Sahel

La crisis del Sahel sigue sin avances tras años…

Un mujer recoge agua en un punto de Níger. UNICEF/Olivier Asselin
Un mujer recoge agua en un punto de Níger. UNICEF/Olivier Asselin

La crisis en el Sahel sigue sin avances tras años de conflictos y hambruna que aumentan la inestabilidad de los ciudadanos que en muchos casos optan por dejar sus vidas y emprender el viaje a zonas más estables como Europa, y que en muchas ocasiones se estancan a las puertas del continente en las costas, sobre todo, de Libia y Marruecos.

La enviada especial de la ONU para el Sahel, Hiroute Guebre Sellassie, ha resaltado las amenazas y los retos que enfrentan numerosos países en esa región africana así como la frágil situación humanitaria, y pidió una acción rápida y coordinada para la estabilidad y el «desarrollo» de ese área.

Durante una sesión abierta del Consejo de Seguridad, la enviada explicó que al menos 20 millones de personas están en riesgo de inseguridad alimentaria y casi 5 millones de niños afrontan desnutrición aguda.

MUCHOS CIUDADANOS DE ESTE ÁREA OPTAN POR EMPRENDER EL VIAJE A EUROPA PARA HUIR DE LOS CONFLICTOS, PERO SE ESTANCA EN LAS COSTAS COMO LAS DE LIBIA O MARRUECOS

A eso se suma el elevado nivel de desempleo entre la juventud, lo que incrementa el atractivo de ideologías violentas.

“La realidad sobre el terreno es que el norte, el oeste y el centro de África forman una región política donde las respuestas multidimensionales a corto y medio plazo a diversas amenazas para la paz y la estabilidad deben implementarse de manera colectiva”, declaró Guebre Sellassie.

La enviada asumió esta responsabilidad a comienzos de mayo y manifestó que se ha quedado sorprendida por el deterioro de la situación política y de seguridad en la región, sobre todo en Libia y los desafíos persistentes en Mali.

También por las frecuentes acciones terroristas en la región, en particular los perpetrados por Boko Haram en Nigeria, que tiene graves efectos en la población civil y las economía locales.

Declaró además que, después de la aprobación por el Consejo de Seguridad de la Estrategia Integrada de la ONU para esa región el pasado año, se han puesto en marcha iniciativas en el área de la gobernanza, de la seguridad y de la resiliencia.

Agregó no obstante que la implementación de ese plan requiere una voluntad decidida de los gobiernos en la región y una transformación social, económica y política mas profunda.

Inmigración

Olivareros del Sahel

El jornalero Issa Keita en una posa para una foto del reportaje difundido por la Agencia EFE
El jornalero Issa Keita en una posa para una foto del reportaje difundido por la Agencia EFE

Andalucía vuelve a afrontar la campaña de la recolección de la aceituna con una nueva bajada de la contratación de trabajadores extranjeros a favor de la ocupación de jornaleros locales que, tras la caída de la construcción, vuelven al campo para ganarse la vida.

Todavía algunos inmigrantes del Sahel, región del África subsahariana, siguen trabajando en la zona oriental como es en Jaén, pero su presencia es poco frecuente en zonas como la occidental de Andalucía, comunidad que representa el 60 por ciento de la superficie del olivar de toda España.

Es el caso de Issa Keita, un hombre de 49 años procedente de Bamako (Malí), de los pocos subsaharianos que sigue trabajando en la aceituna, y lo hace en la localidad malagueña de Mollina, donde cada vez son menos los trabajadores extranjeros.

Entre los olivos se ven pequeñas cuadrillas recolectando la aceituna. La mayoría de los trabajadores son vecinos del pueblo aunque algunos de ellos son todavía empleados de origen magrebí o subsaharianos.

Keita, en su tercera campaña en la zona, trabaja para una finca privada donde recoge sus olivos con la ayuda de un paraguas, que es una máquina agraria que se engancha al tronco del olivo y lo hace vibrar descargando su fruto en él.

Este inmigrante maliense llegó hace nueve años en un viaje en cayuco a las Islas Canarias tras atravesar el desierto del Sahara por Mauritania. En su país, donde trabajaba de comerciante, dejó a sus tres hijos y a su esposa.

Confiesa que el empleo es duro pero que le gusta trabajar en el campo, ya que según él «se gana bien», y todos los días se desplaza desde su casa de Antequera (Málaga) al olivar donde trabaja.

Se siente afortunado de estar en el campo porque, según ha declarado a Efe, «si hay trabajo no hay problema», y ha añadido que su familia está contenta si trabaja, pues el problema de los inmigrantes es que tienen que enviar dinero: «si no trabajo -afirma Keita- no envío dinero a Bamako».

En Andalucía hay 200.000 olivicultores, y Keita trabaja con uno de ellos, José Manuel Aguilar, que a la vez es el presidente de la cooperativa Virgen de la Oliva de Mollina (Málaga). Él se encarga de manejar las máquinas mientras Issa varea los olivos.

Puedes continuar leyendo este reportaje para la Agencia EFE en el diario español El País

Exteriores

España destina seis militares más en Malí

Soldados franceses rastrean una zona a las afueras de la ciudad de Gao. / Defense
Soldados franceses rastrean una zona a las afueras de la ciudad de Gao. / Defense

Estos seis oficiales llegaron al país africano el pasado viernes y en .los próximos días se incorporarán a sus destinos: cinco al Cuartel General de la Misión EUTM, en Bamako, y el otro al Centro de Adiestramiento de Koulikoro, donde se espera que a finales de mes comience la formación de las Fuerzas Armadas de Malí.

