Tras las protestas de Tánger de migrantes subsaharianos este sábado que pedían protección y condenaban la violencia de ciudadanos magrebíes que atacaron estos barrios con machetes quemando las pertenencias de estos y agrediéndolos por motivos raciales, ahora se ha procedido a detener y deportar a muchos de los participantes.
Estas protestas dejaron al menos un muerto, y aunque la policía en Marruecos ya ha dicho que protegerá estos barrios de migrantes donde residen más de un millar de subsaharianos, que en muchos casos no pretenden continuar su viaje a Europa, la inseguridad y desprotección ocasionó una caza desproporcionada según ha denunciado la asociación Caminando Fronteras.
Tras la protestas se han llevado fuertes redadas deteniendo sobre todo a varones que han sido trasladados en autobuses a Casablanca para ser deportados, ayer un grupo de unos siete inmigrantes se negó a subir a estos aviones y se encerraron en una habitación del aeropuerto negándose a subir.
Estos protestaban ya que habían dejado a familias, incluso mujer e hijo en la ciudad de Tánger donde viven muchos migrantes del África Subsahariana, y que denuncian estas expulsiones que se producen con los acuerdos de colaboración entre la UE y Marruecos para frenar los flujos migratorios sur-norte.
Desde altas horas de la madrugada y tras correrse la voz de que la puerta estaba abierta cientos de migrantes que viven en el norte de Marruecos, en los bosques o en barrios, decidieron dar el salto migratorio a Europa, tras meses o años esperando.
En balsas de juguetes la mayoría remó durante más de 10 horas junto a sus compañeros de viaje, un pasaje de ida peligroso. Exhaustos del trayecto lograron tocar tierra en Europa. Un viaje donde ni el género ni la edad importaban, un riesgo que estaba presente, pero que el coraje y la valentía arrebataron.
Pequeñas vidas que velaban sobre el viento y el mar de un estrecho único que separa a dos continentes, los más desiguales del mundo, pero cuya historia está ligada por el aire que son el respiro de dos pueblos que rozan sus manos en Gibraltar.
«Vengo para ayudar a mi familia», «Tan solo vengo a buscar trabajo», «En África no es puede estar, es la miseria absoluta», «Vengo a buscar oportunidades que no encontré en África», «gracias a dios salimos de Marruecos», estos son algunos de los comentarios de estos inmigrantes que ya sueñan en Europa, esa que no los quiere, esa que los agrede en sus fronteras, esa que los «victimiza» de portadores del Ébola, pero que a la hora de obtener materias primas, coltán o diamantes, son los primeros en comprar a bajo precio a sus Gobiernos bajos los auspicios de la «democrática» Unión Europea.
Un proclamado drama que no cesa en la construcción de fronteras, no cesa apoyando la coopreción, una solución que radica en la libre determinación económica y social de los pueblo de África que se ven obligados a cruzar, un riesgo que que sacude a mil vidas y un estrecho.
Tras la llegada de casi un millar de migrantes a las costas de Andalucía y los sucesos violentos en la alambrada fronteriza de la ciudad autónoma de Melilla, la red en defensa de los migrantes que llegan a Europa Migreurop ha señalado que el gobierno marroquí, en vez de colaborar con los tribunales para el esclarecimiento de los hechos, hizo una demostración de lo que es capaz si no se le garantiza impunidad para la actuación de sus fuerzas policiales en las tareas de represión de quienes intentan acceder a la UE. Hizo saber a cientos de personas subsaharianas que tenían luz verde para, durante 48 horas, lanzarse al mar y llegar a las costas españolas. Las más de mil personas que lo lograron fueron la respuesta al auto judicial emitido por el juzgado de Melilla.
A continuación, y ante la total pasividad, cuando menos, de la policía marroquí, se han sucedido este fin de semana ataques con machetes, apaleamientos y vejaciones sexuales contra migrantes subsaharianos que han acabado con varios de ellos en el hospital. Entre las agredidas se encuentra Helena Maleno, de Ca-minando Fronteras, conocida defensora de las personas migrantes cuya única defensa, cuando se puso en peligro su vida, no vino por la acción de la policía, que estaba presente y no intervino, sino gracias a la protección de las personas subsaharianas que estaban, también, siendo agredidas.
Por su parte, el Gobierno de España ha señalado desde su delegación en Melilla que las imágenes donde se ven a agentes agrediendo, expulsando y maltratando a migrantes son “parciales” que buscan la controversia y que “no pueden anular las muchas y claras instantáneas en las que se pone de manifiesto la humanidad y cuidado con la que los agentes del mismo cuerpo cumplen con la obligación legal de defender la frontera sur de Europa”.
