Malí

La recuperación de Tumbuctu anima al regreso de los…

Militares malienses combaten cerca de la ciudad de Tumbuctu. / Defense

En Malí la rápida evolución de la situación en el norte del país ha alimentado la esperanza de muchas personas desplazadas para poder retornar a sus hogares pronto. Teniendo en cuenta que los números de refugiados son un termómetro de la situación, ACNUR sigue observando que los refugiados continúan huyendo hacia países limítrofes.

En la capital, Bamako, los equipos de ACNUR han entrevistado a familias desplazadas que dicen que están listas para retornar a sus hogares en las regiones de Gao, Tombuctú y Kidal, tan pronto como las carreteras del norte se vuelvan a abrir. El servicio de autobuses a Gao y Tombuctú se suspendió por el conflicto.

Las compañías de autobuses en Bamako confirman que están recibiendo peticiones por teléfono de personas que les preguntan sobre cuándo se reanudarán las líneas regulares que van hasta Douentza, en Gao, y a Tombuctú. Los autobuses actualmente sólo llegan hasta Mopti y Sevare.

Mientras que algunos de los desplazados están a deseo de volver a sus casas, siguen llegando informes sobre inestabilidad y ataques revanchistas que están disuadiendo a otros. La información que llega de los medios y otras fuentes muestra que los tuareg y las minorías árabes en particular, están siendo objetivo de ataques porque se les percibe como grupos de apoyo a los rebeldes, que han sido acusados de graves abusos contra la población.

La escasez de alimentos, gasolina y electricidad, así como la interrupción de los servicios básicos como la asistencia sanitaria y la educación, también son citados por los desplazados, que prefieren de momento esperar y ver cómo evoluciona la situación antes de regresar al norte.

La presencia de minas antipersona y artefactos sin explotar es otro motivo de grave preocupación, tanto para la población civil como para las agencias humanitarias que tratan de ayudarles. Algunas personas desplazadas han informado a los equipos de ACNUR que sus casas han sido destruidas o fuertemente dañadas en la zona norte, y que necesitarán ayuda para poder arreglarlas o reconstruirlas. Las familias que tienen a sus hijos en las escuelas de Bamako prefieren esperar para retornar hasta que termine en junio el curso escolar.

Las condiciones de vida para los desplazados internos en el sur son precarias. Las familias carecen de medios para alquilar casas y duermen a la intemperie o debajo de porches. Particularmente los niños están padeciendo el frío de la noche, incrementándose las posibilidades de contraer gripes y enfermedades respiratorias ya que están expuestos al viento y las tormentas de arena.

Una de las quejas principales que plantean las personas desplazadas es la falta de asistencia del Gobierno y de las agencias humanitarias. La gente carece de mantas, tiendas, mosquiteras, ropa y material escolar para los niños. Muchos menores van al colegio con el estómago vacío y sus padres no tienen recursos para comprar comida. Muchas familias desplazadas sobreviven gracias a la generosidad de sus vecinos, que están recogiendo dinero para ellos, para que puedan pagar sus alquileres y comprar alimentos.

Magreb

ACNUR advierte sobre los peligros de la «inacción» en…

Dos niñas refugiadas por el conflicto en el norte de Malí en un campo de Burkina Faso. / ACNUR-H.Caux

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, ha instado a la comunidad internacional a aumentar los esfuerzos para lograr la solución política de la crisis en Malí, advirtiendo que la región completa podría verse afectada si no se aplican medidas más firmes.

“Hoy Mali importa más que nunca”, enfatizó Guterres en un editorial publicado por el New York Times el martes. Observó, además, que la atribulada nación africana ya no era un lugar mítico aislado, susceptible a ser ignorado y escribió que “la crisis política y la fragmentación estatal en Malí representan una amenaza significativa para la estabilidad política de la región”.

Las múltiples crisis que se desarrollaron paulatinamente dentro y fuera de Malí, escribió, fueron “conformadas por la convergencia de tendencias que resuenan más allá de la región”. Éstas incluyeron la inseguridad alimentaria y la desertificación, estrechamente relacionadas con el cambio climático, y el incompleto proceso de democratización marcado por la exclusión social y el crecimiento de una población de gente joven con acotadas oportunidades de trabajo.

Guterres advirtió que la crisis en Malí, si continúa desatendida, podría “crear un arco de instabilidad extendiéndose hacia el oeste por Mauritania y al este por Níger, Chad y Sudán hasta el Cuerno de África y el Golfo de Adén”. Pidiendo por una pronta resolución, instó por un mayor apoyo internacional para aquellos actores, nacionales y regionales, que están trabajando para asegurar un acuerdo político y ocupándose de las complejas cuestiones de seguridad. Asimismo, recomendó que la respuesta a la crisis humanitaria sea expandida y no se permita omitirla de la agenda internacional mientras la atención está puesta sobre los eventos en Siria.

