Andalucía

Los pasos de Kasem, el refugiado que temía al…

Kasem pasa el control de pasaportes del Puerto de Málaga. / Miguel Pachón
Kasem pasa el control de pasaportes del Puerto de Málaga. / Miguel Pachón

Hace tres años que Kasem inició su huida de Siria, junto a su mujer e hijo Jumma, iniciaron una travesía por seis países y casi 10.000 kilómetros para evitar el temido mar, la peligrosa ruta del Mediterráneo donde miles de refugiados de Siria han optado ante el cierre de fronteras de la Unión Europea.

Su primera parada fue Líbano, allí comenzó su travesía. Tomo un vuelo hasta Mauritania, junto a su mujer e hijo. En Nuakchot (Mauritania) conocieron a varias personas que lo llevaron a Tumbuctu (Malí), epicentro de la ruta migratoria del África Subsahariana, ellos eran los únicos sirios. Junto a otros migrantes cruzó el desierto del Sahara en Argelia para llegar a Orán. Allí volvió a ver su temido Mediterráneo, ese mar que obvió pese a que se replanteó ir Egipto o Libia para cruzarlo.

No quería cruzar el mar, prefería una vía segura, pero solo encontró las áridas tierras del continente africano. Siguiendo el ejemplo de otros sirios cruzó a Nador (Marruecos), allí gastó los pocos euros que le quedaban para cruzar a Melilla y solicitar asilo en la oficina de ACNUR de la frontera de Beni Enzar. “El viaje no fue fácil”, señala Kasem quién añade que decidió huir ante “la inseguridad en Siria, los continuos bombardeos y la guerra”. Insiste en que lo dejó todo para empezar de nuevo en Europa junto a su familia.

En Melilla ha pasado varios meses en el CETI, su hijo ya ha aprendido algo de español. Son futboleros empedernidos y se pierden por Messi. “Quiero ir hasta Barcelona, Jumma adora al equipo de fútbol” relata sonriente Kasem en el Puerto de Málaga. Acaba de pisar tierra del continente europeo tras tres años de un viaje incierto que ahora se plantea más difícil.

“Huimos de la inseguridad en Siria, los continuos bombardeos y la guerra”

Kasem ha llegado junto a otros 53 refugiados desde Melilla a la península, el Gobierno español les ofrece un asilo de unos seis meses con una bonificación insuficiente para afrontar los gastos de integración. La mayoría renuncia y continúan su viaje hacia el norte de Europa.

Junto a Jumma, hijo de Kasem, está Hamsa. Tiene cinco años y también ha pasado varios meses viviendo en el CETI de Melilla. Como su amigo, huye de la guerra en Siria, y aunque lo que más le ha gustado de la ciudad autónoma ha sido la “madrassa” (escuela), añora su escuela Hama, “era más bonito mi colegio en Siria”.

La mayoría de niños que huyen de Siria, como la mayoría de vidas que se quedaron en el mar que tanto teme Kasem, como los que siguen retenidos en las fronteras de Europa o refugiados en países colindantes con apenas el 40% de los recursos, como esos números que vemos en los medios, no cesaran su llegada, no cesaran su intento, el miedo al mar les hará llegar, pero la desesperación los volverá a tirar al mediterráneo. El Egeo está cerrado, pero el central vuelve a pleno apogeo. Más de 15.000 personas cruzaron la última semana, más de 3000 ya han perdido la vida.

Andalucía

Armada española evita que 26 refugiados pidan asilo en…

La embarcación Serviola P71 en imagen de archivo./ Archivo
La embarcación Serviola P71 en imagen de archivo./ Archivo

La armada de España ha retenido durante tres horas a 26 personas en alta mar, entre ellos 2 menores y 4 víctimas de trata, que intentaban llegar a la península ibérica para solicitar asilo. Salvamento Marítimo ha informado que la embarcación “Serviola P71” permaneció durante tres horas junto a la patera a unas 200 yardas, tiempo suficientes según fuentes marítimas para haber alcanzado el SAR español, pero evitaron que estos continuaran su viaje para solicitar asilo.

