Inmigración

El salto migratorio a Europa

El brazo herido de Doumantaine en la sede de Cruz Roja en Málaga. / S.Rodrigo
El brazo herido de Doumantaine en la sede de Cruz Roja en Málaga. / S.Rodrigo

Casi dos millares de inmigrantes aguardan en Melilla su oportunidad de llegar a la Península tras saltar la valla que les retiene en el enclave español a la espera de una autorización que les permita viajar a Europa, como lo hacen en las últimas semanas muchos subsaharianos a través de la conexión con Málaga.

A las ocho de la mañana un barco llega a Málaga, «El Melillero», dentro de el esconden miles de historias entre los dos lados de la orilla, pero hoy además traslada a decenas de inmigrantes que al llegar jalean «por fin, Europa», otras como Bety llama a sus familiares desde su teléfono móvil: «estoy en España».

Honore es un joven camerunés de 22 años, acaba de pisar tierra en Europa, los primero que ve después de esperar cuatro meses en Melilla es el puerto de Málaga, tras un viaje de años que le llevó a atravesar el desierto del Sahara por Argelia para huir de la situación de su país.

Como muchos subsaharianos saltó la alambrada fronteriza, y aunque asegura que su viaje se ha visto estancado se alegra de haber estado en Melilla porque según declara a Efe «la policía en Marruecos nos hacía daño», pero apostilla su temor a la Guardia Civil, la cual le expulsó en uno de sus intentos de llegar a Melilla.

«Lo hemos pasado muy mal en el Gurugú- monte marroquí fronterizo con Melilla- no teníamos nada que comer ni de beber», señala este camerunés que asegura que le gustaría quedarse en España, «mi sueño es estudiar mecánica».

Ahora viaja a un centro de acogida de Cruz Roja en Puente Genil (Córdoba) con apenas equipaje y con diez euros, donados, en el bolsillo y junto a otros compañero de viaje como Doumantaine, originario de República Centro Africana.

Este joven de treinta años llevaba tres meses en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, pero ya tiene los pies en Europa, «gracias a dios» dice en español al recordar su experiencia en los montes fronterizos en Marruecos.

«Cada día en Melilla me acordaba de lo que hemos pasado en el Gurugú», señala a Efe este inmigrante que presenta una fractura en su brazo izquierdo y varias heridas ocasionadas por su salto a la valla y por las concertinas.

«Ahora lo que quiero es trabajar, me da igual lo que sea, no tengo problema», destaca el inmigrante que viene del corazón de África y que pretende buscar sus espectativas de su sueño europeo en Madrid.

Pero la mayoría no es su destino España, sino Francia, así lo afirma a Efe la referente del Área de Inmigrantes y Refugiados de Cruz Roja en Málaga, Patricia Chinchilla, quién ha destacado que el motivo puede ser el idioma y que entiende «que allí tiene más salida desde un punto de vista laboral».

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Inmigración

El salto a Melilla llega a Málaga

El brazo herido de Doumantaine en la sede de Cruz Roja en Málaga. / S.Rodrigo
El brazo herido de Doumantaine en la sede de Cruz Roja en Málaga. / S.Rodrigo

Son las ochos de la mañana y suena el clamor de un buque, es «El Melillero», que como cada día llega al puerto de Málaga, pero hoy con sesenta y un inmigrantes subsaharianos, entre ellos once mujeres, como medida para aliviar la situación límite que vive el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que sigue muy saturado tras los últimos saltos a la valla.

Entre ellos se encuentra Doumantaine, originario de República Centro Africana y con treinta años, llevaba tres meses en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, pero ya tiene los pies en Europa, «gracias a dios» dice en español al recordar su experiencia en los montes fronterizos en Marruecos.

«Cada día en Melilla me acordaba de lo que hemos pasado en el Gurugú», señala este inmigrante que presenta una fractura en su brazo izquierdo y varias heridas ocasionadas por su salto a la valla y por las concertinas.

«Ahora lo que quiero es trabajar, me da igual lo que sea, no tengo problema», destaca el inmigrante que viene del corazón de África y que pretende buscar sus espectativas del sueño europeo en Madrid.

Varios inmigrantes a su llegada al puerto de Málaga. / S.Rodrigo
Varios inmigrantes a su llegada al puerto de Málaga. / S.Rodrigo

Tras pasar sobre una hora en la sede de la ONG en Málaga, un grupo de indocumentados han sido trasladados en vehículos al centro de acogida de Puente Genil y Baena, y otros han sido acompañados a la estación de autobuses para ir en medio público hacia Valencia.

A partir de ahora pueden moverse en libertad a espera de una orden, pero es el momento de poner en practica su deseado cambio de vida que tras un duro viaje ahora es realidad.