La policía marroquí golpeó a migrantes que intentaban cruzar hacia España a través de Melilla. Como respuesta y en solidaridad, una quincena de migrantes más se subió a la alambrada que divide esa frontera y permanecieron allí por hora y media. teleSUR
El juzgado de primera instancia y de instrucción número 2 de melilla ha aceptado abrir diligencias previas para investigar la posible responsabilidad y comisión de delitos en la acción de policías marroquíes y efectivos de la guardia civil durante las expulsiones en caliente que se produjeron en Melilla durante la noche del pasado 18 de junio, según ha informado este jueves Andalucía Acoge, asociación denunciante de estos hechos junto con la federación SOS Racismo y Prodein Melilla.
En un comunicado, la organización explica que esta decisión se ha adoptado en respuesta a la querella presentada por estas tres ONG a partir de un vídeo grabado «en el que se aprecia cómo fuerzas auxiliares marroquíes, dentro de territorio español, apalean a una persona inmigrante», así como los hechos son observados por «un coche de la guardia civil, que no interviene para detener la acción violenta».
«A continuación, en el mismo vídeo, se ve claramente cómo policías de marruecos y guardias civiles, en el espacio entre vallas, por tanto dentro de territorio español, conducen a un grupo de inmigrantes para devolverlos en caliente», una acción que, según explica el coordinador del equipo jurídico de Andalucía acoge, José Luis Rodríguez candela, podría ser «constitutiva de varios delitos» según entiende el juez de Melilla.
Según Andalucía acoge, el magistrado instructor de la querella solicitará a la comandancia de la guardia civil que identifique a los agentes que estuvieron desplazados a la valla la noche de los hechos, así como que informe sobre el protocolo de acción seguido aquel día y las órdenes completas recibidas por los guardias civiles acerca de la manera de proceder con los inmigrantes. «El juez también ha ordenado girar comisión rogatoria a marruecos para que identifique a sus efectivos que participaron en la acción dentro de territorio español», añade Rodríguez candela.
La frontera sur de Europa vuelve estos días a ser noticias sobre todo de cara a la llegada migrantes subsaharianos entre Marruecos y España, sobre todo en el punto del estrecho entre Tánger y Tarifa.
En este espacio llegaron el año pasado más de tres mil personas que en muchos casos se identificaron como refugiados. Estos flujos migratorios se incrementan en los meses de julio ya que el clima facilita la llegada de estos que en ocasiones pierden sus vidas en 14km que separa este espacio.
La presión en las fronteras de Ceuta y Melilla, las persecuciones y violaciones de los derechos de los migrantes en Marruecos, cofinanciado por la Unión Europea, hacen que estos salgan del país a través de distintos medios como las balsas de plástico.
Por otro lado, los conflictos armados, la crisis humanitaria y económica de muchos de los países africanos ocasionados por la expoliación constante obligan a estad personas a buscar nuevas alternativas.
En Andalucía unos 200.000 musulmanes, la mayoría inmigrantes de Marruecos inician la fiesta del mes sagrado de el Ramadán, es el noveno mes del calendario musulmán, conocido por ser el mes en el que los musulmanes, por su fe y por sus creencias, practican el ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol.
Estos ayunan durante el día, incluso trabaja, para después de todo el día reunirse con sus familiares y celebrar el día de ayuno, donde tampoco se puede beber, ni fumar, ni pecar, ni mantener relaciones sexuales.
esta práctica religiosa es en el sur de España algo habitual donde los ciudadanos conviven desde hace décadas con la práctica del culturo musulmán, sobre todo en caducidades fronterizas como es Algeciras.
Cuatro activistas de ONG que participan en el encuentro Frontera sur realizado en la ciudad fronteriza Melilla, España, se encadenaron para exigir se respeten los derehos humanos de los mirhrantes y pidieron se detengan las deportaciones ilegales.
Poco después de las seis de la tarde, un grupo de representantes de las ONG que estaban en la puerta del Centro de Estancia Temporal de Inmigranntes (CETI) se dirigieron a un punto cercano del perímetro fronterizo y, acto seguido, cuatro de las activistas se han atado a la valla utilizando una cadena y dos candados.
Además, portaban una pancarta en la que se podía leer «Aquí se violan Derechos Humanos. ¿Hasta cuándo?», mientras otras dos compañeras suyas, al otro lado de la carretera, mostraban otra con el lema «Stop deportaciones ilegales».