Hasta el lugar se desplazó, según fuentes oficiales, la Guardamar Polimnia embarcación de Salvamento Marítimo para rescatar a los refugiados, pero según el colectivo Caminando Fronteras estos “se pararon al ver la embarcación de la armada” y fueron rescatados por la Marina Marroquí.

Según fuentes del rescate la embarcación con los refugiados le faltaban 12 millas para llegar a la zona de Salvamento español, es más tenían gasolina suficiente, sin embargo denuncian a través del colectivo que “se pararon porque la armada les dijo que les iba a dar protección”.

Los ocupantes han relatado al colectivo Caminando Fronteras que les engañaron sino “habrían seguido navegando, tenían combustible y estaban a pocas millas de aguas españolas”.

Entre los ocupantes había solicitantes de asilo de la República Democrática del Congo, Mali y Costa de Marfil y habían optado por la ruta del Mediterráneo para solicitar la protección en Europa tras años viajando.

El colectivo ha denunciado que desde hace unas semanas Marruecos realiza redadas en los montes cercanos a las ciudades autónomas de España en el continente africano para evitar que los migrantes lleguen a suelo de la Unión Europea.

Andalucía

Zamut, un refugiado obviado por el sistema

Zamut saluda poco antes de ser conducido a la comisaría de policía de Algeciras. S.R
Zamut saluda poco antes de ser conducido a la comisaría de policía de Algeciras. S.R

Toca tierra, y lo hace tras horas en el estrecho de Gibraltar flotando sobre una balsa de juguete. Era su última opción. Salvamento los avistó tras la llamada de una cooperante, venía con nueve compañeros más. Todos fueron detenidos, inclusive Zamut.

Tras tocar tierra Cruz Roja le ofrece apoyo sanitario, y en su sede de Tarifa relata a este corresponsal un viaje que partió de los disturbios. Zamut viene de Guinea Bissau, una antigua colonia portuguesa fronteriza con Senegal. Allí cuando apenas era un menor vivió los disturbios de Bissau.

Era un 2 de marzo cuando el presidente de Guinea Bissau, Joao Bernardo Nino Vieira, fue asesinado por efectivos militares en su residencia de la capital del país. Un magnicidio cargado de venganza en represalia por la muerte un día antes del máximo responsable del Ejército, el general Batista Tagmé Na Wai, que sufrió un atentado al que responsabilizaron a Nino.

Zamut relata que tras el atentado, el caos se apoderó de la capital, una violencia que casi le cuesta la vida. “A mí y unos amigos nos capturaron, estuvimos retenidos” relata mientras muestra la fotografía de Nino Vieira en la morgue. “Algunos de mis amigos les cortaron la cabeza, yo logré escapar”, apunta este refugiado quién añade que su única opción fue salir Europa.

Cruzó hacia Senegal, Mauritania, Sahara Occidental hasta llegar al norte de Marruecos, un viaje de casi cinco años que le dieron la madurez. Pero al llegar a tierra los mecanismos fallaron.

Llegada de la partera al puerto de Tarifa donde fue rescatada Zamut. / M.G
Llegada de la partera al puerto de Tarifa donde fue rescatada Zamut. / M.G

Cruz Roja Internacional en Tarifa ofrece asistencia sanitaria, vestimenta y primeros auxilios, su personal no tiene tiempo ni para detectar posibles casos de protección internacional, en la puerta los esperan la Guardia Civil que tras hacerle rellenar una documentación los introduce en un autobús para ponerlos a disposición del Cuerpo Nacional de Policía. Un proceso de apenas una hora.

Este joven guineano es un perfil claro de un posible caso de solicitud de protección intencional, pero nadie lo detectó. Los mecanismos fallaron, lo hacen constantemente. Ni la ACNUR ni abogados pasan por la sede de Cruz Roja en Tarifa a detectar posible refugiados, a España tampoco le interesa.