Inmigración

Fábrica de concertina dice que su fin «no es…

Máquina fabricando la concertina destinada a la frontera entre España y Marruecos en Melilla. / S.R
Máquina fabricando la concertina destinada a la frontera entre España y Marruecos en Melilla. / S.R

La finalidad de las concertinas ha vuelto a la palestra tras su reinstalación en la frontera de Melilla. Su fabricante, la empresa malagueña European Security Fencing (ESF), dice que su fin «no es cortar» pese a las críticas de las ONG en defensa de los derechos de los inmigrantes.

El único fabricante de concertina de Europa, y la encargada de instalarla en Melilla, produce cada día en Cártama (Málaga) unos 10 kilómetros de este alambre que se reparten para todo el mundo.

Según Antonio Mora, gerente de ESF y del grupo empresarial Mora Salazar, las concertinas que se están instalando en la parte superior de Melilla tienen un «efecto psicológico y visual de que hay unos filamentos que si accedes te puedes hacer daño».

Mora ha manifestado a Efe que «si llegan las avalanchas donde se suben a la vez 300 personas en la valla, unas encima de otras» la concertina termina haciendo «algún rasguño o corte», ya que, según ha explicado, esto ocurre por «la presión que ejercen las personas sobre la chapa metálica».

«La finalidad no es ni cortar ni pinchar a nadie» ha destacado Antonio Mora, quien ha apostillado que «no es un elemento para hacer daño a las personas sino para disuadir».

ESF instala alambradas en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla desde 1989 y, según el fabricante, el efecto concertina «consiste en que el inmigrante que quiere saltar la valla vea que hay unos filamentos y evitar el salto».

Mora ha insistido en que es una estrategia de seguridad pasiva y que los cortes fuertes solo se producen por «aplastamiento», y ha añadido que en la fábrica «jamás» han llevado a ningún trabajador «a que le hagan un punto de sutura por el empaquetamiento o fabricación del producto».

El fabricante ha aseverado que tienen once modelos diferentes de concertina y que la instalada en Melilla es «una de las menos agresivas», y ha dicho que de sus productos el instalado en la ciudad autónoma «es uno de los elementos menos punzantes».

Hace más de un siglo que recintos, fronteras y ejércitos usan las concertinas para proteger y evitar acceder a sus áreas restringidas, y en Europa el único fabricante es esta empresa malagueña cuyos principales clientes están en los cinco continentes y venden a centrales nucleares, centros penitenciarios o pirotecnia.

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Andalucía

Concertina made in Málaga

Parte de las concertinas que no fueron retiradas por España en Melilla. / José Palazón
Parte de las concertinas que no fueron retiradas por España en Melilla. / José Palazón

Hace unos días el Ministerio del Interior de España ha iniciado las tareas de recolocación de las concertinas de acero en el perímetro fronterizo entre Melilla y Marruecos.

Tras las denuncias de distintas personas y colectivos, y tras demostrarse que causaban importantes lesiones, el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, se comprometió a quitarlas en 2006, fueron retiradas en 2007 y sustituidas por una sirga tridimensional.

Las concertinas o cuchillas fueron prohibidas tras los saltos que sufrió la alambrada y que causó numerosas víctimas a causa de sus afiladas puntas, pero ahora hemos descubierto que el fabricante de estas son la empresa malagueña European Security Fencing.

La compañía perteneciente a al Grupo Mora Salazar, y que visitó hace uno años el expresidente de la Junta de Andalucía, Pepe Griñán, es el único fabricante europeo de concertina y tiene clientes en los cincos continentes.

La empresa es especialista en la fabricación de cuchillas que se usan en puesto fronterizos de todo el mundo, y aunque no se ha precisado el gasto del ministerio en este elemento denunciado por las organizaciones internacionales, si han confirmado que se está usando el número 22.

Este tipo de concertina está compuesto de acero y con un grosor de 0,5mm, una longitud de cuchilla de 22mm y una separación de entre cuchillas de 34mm, está considerada como una concertina estándar de “gran efectividad y resistencia”.

La empresa vende a través de su web este tipo de concertina por 51,92 euros el rollo de 10-12 metros, por lo que si la valla tiene una superficie de unos 12 metrosel gasto sin instalación de la concertina superaría los 50.000 euros.

Ahora tras su instalación varios anónimos han pedido a través de la plataforma Change.org que el ministerio las vuelva a retirar ya que considera que usar estas cuchillas es “una salvajada, propia de seres sin escrúpulos, sin empatía y sin ninguna clase de amor hacia el prójimo”.

En pocas semanas los activistas han conseguido recopilar más de 20.000 firmas en internet.

Inmigración

Los Centros de Internamiento de Extranjeros, el freno del…

Migrantes subsaharianos refugiados en la casa de un melillense. / José Palazón
Migrantes subsaharianos refugiados en la casa de un melillense. / José Palazón

Miles de inmigrantes han pasado por las celdas de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) rompiendo su sueño de trabajar en Europa, y la función de esos recintos es cuestionada por colectivos que denuncian violaciones de derechos humanos y supuestos abusos como los que juzgan en Málaga.

