiento de retorno». «Estas muertes no son accidentales sino que son el producto de los muros de esta Europa fortaleza en la que desean convertir a nuestro continente».

«No podemos olvidar cómo nuestros jóvenes están abandonando España para labrarse un futuro en otros países. Estas 13 víctimas han cometido el mismo delito que estos miles de jóvenes españoles: abandonar su país hacia otro para buscarse el pan. Un pueblo debe tratar a los otros tal y cómo espera que los suyos sean tratados y ante esta masacre no podemos guardar silencio», concluyó el eurodiputado.

Por su parte, la asociación Migreurop ha exigido la creación de una comisión parlamentaria que investigue las prácticas policiales en el control de los pasos fronterizos de Melilla y de Ceuta.

Inmigración

Una familia malí

Varios trabajadores de la aceituna en la casa de su patrón junto a la chimenea tras un día de recolección. / Sergio Rodrigo
Varios trabajadores de la aceituna en la casa de su patrón junto a la chimenea tras un día de recolección. / Sergio Rodrigo

«Antes no trabajábamos en el campo, en Malí trabajaba en un hotel, podría vivir allí pero tengo hijos y mujer, quiero darles lo mejor», así justifica su estancia en España Keita, un inmigrante malí que llegó hace casi diez años a la provincia de Jaén, donde comenzó a trabajar con un patrón del pueblo y sus familiares que también tienen terrenos.

Los olivareros de la zona dicen que hace diez años nadie quería trabajar y eran los «morenos», así conocen a los subsaharianos en el pueblo, los que comenzaron a recolectar la aceituna. Keita fue uno de los primeros que llegó al pueblo a trabajar en esta cosecha y tras la campaña se quedó realizando otras labores anuales en los olivares.

Ganó la confianza de su patrón, que lo trata como un hijo y «Es él quién nos lleva a su casa», comenta. Viven en la vivienda del difunto padre de su patrón, unos siete se han instalado y la mayoría han llegado gracias a él. «Este es mi primo, y este mi hermano», señala Keita emocionado junto a su patrón, él les entregó los contratos para que estos pudieran llegar a Jaén sin tener que tomar las medidas arriesgadas de muchos compatriotas.

Y es que en esta casa no solo viven ellos. Hay muchos amigos y paisanos que vienen tras la larga jornada en el campo a pasar un rato junto a sus amigos, muchos viven en otras casas de patrones, pero algunos duermen en las calles.

Mañana no hay campo, ha llovido y el terreno está húmedo, por lo que la noche será larga. Hace frío en la calle y uno de ellos ha cocinado arroz. Otros preparan el fuego para estar calientes durante la noche, un compañero ha traído películas de Malí por lo que la familia estará hoy entretenida.

A esta casa han llegado en pateras, balsas de plástico, cayucos, aviones, saltos fronterizos e incluso debajo de un camión. Pero nadie habla de eso, las penas se pasaron en el camino, ahora solo piensan en trabajar.

Muchos ganan sobre 50 euros al día, descontando los impuestos, una cantidad insólita para sus familiares que siguen en Malí. Allí un sueldo mensual no llega a esa cifra, por lo que dos días de trabajo simbolizan mucha cantidad para sus familiares.

Este es el único impulso que levanta cada mañana a estos temporeros de la aceituna, que han llegado a Jaén a recolectar el aceite que luego se repartirá por el mundo y ha sido calificado como uno de los mejores.

Esta familia lamenta que la situación de crisis haya afectado tanto a los españoles, pero no justifica las críticas hacia ellos ya que no creen que roben ningún trabajo a nadie, es más están convencidos de que llegaron a hacer un trabajo que nadie hacía y tras diez años están más que cualificados.

Reportaje publicado en los periódicos del Grupo Joly

Andalucía

Los temporeros de la estación

Un temporero duerme en la estación de autobuses de Úbeda, con su tendida en un árbol. / José Antonio Bautista
Un temporero duerme en la estación de autobuses de Úbeda, con su tendida en un árbol. / José Antonio Bautista

En la cafetería de la estación discuten varios hombres sobre la situación del pueblo, a su alrededor hay varios africanos agotados del campo tomando café y charlando. Vienen a la oliva, pero no todos logran trabajar en ella, muchos acaban mendigando ante la falta de instalaciones. Es un caso cada vez más habitual durante la campaña de la aceituna.

La provincia de Jaén es uno de los territorios más vastos del mundo en producción de aceite de oliva. Y aunque no siempre fue así, con el paso de los años se ha convertido en un motor económico, que recurrió de la población extranjera para su recolección ante la poca mano de obra local.

La situación provoca que cada año sean más los inmigrantes, sobre todo procedentes del África subsahariana, que vengan a pasar varios meses a la provincia de Jaén. Se encuentran en casi todos los pueblos, la mayoría duermen en la calle, y si no están bajo el olivo vareando, transportan sus grandes bultos de pertenencias.

La situación se vuelve especialmente particular en la ciudad de Úbeda. Más de 200 migrantes se reúnen por la mañana en la estación de autobuses del municipio a la espera de un patrón que les ofrezca trabajo en alguna finca. Éste, como si fuese a casa a recoger a sus temporeros, lo hace a las puertas de la estación.

Los inmigrantes usan la estación como su armario: depositan sus pertenencias que se vigilan de unos a otros, hasta que sus compañeros llegan por las tardes de recoger la aceituna. La mayoría vive en las calles, donde las temperaturas nocturnas llegan a los bajo cero durante la campaña de la aceituna, pero nadie les alquila una vivienda, muchos patrones no tienen casas donde alojarlos, y el Ayuntamiento no abre instalaciones públicas para ellos.