Mali se sumergió en la confusión a principios de este año, cuando estallaron enfrentamientos entre un movimiento rebelde Tuareg y las fuerzas gubernamentales. El gobierno en Bamako fue derrocado por un golpe de estado en abril, mientras la región del norte se encuentra actualmente bajo el control de grupos islamitas. Más de 450.000 personas han abandonado sus hogares en Malí desde entonces, con más de 265.000 de ellos que han buscado protección en los países vecinos, como Burkina Faso, Mauritania y Níger.

Todo esto sucede en simultáneo con un período de drástica escasez de agua y alimentos en la región del Sahel. El ACNUR está trabajando para ayudar a los desplazados en toda la región y para alivianar la carga en las comunidades de acogida.

Magreb

Envían 13 toneladas de ayuda humanitaria a los refugiados…

Refugiados malienses en el campo Mbera en Mauritania. / ACNUR-Y.Djigo

La compañía internacional de entrega de de paquetes y mensajería, UPS, envió este fin de semana por avión unas 13 toneladas de artículos de ayuda humanitaria de ACNUR a Mauritania para ser distribuidas a 10,000 malienses en el campo de refugiados de Mbera.

Un avión de carga Boeing 767 de UPS aterrizó en Nouakchott, la capital de Mauritania, el pasado domingo, trayendo consigo artículos de ayuda humanitaria para ACNUR, así como suministros de socorro básicos para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El avión había partido horas antes de la ciudad de Copenhague en Dinamarca.

El cargamento humanitario de ACNUR incluía rollos de lonas de plástico, bidones, mosquiteras y esteras para dormir. Este material será entregado a los refugiados en el campo de Mbera, el cual se encuentra a unos 60 kilómetros de la frontera entre Mauritania y Malí, y que actualmente acoge a más de 64.000 refugiados.

“La ayuda traída por UPS es muy apreciada,” declaró el lunes Yacoub El Hillo, director de la oficina de ACNUR para Oriente Medio y Norte de África.

UPS está cubriendo todos los costes del transporte como parte de su compromiso para ayudar a las víctimas de la crisis de desplazamiento de Malí. La compañía, con sede en Estados Unidos, es socio corporativo de ACNUR desde el año 2010, llevando colchonetas para refugiados en Túnez y ayudando a la Agencia de la ONU para los Refugiados a transportar una exposición itinerante de fotos a diferentes ciudades alrededor del mundo.

Más de 300.000 personas han huido de sus hogares en Malí desde que estallaron los combates en enero entre el movimiento rebelde tuareg y las fuerzas del gobierno maliense. Las familias han encontrado refugio en áreas más seguras de Malí o en los países vecinos de Burkina Faso, Mauritania y Níger. Muchos se enfrentan a terribles condiciones debido a la escasez de alimentos y de agua que actualmente afecta a la región árida del Sahel.

Sahel

ACNUR necesita más fondos de los que solicitó para…

Una niña se abraza a su madre en un hospital en Níger. / Jean-François Herrera-MSF
La Agencia de la ONU para los Refugiados ha revisado al alza el coste estimado para ayudar a los cientos de miles de civiles malienses desplazados que han huido del conflicto en su país desde comienzos de año. ACNUR necesita ahora 153,7 millones de dólares para sus operaciones este año en Burkina Faso, Malí, Mauritania y Níger, un aumento significativo en comparación con los 35,6 millones inicialmente solicitados en el llamamiento realizado en febrero.

Tras la revuelta tuareg que comenzó a mediados de enero, el agravamiento de la crisis debido al golpe de Estado que tuvo lugar en marzo y la proliferación de grupos armados en el norte de Malí, cerca de 320.000 malienses se han visto obligados a huir a países vecinos como Burkina Faso, Mauritania y Níger, o a buscar refugio en zonas más seguras de Malí.

“El repentino deterioro de la situación en Malí, que sigue generando la huida y desplazamiento forzado de un gran número de malienses en un breve periodo de tiempo, ha sido totalmente inesperado” explica Liz Ahua, directora adjunta de la oficina de ACNUR para África occidental, África central y la región de los Grandes Lagos.

ACNUR necesita más fondos para poder asistir a 240.000 refugiados y 200.000 desplazados internos malienses hasta finales de año. Estas cifras de desplazamiento mutiplican por cinco el número de personas que se estimó cuando se hizo el primer llamamiento en febrero para cubrir las necesidades de unas 85.000 personas hasta el mes de julio.

Los malienses siguen huyendo a los países vecinos en un momento en el que se están dando a conocer informes sobre graves violaciones de derechos humanos en el norte de Malí, entre los que se incluyen secuestros, detenciones arbitrarias, ejecuciones sumarias y violencia sexual y de género.

La mayoría de los refugiados son mujeres y niños. Están alojados en zonas remotas donde las comunidades locales están haciendo frente a la inseguridad alimentaria y escasez de agua debido a los años de sequía que ha vivido la zona del Sahel. La tasa de desnutrición aguda entre niños menores de cinco años es alarmante, sobre todo en los campos de refugiados en Mauritania y Níger. Se necesita urgentemente aumentar el suministro de agua y mejorar las condiciones sanitarias.