En 2012, según un estudio del Defensor del Pueblo, en España fueron detenidas unas 60.000 personas por infracción de la ley de Extranjería, y de ellos más de 11.000 fueron internados en un CIE. El de Algeciras (Cádiz) fue el que más internos tuvo, con 3.262.

Los internos suelen pasar un máximo de 60 días en estas instalaciones y más del 52 por ciento de los extranjeros no fueron expulsados de España.

Pero tanto este informe como los colectivos en defensa de los derechos de los migrantes han asegurado que los CIE tienen carencias básicas tanto en infraestructuras como en los reglamentos, ya que en el caso del de Algeciras el edificio está prácticamente en ruina, motivo por el que se cerró el que funcionaba en Málaga.

«Salvo un par de CIE como pueden ser el de Murcia o Aluche, el resto son instalaciones reconvertidas que no se consideraban aptas para su uso», ha señalado a Efe Carlos Arce, coordinador de Inmigración de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha).

El Defensor del Pueblo ha considerado la necesidad de que se publique un reglamento específico que regule el régimen de internamiento de los ciudadanos extranjeros, ya que, según Arce, «los procedimientos como las visitas o los accesos a recursos sociales y de ocio están mejor en las prisiones que en los CIE».

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Andalucía

¿Patera en Málaga?

La embarcación Salvamar El Puntal de Ceuta. /S.M
La embarcación Salvamar El Puntal de Ceuta. /S.M

No es frecuente que las pateras, sin motor, llegen a la costa de Málaga, es más son pocas las que han llegado estos últimos años, pero el martes 1 de octubre Salvamento Marítimo interceptó a 16 millas de Estepona (Málaga) una patera con siete inmigrantes de origen magrebí a bordo.

La embarcación fue interceptada por la Salvamar Vega y los inmigrantes eran varones adultos y se encontraban en buen estado de salud.

Según Salvamento Marítimo, la patera fue avistada a 12 millas al este de Punta Europa por el buque portacontenedores Ernest Hemingway.

Los motivos de la llegada de esta embarcación a este punto de la costa andaluza son mucho, principalemntel por que la embarcación saliese desde un punto más al este, y parece que se confirma ya que las patrulleras de Marruecos interceptaron a 3 pateras con subsaharianos frente a Tarifa que estaba controladas por ONG.

Un dato que puede confirma el suceso es que las pateras con ciudadanos magrebíes, generalmente argelinos, no suele tomar el trayecto del estrecho, es más frecuente que salgan desde Alhucemas (Marruecos) u Orán(Argelia), por lo que posiblemente saldrían en el Mar del Alborán y no por el atlántico lo que los hizo aparecer en el municipio malagueño.

Otro de los motivos puede ser el viento de poniente que areció y que introdujo el viento del Terral en Málaga, motivo que pudo impulsar la embarcación hacia la costa de Estepona, pero se decarta ya que las otras pateras fueron interceptadas y los subsaharianos suelen viajar juntos.

La noticia conincidió el mismo día en el que Málaga acogía los premios sobre las migraciones en el que un joven rapero marroquí fue galardonado por su música protesta tras llegar a Andalucía oculto en un camión.

Miguel Doña, director del programa de la Cadena Ser Espacio de Encuentro, me dijo antes del evento que presentaba y tras charlar de la patera que “no cuestionamos como vienen, integrémoslos”.

Sahara Occidental

Periodistas del Magreb analizan la información del Sahara en…

Una periodista saharaui. / S.R
Una periodista saharaui. / S.R

El conflicto del Sahara Occidental es uno de los acontecimientos internacionales con mayor repercusión en los medios nacionales, sin embargo desde el desmantelamiento del campamento de Gdim Izik, conocido como la madre de la Primavera Árabe, apenas ha tenido repercusión.

En el marco de las IV Jornadas Solidarias con el Pueblo Saharaui de la UMA el ex corresponsal de la Cadena SER en Marruecos, Eduardo Marín, contará como fue uno de los primeros periodistas en infiltrarse en el campamento en las afueras de El Aiún. La cita será el próximo día 9 de abril en el hall de la facultad de derecho a partir de las 11:00.

Además, Marín junto al ex corresponsal de TVE en Marruecos, Antonio Parreño, fue uno de los periodistas agredidos por activistas pro marroquíes en una sala del Tribunal de Primera Instancia de Ain Sbaa (Casablanca), donde se hallaban para cubrir un juicio contra siete saharauis.

En las jornadas también participará el periodista y cooperante andaluz Pepe Oropesa, el único español que permaneció en los campamentos de Tinduf en la primera evacuación de las ONG españolas por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores. Oropesa estaba grabando un documental sobre desapariciones forzada en el contencioso saharaui-marroquí y colaboraba como profesor de español.

Por último, participaré personalmente en las jornadas donde contaré el proceso de mediatización de los medios árabes desde el estallido del campamento de Gdeim Izik hasta la revolución en Túnez.