Exhaustos del campo, tienen ahora que enfrentarse a la dura tarea de encontrar el lugar más cálido de la ciudad, ya que sus pertenencias deben salir durante la noche de la estación. Los cajeros, cocheras y parques son los más habituales. Muchos están acostumbrados al frío, algunos han pasado largas temporadas escondidos en los montes de Marruecos, pero el riesgo sigue siendo mortal.

La mayoría se alimenta en los comedores abiertos por Cáritas y la Cruz Roja, así lo ha asegurado a este medio Gerard, inmigrante malí. «Yo trabajo en la aceituna, pero no tengo donde vivir, aquí en la estación es desesperante, llevo semanas sin ducharme y mi ropa está sucia» denuncia este temporero que viene cada año de Francia, donde trabaja en la construcción, para la recogida de la aceituna.

Gerard cree que la población en el pueblo es racista y acusa a las instituciones de no abrir un lugar para acogerlos a todos. Los vecinos se ven enfrentados por la situación, incluso entristecidos por verlos en la calle. Algunos de ellos han pedido al Ayuntamiento de Úbeda, gobernado por el Partido Popular, que abriese las puertas del polideportivo municipal ya que el albergue para temporeros está completo.

PUEDES CONTINUAR LEYENDO EL REPORTAJE EN LOS PERIÓDICOS DEL GRUPO JOLY

Inmigración

1000 en 24h

El radicalismo ante estas personas se incrementa en un discurso político peligroso que olvida nuestros errores históricos y afecta significativamente al electorado europeo
El radicalismo ante estas personas se incrementa en un discurso político peligroso que olvida nuestros errores históricos y afecta significativamente al electorado europeo

Agentes de la Capitanía de Puerto y de la Marina italiana han rescatado en el mar Mediterráneo en solo 24 horas a más de 1.000 inmigrantes que partieron del continente africano cuando intentaban alcanzar las costas del sur de Italia en precarias embarcaciones.

La Marina italiana ha informado de las operaciones de rescate que han llevado a cabo desde que comenzó 2014, con 823 inmigrantes socorridos ayer a 80 millas al sur de Lampedusa en cuatro barcazas, a los que hay que sumar los 233 indocumentados del primer día del año.

Entre los últimos migrantes socorridos se encuentran 23 mujeres y 46 menores de edad, provenientes en su mayoría de países africanos y asiáticos, como Egipto, Pakistán, Irak y Túnez.

El origen de estas personas y el punto de partida denotan que la situación humanitaria de los países de origen siguen afectando el flujo migratorio, y que la mala gestión del nuevo estado en Libia ha facilitado la contratación de viajes peligrosos hacia el sur de Italia.

El radicalismo ante los inmigrantes se incrementa en un discurso político peligroso que olvida nuestros errores históricos y afecta significativamente al electorado europeo

El dato se conoce justo el día en el que el eurodiputado alemán Elmar Brok, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, ha propuesto la repatriación de los inmigrantes del Este que acuden a Alemania huyendo de la pobreza y el registro de sus huellas dactilares para impedir que vuelvan a intentarlo.

El radicalismo ante estas personas se incrementa en un discurso político peligroso que olvida nuestros errores históricos y afecta significativamente al electorado europeo de cara a la campaña de los próximos meses.

No obstante, esta problemáticas que va en aumento no tiene previsto solucionarse, de momento, por las autoridades comunitarias que insisten en fortalecer sus fronteras sin reconocer el estatus de estos individuos que no viajan sino huyen del conflicto.

1000 en 24h no simboliza un record para las autoridades italianas, que efectivamente han evitado otra tragedia como la vivida a finales de 2014, el dato simboliza un crecimiento notable de las migraciones en el mediterráneo que comienza el año con más de 1000 personas arriesgándolo todo en la mar.

1000 en 24h tampoco simboliza un empeoramiento la situación en el continente africano, sino las carencias en políticas migratorias de una unión caracterizada en el mundo por su modelo de libre circulación.

Un modelo empecinado en mirar al centro y dar la espalda.

Inmigración

Carne de la mar

Balseros subsaharianos frente a las costas de Tarifa. / S.M
Balseros subsaharianos frente a las costas de Tarifa. / S.M

Miles de personas se juegan la vida en el mar mediterráneo convirtiéndose en carne para una mar agresiva cuyo oleaje vence las del humano que cruza bajo neumáticas que son devoradas ante el fuerte oleaje y cuyo propietario parece ser el capital.

Un mar repleto de cadáveres que hacen del mediterráneo el mayor cementerio líquido de la historia de la humanidad y cuya solución es forrar a los países del norte de áfrica para que frenen los movimientos migratorios.

Al otro lado de la orilla sur erigen muros violentos que pretenden frenar pero que solo ocasionan más víctimas, volcando a estos jóvenes «aventureros» a ser de nuevo carne de una mar.

Las migraciones no se combaten como decía el primer ministro italiano Letta o el ministro del interior español, las migraciones son naturales y sino que se lo digan a los centenares de miles de griegos, portugueses o españoles que pasean con títulos de segunda en Inglaterra, Alemania o Francia.

Personas que sueñan con una mejor vida para ellos y sus familias, personas que huyen de guerras y hambrunas, no se pueden combatir. Se combaten las hambrunas y las guerras.

Reitero. El sueño se ve ahogado en la mar mientras los responsables políticos europeos y sus cómplices magrebíes se gastan miles de euros robados que obtienen de tases de minerales, pescados o frutos que tren del continente africano.