Pese a la desesperada situación humanitaria en la zona del Sahel, ACNUR ha recibido sólo el 13% de los 153,7 millones que se necesitan. La Agencia de la ONU para los Refugiados agradece a sus donantes el apoyo recibido hasta la fecha. Sin embargo, el nivel de financiación actual es totalmente inadecuado. ACNUR necesita desesperadamente fondos adicionales ahora que se aproxima el mes de junio, cuando la temporada de lluvias provoca inundaciones en la zona.

Liz Ahua afirma que ACNUR debe preposicionar urgentemente la ayuda humanitaria cerca de las zonas que acogen a refugiados o, de lo contrario, se correrá el riesgo de hacer frente a una catástrofe humanitaria durante los próximos tres meses, ya que es probable que los campamentos puedan quedar inaccesibles por las inundaciones.

Trabajar en la región del Sahel también hace que la crisis en Malí sea una de las operaciones más complejas de ACNUR en África, ya que los refugiados y los desplazados internos están en zonas donde la inseguridad, el bandidaje y la amenaza de secuestro hacen que sea imposible para ACNUR establecer oficinas y desplegar personal en el terreno, tan cerca de los refugiados como nos gustaría.

Magreb

El Alto comisionado de ACNUR se reúne con Margallo

El Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, se ha reunido con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), António Guterres.

Durante dicho encuentro, el Sr. Ministro y el Sr. Guterres subrayaron que existe una intensa interlocución y coordinación entre España y el Organismo ante las situaciones de emergencia humanitaria y confiaron en que éstas se mantengan en el futuro.

El Sr. Ministro recalcó que el compromiso de España con el Organismo y sus actividades es claro. A pesar del contexto económico adverso, España hizo una contribución voluntaria de 5 millones de euros a favor del programa de ACNUR en 2011.

El Sr. Ministro ha valorado los esfuerzos del Alto Comisionado a favor de una mayor coordinación con el resto de agencias y organismos y su apoyo decidido con la reforma del sistema de ayuda humanitaria. En concreto, España apoya la respuesta de ACNUR a los desafíos humanitarios en el Norte de África y en el Cuerno de África.

En relación con los refugiados saharauis, a la dimensión política de este conflicto se une una clara dimensión humanitaria, por lo que esta cuestión representa un particular interés para España. Es por ello que España financió el Fondo Fiduciario de ACNUR para el fomento de medidas de confianza entre los refugiados saharauis en Argelia y sus familiares en el Sáhara Occidental.

El Sr. Ministro y el Alto Comisionado se detuvieron en la problemática de la apatridia, un drama que afecta a millones de personas en todo el mundo y que hace más necesario que nunca redoblar esfuerzos en esta área. Esa convicción ha motivado que España haya tomado a nivel interno las medidas necesarias para adherirse al Convenio de 1961 acelerando los trámites administrativos necesarios. El Alto Comisionado se felicitó porque España haya iniciado el proceso que culminará en la adhesión a ese instrumento convencional.

Libia

ACNUR ayuda a reasentar a 33 menores refugiados de…

El campamento de Choucha ha sido el centro de refugio de los damnificados de la guerra en Libia. / ACNUR/UNHCR Alberto Bernárdez

La Agencia de la ONU para los Refugiados ha ayudado a reasentar a 33 menores no acompañados que han pasado meses viviendo en el campo de Choucha, un campo especial levantado en Túnez con el fin de ofrecer cobijo a personas que huyeron de la violencia desatada el año pasado en la vecina Libia.

Los menores partieron el pasado domingo hacia Noruega, que aceptó sus casos para reasentamiento y les dará la oportunidad de comenzar una nueva vida. Se han presentado casos para reasentamiento de refugiados de distintas nacionalidades y edades desde Choucha y Saloum en Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Países Bajos, Noruega, Portugal, Suecia y los Estados Unidos.

Recientemente Alemania, Nueva Zelanda y España se han unido al esfuerzo de reasentamiento y han decidido enviar misiones de selección a estos campos de refugiados. ACNUR considera el reasentamiento como la única opción viable para la mayoría de los refugiados reconocidos que huyeron de Libia a Túnez y Egipto el año pasado y ha hecho un llamamiento especial a los países europeos para que ofrezcan más plazas de reasentamiento para las personas que necesitan protección internacional y que permanecen aún en las fronteras de Egipto y Túnez.

A finales del pasado mes de octubre, el Embajador de Buena Voluntad de ACNUR, Jesús Vázquez viajó a la región para recabar información de primera mano y visitó el campo de refugiados de Choucha, donde tuvo ocasión de entrevistarse con varios grupos de refugiados de distintas nacionalidades a la espera de ser aceptados por países de reasentamiento, incluyendo mujeres y menores no acompañados.