Magreb

Sahel, el Afganistán africano

Un grupo armado en los aledaños de la ciudad tuareg de Tombuctú. / D.Sevilla

La región africana del Sahel es en la actualidad un cruce de caminos por el que transitan grupos de diferente naturaleza, entre los que se incluyen tanto grupos yihadistas, algunos de ellos vinculados a la rama magrebí de Al Qaeda como otros desvinculados de dicha rama; el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África del Oeste (Mujao), que tiene en sus manos a los dos cooperantes españoles y una italiana secuestrados en Tinduf; organizaciones de carácter étnico vinculadas a la población tuareg, como el Movimiento Nacional por la Liberación del Azawad (MNLA), así como grupos dedicados al contrabando y otros dedicados al tráfico de droga.

Todos estos grupos se dan cita en una de las zonas más inestables, tanto política como socialmente, lo que ha desembocado en una crisis política en Malí, ya que tras el golpe de Estado de un grupo de militares, los independentistas del MNLA proclamaron la independencia del Azawad (norte de Malí).

Los tuareg son el pueblo autóctono del desierto del Sahara, que está rodeados por la llegada de los árabes por el norte y las tribus subsaharianas por el sur. Históricamente han habitado la región del Sahel como nómadas, pastando en países como Malí, Níger, Argelia, Mauritania o Libia. En la actualidad no todos los tuareg continúan siendo nómadas, existen poblaciones tuareg que se han sedentarizado y se dedican principalmente a actividades agrícolas y ganaderas.

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Mauritania

Más de mil refugiados malienses llegan cada día a…

Campamentos de refugiado de malienses en Mauritania. / Francois Talla (MSF)

Desde finales de enero, cerca de 57.000 malienses han llegado al campo de refugiados de Mbéra, en territorio mauritano, y el flujo de refugiados ya ha pasado de 200 a hasta 1.500 llegadas diarias desde principios de abril.

Los combates entre el ejército maliense, el Movimiento por la Liberación del Azawad y otros grupos armados empujan a las personas a huir hacia Mauritania en dirección a la ciudad de Fassala, situada a tres kilómetros de la frontera con Malí. “La presencia de grupos armados y la confusión política en Malí siembran el pánico entre la población”, afirmó Elisabetta Maria Faga, coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Mbéra. Los refugiados son esencialmente familias tuareg procedentes de la región de Tombuctú. “Llegan exhaustos tras dos días de viaje en camión”, añadió Faga.

En el campo de Mbéra, en pleno corazón del desierto del Sahel y a seis horas de camino del primer hospital de referencia, en Néma, MSF ofrece atención primaria de salud y de salud materna a la población refugiada, así como asistencia nutricional a niños desnutridos. La organización también atiende a la población local a través de varios puestos de salud de la región. “Un gran número de personas padecen infecciones respiratorias y diarrea por la falta de acceso a agua potable y la exposición a temperaturas extremas y a frecuentes tormentas de arena”, explicó Jean-Paul Jemmy, coordinador médico de MSF.

A medida que el número de refugiados aumenta, la respuesta humanitaria se hace cada vez más urgente para mejorar lo antes posible las condiciones de vida en el campo. A día de hoy, unos 57.000 refugiados deben compartir 100 letrinas y cada uno dispone de nueve litros de agua al día. Estas condiciones incumplen los estándares humanitarios que exigen 20 litros de agua por persona y día, y una letrina para cada 20 personas. “Esperamos la llegada de miles de refugiados más en las próximas semanas. En estas circunstancias la ayuda debe ser rápida y eficaz; hay que proveer a los refugiados de cobijo, agua e instalaciones sanitarias, y reforzar de forma global la atención médica de urgencia”, concluyó Jemmy.

Magreb

Los Tuareg proclaman el cese de la violencia

Milicianos tuareg en la región maliense de Azawad. / MNLA

El Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA), después de la liberación completa del territorio de Azawad y tras la presión del Consejo de seguridad ha decidido cesar su actividad militar a partir del jueves 5 de abril a medianoche según un comunicado firmado por Bilal Ag AChérif, Secretario General del movimiento.

Los rebeldes Tuareg han conseguido sus objetivos independentistas tras diferentes operaciones, y el apoyo de las facciones islamistas según los diarios nacionales, que le han llevado a controlar todo el norte de Mali, gracias también al deterioro de las fuerzas gubernamentales que quedaron en jaque tras el golpe de estado por su propio ejército.

La noticia se ha producido tras el anuncio del Consejo de Seguridad de la ONU que expresó en otro comunicado su preocupación por los continuos ataques, saqueos y la ocupación de Azawad por grupos armados en el norte de Mali y exigió el cese inmediato de las hostilidades. Así mismo, el Consejo reiteró su firme condena al golpe de Estado y exigió a los amotinados la liberación inmediata de los detenidos y la restauración del orden constitucional en el país.

En una declaración presidencial, el órgano de seguridad también manifestó su preocupación por la presencia en la región del grupo terrorista Al Qaeda, ya que podría conducir a una mayor desestabilización de la situación de seguridad y humanitaria en el Sahel.

La inseguridad y la inestabilidad política provocadas por los enfrentamientos ha generado el aumento de desplazados y refugiados, la portavoz del ACNUR en Ginebra Melissa Fleming, afirmó que desde enero unas 200.000 personas han sido desplazadas y que cientos de ellas han buscado refugio en países vecinos.

“Nos dicen que huyen por la violencia generalizada y por el caos que aumenta en los pueblos y ciudades. Explicaron que mientras huían hacia Burkina Faso y Mauritania sufrieron ataques de hombres armados que los despojaron de sus vehículos y propiedades personales”, dijo Fleming, algo que el Movimiento por la Liberación de Azawat lo ha negado en su web oficial y ha asegurado que hay una campaña de desprestigio por parte de la agencia francesa AFP.