Es cierto que los expertos en materia de asilo resaltan que los refugiados llegados por el estrecho no suelen solicitar asilo en España, es un proceso lento, sin garantías y en la mayoría de los casos suelen ser rechazados. Sus destinos generalmente son otros países de la Unión Europea. Zamut por su pasado colonia su objetivo es Portugal, allí espera rehacer su vida tras la violencia, pero su futuro es incierto.

«LA FALTA DE COORDINACIÓN EN LA ATENCIÓN A LAS LLEGADA DE PATERAS EN EL ESTRECHO OBVIA LAS SOLICITUDES DE ASILO DE MUCHOS MIGRANTES»

Reitero. Los mecanismos fallaron, y Zamurt fue puesto a disposición judicial, más tarde enviado a un CIE, y la suerte de un juez dependerá si es deportado, o tan solo presentará una orden de expulsión voluntaria. La verdad es que su perfil es de refugiado. Aún no ha dado señal de vida.

E insisto en los mecanismos. El ejemplo de coordinación de llegada de migrantes y detectar posibles casos de refugiados en Europa es Italia. Mientras España sus intervenciones son 100% policiales y se basan en la detención y no priman los derechos fundamentales. En Italia trabajan decenas de organismos, no solo en la atención sanitaria sino también en la localización de posibles casos de asilo, en la atención especializada de menores, y en la garantía de los derechos humanos.

Son refugiados no migrantes económicos en su mayoría, este es un dato que obvian en España. Cada uno trae una vida, una historia, que por cierto nadie escucha y que con la nueva “Ley Mordaza” hasta impiden a estos corresponsales acercarse a esas historias para denunciar vidas que son detenidas o expulsadas cuando corren el peligro de muerte. Los mecanismos fallan

Balsa de Plástico en la que cruzó Zamut el estrecho entre África y Europa. / M.G
Balsa de Plástico en la que cruzó Zamut el estrecho entre África y Europa. / M.G
Inmigración

Los migrantes del Estrecho

La frontera sur de Europa vuelve estos días a ser noticias sobre todo de cara a la llegada migrantes subsaharianos entre Marruecos y España, sobre todo en el punto del estrecho entre Tánger y Tarifa.

En este espacio llegaron el año pasado más de tres mil personas que en muchos casos se identificaron como refugiados. Estos flujos migratorios se incrementan en los meses de julio ya que el clima facilita la llegada de estos que en ocasiones pierden sus vidas en 14km que separa este espacio.

La presión en las fronteras de Ceuta y Melilla, las persecuciones y violaciones de los derechos de los migrantes en Marruecos, cofinanciado por la Unión Europea, hacen que estos salgan del país a través de distintos medios como las balsas de plástico.

Por otro lado, los conflictos armados, la crisis humanitaria y económica de muchos de los países africanos ocasionados por la expoliación constante obligan a estad personas a buscar nuevas alternativas.

Ceuta

La ONU refuerza temporalmente su presencia en Ceuta y…

Uno de los chicos que ha atravesado hoy la valla de Melilla. / José Palazón
Uno de los chicos que ha atravesado hoy la valla de Melilla. / José Palazón

La Delegación en España de ACNUR refuerza su presencia en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla mediante un equipo de tres personas que trabajaran inicialmente hasta finales de año en el ámbito de la protección internacional.

El equipo estará en contacto directo con personas y colectivos que se encuentran bajo el mandato de ACNUR y uno de sus objetivos principales será apoyar las labores de las autoridades españolas en el ámbito de la identificación, derivación y protección de las personas que necesiten la protección del asilo, tras haber accedido al territorio español a través de estas fronteras externas de la Unión Europea.

El incremento de la presencia en Ceuta y Melilla de personas procedentes de países en conflicto, como Siria, Mali, República Centroafricana, Sudán, Sudán del Sur o Somalia, entre otros, que podrían estar en necesidad de protección internacional, ha motivado la decisión de ACNUR de intensificar su trabajo en estas ciudades.

