Andalucía

Las ONG denuncian la retención de inmigrantes en la…

La operación de rescate y asistencia se convirtió en un largo periodo de privación de libertad sin poner a las personas inmigrantes a disposición judicial en el plazo que estipula la ley.

Buena parte de los inmigrantes llegados entre los días 11 y 12 de agosto en pateras a las costas de Cádiz, y desalojados ayer del Polideportivo de Tarifa, estuvieron privados de libertad sin ser puestos a disposición judicial en el plazo de 72 horas, como lo estipula la ley.

Ésta es la denuncia que la Federación Andalucía Acoge y Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) llevan haciendo desde el pasado miércoles, día 20 de agosto, ante organismos nacionales e internacionales, intentando poner freno a la situación de ilegalidad manifiesta.

“Aunque el Gobierno quiera tildar de mera operación de rescate y asistencia al conjunto de las acciones llevadas a cabo entre los días 11 y 25 de agosto, lo cierto es que no se le permitía a quienes estaban en el polideportivo la libertad de movimiento, que es un derecho constitucional. Por tanto, un gran número de personas han estado detenidas ilegalmente, ya que no se les puso a disposición de un juez en el plazo máximo de 72 horas y sin asistencia letrada. Eso es un hecho”, afirma Valentín Aguilar, coordinador general de APDHA.

Inmigración

La inmigración tras las vallas

Agentes protegen la Alambrada rota de la frontera de Melilla y Marruecos. / J.P
Agentes protegen la Alambrada rota de la frontera de Melilla y Marruecos. / J.P

En campamentos, sentados en las rocas e incluso sobre los pinos que coronan los montes limítrofes a Ceuta y Melilla aguardan historias que dependen de un salto. Pero su historia termina justamente donde empiezan nuestros derechos, en las fronteras.

La valla entre España y Marruecos se ha convertido en foco de la atención internacional con la pérdida de 15 vidas. Ese foco de atención ha podido ser el garante del salto de Melilla, de los pocos que casi la totalidad de los que lo intentaron lo consiguieron, y según fuentes del terreno no se produjeron graves heridos ni deportaciones en caliente. Incluso, Cruz Roja volvió a realizar labores humanitarias en el perímetro fronterizo.

Los intentos de llegada a España ha sido acompañados de una campaña de desprestigio contra los perjudicados de las migraciones, que son los propios migrantes, y no contra los que lo combaten con palos. Estos empujados a dejar sus vidas y familiares optan por llegar a Europa huyendo de la guerra, la hambruna y la corrupción que azota a muchos países africanos, ahora son acusados de violentos, agresivos e incluso de imponer sus normas con el fin de llegar.

Marruecos es el país intermedio entre dos mundos, allí aguardan, según fuentes de Naciones Unidas unos 10.000 subsaharianos. Un dato alarmante que no se asemeja con la realidad de Marruecos, aunque sí es cierto que una amplia mayoría de los subsaharianos tengan intenciones de dar el salto, según colectivos de migrantes. Muchos han obtenido trabajos, han encontrado parejas e incluso tienen residencia en Marruecos, por lo que dar por entendido que todos los inmigrantes subsaharianos que hay en el país quieren llegar a España es un grave error.

Ceuta y Melilla ofrecen la oportunidad de llegar a Europa sin tener que aventurarse en el Mediterráneo ni pagar un céntimo. Seis metros, tres vallas y kilómetros de concertina separan su desesperación. Sin embargo, su solución sigue sin plantearse, y la opción de enriquecer a los países intermediarios para que actúen de sicarios no hacen menos culpables a los políticos de la UE El drama no es la inmigración, es sólo la consecuencia del drama humano de un continente saqueado.

Texto publicado en los periódicos del Grupo Joly