Con ellos son ya ocho los militares españoles desplegados en Malí, ya que un teniente coronel y un comandante se encuentran en la zona desde principios de febrero, como elemento avanzado de reconocimiento y enlace.

El Consejo de la Unión Europea decidió el pasado 17 de enero el establecimiento de una Misión de Adiestramiento en Mali (EUTM Mali) por un periodo de 15 meses. Esta misión tiene como pilares principales el asesoramiento a la cadena de mando maliense, que se desarrollará fundamentalmente en Bamako, y el adiestramiento de las Fuerzas Armadas de Mali en el Centro de Adiestramiento de Koulikoro a unos 60 km de Bamako.

Un total de 15 países de la UE y Noruega colaborarán en esta iniciativa aportando personal tanto en el Cuartel General de Bamako como en el Centro de Adiestramiento, ya sea proporcionando asesores, adiestradores o las capacidades logísticas y de seguridad necesarias para poder llevar a cabo la misión. El objetivo es proporcionar adiestramiento básico a cuatro Batallones de Infantería y especifico a, entre otras, unidades de operaciones especiales, medios ligeros acorazados, apoyo de fuego, ingenieros, inteligencia y logística.

Magreb

El tiempo se acaba en Mauritania

Un campamento improvisado en Mauritania. / MSF

“El tiempo se acaba en Mauritania”. Esta fue la alerta que lanzó en noviembre la ONG internacional Acción contra el Hambre, cuando el déficit pluviométrico de 2011 había agotado los pastos mucho antes de lo habitual y que las cosechas no alcanzarían para alimentar a la población hasta la próxima recogida, en octubre. También mandaban señales rojas la subida de precios de los cereales y el desplome del precio del ganado.

“Ya solo comemos dos veces o una vez al día”, “no recordamos una sequía como esta desde 1969”, “los hombres de la comunidad han tenido que irse a Nouakchott para buscar algo de dinero”… esto es lo que cuentan unánimemente las jefes de comunidades como Samarra, Ndiokoundi, Boudami o Betchieck el Aly, en Gorgol, considerado, paradójicamente, “el granero mauritano”.

“A partir de ahora empieza lo peor: los próximos meses van a ser durísimos, tememos un aumento exponencial de los casos de desnutrición y la crisis se convertirá en catástrofe si no llueve en julio”, explica Fatimata Diop, nutricionista mauritana de Acción contra el Hambre durante una sesión de detección de la desnutrición en Boudami, donde el número de niños con desnutrición aguda se ha duplicado en los dos últimos meses.

“No tenemos tiempo que perder: antes de que llegue la emergencia hay que tratar de proteger a los niños más vulnerables con raciones de protección para evitar que caigan en desnutrición severa. En ese momento será mucho más complicado y costoso recuperarles, apunta Mohamen Ghaly, nutricionista de Acción contra el Hambre mientras mide y pesa a los niños congregados bajo la sombra de un techado de maderos.

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Magreb

Sahel, el Afganistán africano

Un grupo armado en los aledaños de la ciudad tuareg de Tombuctú. / D.Sevilla

La región africana del Sahel es en la actualidad un cruce de caminos por el que transitan grupos de diferente naturaleza, entre los que se incluyen tanto grupos yihadistas, algunos de ellos vinculados a la rama magrebí de Al Qaeda como otros desvinculados de dicha rama; el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África del Oeste (Mujao), que tiene en sus manos a los dos cooperantes españoles y una italiana secuestrados en Tinduf; organizaciones de carácter étnico vinculadas a la población tuareg, como el Movimiento Nacional por la Liberación del Azawad (MNLA), así como grupos dedicados al contrabando y otros dedicados al tráfico de droga.

Todos estos grupos se dan cita en una de las zonas más inestables, tanto política como socialmente, lo que ha desembocado en una crisis política en Malí, ya que tras el golpe de Estado de un grupo de militares, los independentistas del MNLA proclamaron la independencia del Azawad (norte de Malí).

Los tuareg son el pueblo autóctono del desierto del Sahara, que está rodeados por la llegada de los árabes por el norte y las tribus subsaharianas por el sur. Históricamente han habitado la región del Sahel como nómadas, pastando en países como Malí, Níger, Argelia, Mauritania o Libia. En la actualidad no todos los tuareg continúan siendo nómadas, existen poblaciones tuareg que se han sedentarizado y se dedican principalmente a actividades agrícolas y ganaderas.

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Magreb

#SahelNOW

Apenas han informado en los medios de difusión de masas sobre la situación humanitaria en la región africana del Sahel, que comprende a estados tan pobres como Burkina Faso, Níger o Mali. En este último la situación se está complicando por día ya que el norte del país, muy afectado por el narcotráfico y el terrorismo salafista, se está llevando una batalla armada entre autóctonos Tuareg y las fuerzas de seguridad del estado de Mali.

Esto ha ocasionado que en las últimas semanas unas 44.000 personas huyeran por las fronteras hacia Mauritania, Níger y Burkina Faso, según las estimaciones de los respectivos gobiernos… Continúa leyendo el reportaje en Claridad Digital