A lo largo de los años, la Delegación de ACNUR en España ha venido desempeñando esta labor realizando, entre otras, misiones regulares a los principales puntos de entrada en España de flujos mixtos -inmigrantes económicos y refugiados-, de conformidad con su mandato internacional y el rol que la legislación española otorga al ACNUR en el procedimiento de asilo. El envío de un equipo especializado a estas ciudades españolas pretende dar continuidad a este trabajo en Ceuta y Melilla donde, desde hace más de un año, llegan cada vez más personas en necesidad de protección internacional.

Inmigración

Más de 170 personas han muerto en el mar…

Migrantes supervivientes del naufragio rescatados por la marina italiana. / M.I
Migrantes supervivientes del naufragio rescatados por la marina italiana. / M.I

El Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR) estima que más de 170 personas han muerto en el mar tratando de llegar a Europa en lo que va de 2014, cifra que incluye a aquellos que perdieron la vida en aguas de Grecia, Libia, Italia y en aguas internacionales.

ACNUR lamenta profundamente el creciente número de muertos por accidentes marítimos en el Mar Mediterráneo durante este año, que ya llega a los 170, a medida que aumenta el número de solicitantes de asilo y refugiados que emprenden la travesía en embarcaciones no aptas para la navegación, a menudo poniendo sus vidas en manos de redes de traficantes sin escrúpulos.

Al menos 17 personas perecieron ahogadas después de que un barco se hundiera en aguas internacionales, a unos 160 km al sur de la isla italiana de Lampedusa, y a unos 80 km al noroeste de Trípoli, en Libia. Entre los fallecidos hay doce mujeres, tres niños y dos hombres. Dos buques mercantes de Francia y de la República de Vanuatu, rescataron a 226 personas que posteriormente pasaron una revisión médica por parte de facultativos italianos trasladados por la marina italiana. El buque francés Bourbon Arcadia rescató a 158 personas, mientras que el Kehoe Tide, de Vanuatu, a 68 personas.

La tragedia se suma a una serie de naufragios en las costas de Libia acaecidos en los últimos quince días, y en los que se cree que han muerto 121 personas en tres accidentes que implicaban a embarcaciones distintas. La guardia costera de Libia ha rescatado a 134 personas. Los supervivientes reciben asistencia médica de ACNUR en cooperación con el International Medical Corps y la Guardia Costera libia. ACNUR también ha proporcionado a los supervivientes ropa, mantas y otros artículos de primera necesidad.

De los otros naufragios, uno tuvo lugar junto a las costas de Libia en torno al 6 de mayo, cuando una embarcación con 130 personas a bordo se hundió apenas 30 minutos después de iniciar la travesía, a pocas millas de la costa. Algunos de los 53 pasajeros supervivientes contaron al ACNUR que los traficantes les empujaron a embarcarse y partir a pesar de que el barco tenía daños en la parte central. Setenta y siete (77) personas habrían muerto ahogadas en este incidente, entre ellos cuatro mujeres. Hasta ayer (12 de mayo) la guardia costera había recuperado 44 cuerpos que se cree pertenecen al mismo naufragio; la mayoría de los cadáveres habían sido arrastrados hasta la playa en los últimos días. Las personas que viajaban a bordo procedían de Sudán, Ghana, Malí, Burkina Faso, Nigeria y Senegal.

La semana anterior (2 de mayo) a la guardia costera libia rescató a 80 personas (ciudadanos eritreos, somalíes y etíopes) después de que su embarcación, no apta para la navegación, comenzara a tener filtraciones de agua a unos cinco kilómetros de la costa. Otras cuatro personas se ahogaron en este incidente.

Dos días antes (30 de abril), la guardia costera de Libia encontró los restos de otro naufragio junto a las costas de Trípoli. El único superviviente, que permanece en estado crítico, fue atendido en un hospital gubernamental; los 40 pasajeros restantes (todos de Somalia) perecieron ahogados.

Entre las víctimas y supervivientes de estos naufragios hay también personas que huyen de la violencia o la persecución en sus países de origen. Los riesgos que asumen al emprender estas peligrosas travesías por mar reflejan las limitadas opciones seguras existentes tanto en Libia y como en otros contextos. ACNUR ha puesto en marcha una campaña de información en colaboración con la guardia costera de Libia, las organizaciones no gubernamentales, las agencias socias de la ONU y los solicitantes de asilo con el objetivo de informar a la gente sobre los riesgos reales que implican los viajes por mar.

ACNUR acoge con satisfacción las operaciones de rescate de las autoridades italianas y libias y la cooperación de las embarcaciones privadas, sin las cuales el número de muertos habría sido, sin duda más alto, pero pide que se siga reforzando las operaciones de búsqueda y rescate, especialmente en aguas que registran un elevado número de incidentes.

ACNUR también insta a los gobiernos de todo el mundo para que ofrezcan alternativas legales a las peligrosas travesías por mar, asegurando que personas desesperadas que necesitan refugio puedan buscar y encontrar protección y asilo. Estas alternativas podrían incluir el reasentamiento, la admisión humanitaria y la facilitación del acceso a la reunificación familiar. También se pide a los gobiernos que eviten medidas punitivas o disuasorias como la detención de personas que buscan seguridad.

Inmigración

Manar pisa tierra en Europa tras huir del conflicto…

Foto difundida a los medios de comunicación de la refugiada antes de salir de Melilla. / F.B
Foto difundida a los medios de comunicación de la refugiada antes de salir de Melilla. / F.B

Manar Almustafa ha recorrido todo el norte de África tras huir de su casa cuando fue bombardeada por el régimen sirio, y hoy ha pisado tierra europea donde pretende recuperarse junto a su padre de las quemaduras sufridas en la guerra y las heridas psicológicas tras perder a una hija.

Manar huyó de la guerra por diferentes países, como Líbano, Egipto o Argelia y, al llegar a Melilla, se topó con la burocracia que le impidió viajar a la península para poder ser atendida de sus graves heridas.

Como otros exiliados del conflicto que vive Siria -hay más de dos millones en los países limítrofes-, ella decidió emprender un viaje que le llevase a Europa si tener que tomar un barco como los que arriban a las costas italianas.

Manar y parte de su familia invirtió su dinero en comprar varios pasaportes marroquíes que le permitieron el acceso a la ciudad autónoma de Melilla, donde ha vivido desde hace dos meses en un piso de alquiler tras escapar de su país con quemaduras en el 90 por ciento del cuerpo.

Uno de sus hermanos, Mohamed Almustafa, ha señalado a los periodistas en el puerto de Málaga que se encuentran satisfechos y que lo primero que van hacer al llegar a Barcelona, donde vive su padre, es ir al médico especialista.

Almustafa ha agradecido la labor del Gobierno de España, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), así como a las personas que le han ayudado en la ciudad autónoma.

«El viaje -ocho horas en barco- lo ha pasado bien, pero el problema son los dolores» ha destacado el hermano de la inmigrante siria quién ha manifestado que ha tenido que tomar pastillas contra el sufrimiento.

El padre de Manar no ha viajado hasta Málaga para recoger a los trece familiares que han llegado desde Melilla, y que se desplazaran hasta Barcelona por diversos medios para encontrarse con él en la ciudad condal.

El hermano de Manar ha lamentado la situación de su país, donde «todo el mundo tiene problemas con la guerra y la gente buscan países tranquilos».

La mujer del hermano de Manar también estaba en el bombardeo, y según Mohamed también va a ser atendida en Barcelona de las secuelas de la guerra.

El caso de Manar ha vuelto a sacar a la palestra las dificultades de los solicitantes de asilo en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que se manifestaron en octubre pidiendo su traslado a la península denunciando su mala situación en los centros de inmigrantes donde suelen residir.

Puedes continuar leyendo mi reportaje para la Agencia EFE en el diario La Vanguardia