Andalucía

Bruselas y Rabat, el eje de la acción exterior…

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en un mitin del PSOE. / Oficial
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en un mitin del PSOE. / Oficial

La llegada de Susana Díaz a la Presidencia de la Junta parece que no tornará mucho los intereses exteriores de la comunidad, a pesar de que ya ha dado pinceladas para que la región no sea una más en la agenda global. Díaz ofreció sus primeros tintes exteriores ante la reunión del Grupo Socialista y Demócrata del Parlamento Europeo, donde aclaró que sus intenciones seguían jugándose en Europa pero defendiendo políticas sociales que deben ejercer de ejemplo.

La presidenta de la Junta se mostró ante los eurodiputados como una líder de izquierda y con ganas de encender la mecha del cambio ante las políticas de austeridad llevadas desde Bruselas. El líder de los socialistas europeos, Hannes Swoboda, calificó a Díaz como la voz del «optimismo», tan necesario para afrontar las elecciones europeas. Pero Díaz también tiró de la oreja a la propia UE, a la que recriminó su incapacidad para lograr un acuerdo sobre asuntos migratorios tras la alerta del naufragio en la isla italiana de Lampedusa.

Y es que la presidenta sacó pecho a la situación de la inmigración, y puso a Andalucía como referente, ya que en esta comunidad ha sido donde más ciudadanos africanos han llegado a través de los peligrosos viajes en balsas de plástico o pateras en las últimas décadas. Díaz dejó claro la necesidad de una política en Europa que mejore la situación del asilo y el refugio en la UE que permita evaluar cada uno de los casos, ya que las últimas llegadas continuas de inmigrantes a las costas andaluzas dejaban en relieve la necesidad de estudiarlos porque la hambruna y la violencia eran los principales motores del viaje de unas personas pintadas de inmigrantes con cuerpos de refugiados.

Pero en Bruselas no sólo se cuecen asuntos tan importantes como la inmigración, sino políticas tan substanciales como la agricultura y la pesca, sectores elementales para la acción exterior de la Junta. Motivo por el que Díaz parece que mantendrá la actual oficina de la Junta en Bruselas. Allí, un grupo especializado trabaja día y noche para defender, muchas veces como lobbies, los interés de la comunidad autónoma ante las instituciones del ente supranacional.

Ese reto lo apostilló Díaz ante los eurodiputados reunidos en Málaga, y donde dijo que Andalucía debería ser la puerta a Europa en el mediterráneo y no el fin del continente. Una entrada que se interpreta como una mirada al norte de África que en los últimos años ha jugado un rol primordial en la estrategia exterior de la UE, y donde Marruecos es su principal socio, principal vecino andaluz.

La relación de Andalucía y Marruecos, sobre todo el norte, es una novela de amor ligada a la historia, la cultura y la convivencia. En los últimos años los puertos andaluces se han convertido en la puerta entre Europa y África. Y es normal que la cooperación transfronteriza entre ambas orillas sea buena, Andalucía juega ese papel positivo, y eso repercute en lo económico. La Fundación Tres Culturas es otro ejemplo de la búsqueda de una acción exterior ligada a Rabat, y cuya función no se ha cuestionado con el cambio de Gobierno.

Díaz ha dejado claro ante el parlamento andaluz su posicionamiento activo ante los acuerdos pesquero entre la UE y el reino alauí, que benefician fundamentalmente a la flota andaluza, y que simbolizan el gran acuerdo comercial entre ambas partes.

Pero este plan económico tiene sus defectos, y es el conflicto del Sahara Occidental, donde los socios de Díaz tienen muy claro cuáles son sus posturas. No obstante la presión de IU no ha sido suficiente ya que la presidenta de la Junta sigue con su plan exterior mirando al vecino marroquí.

Lógico. Ya que el papel de la acción exterior andaluza siempre ha estado ligado a la presidencia de la Junta, y que en estos últimos años sigue sin variar marcando como ejes fundamentales a Bruselas y Rabat, y aunque el peso de IU haya querido influir, Susana Díaz se muestra fuerte ante una acción exterior sin variantes.

Texto publicado en los periódicos del Grupo Joly

Magreb

La ONU ‘tira de la oreja’ a las políticas…

Migrantes en campamentos en Túnez. / Foto: ACNUR / F.Kayal
Un experto independiente de Naciones Unidas para los derechos humanos ha llamado a la Unión Europea (UE) a desarrollar un mecanismo de migración en las negociaciones con Túnez, concentrándose en el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos de los migrantes.

«Una gran mayoría de las iniciativas regionales de migración procedentes de la UE siguen centradas en temas de control de fronteras, y no se consideran temas tan importantes la facilitación de los canales regulares de migración», dijo el Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos de los migrantes, François Crépeau, en un comunicado de prensa publicado tras finalizar una visita a Túnez.

«Animo a las autoridades europeas a desarrollar una política más matizada en la cooperación migratoria con Túnez, que va más allá de las cuestiones de seguridad para desarrollar nuevas iniciativas, en consulta y en colaboración real con las autoridades tunecinas, que den lugar al respeto, la protección y promoción de la los derechos humanos de los migrantes «, agregó.

El Sr. Crépeau viajó a Túnez durante los días 3 al 8 de junio, como parte de su estudio anual de la gestión de las fronteras exteriores de la UE, que lo llevará a países clave del tránsito y puntos de entrada para el bloque.
El año pasado, la UE presentó una nueva estrategia de inmigración que incluye planes para atraer a más trabajadores extranjeros en los próximos años para hacer frente a la escasez de habilidades y hacer más fácil para los inmigrantes legales para entrar en la UE.

Amnistía Internacional ha presionado a los gobiernos y a las instituciones de la Unión Europea (UE) para que dejen de poner en peligro a las personas en las fronteras de Europa. La organización pedirá a los miembros del Parlamento Europeo, para que cumplan con su función de “organismo de control” y exijan a gobiernos e instituciones que rindan cuentas por cómo tratan a migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en las fronteras europeas.

Y es que desde el estallido de la Primavera Árabe muchos de los ciudadanos han tenido que salir de países como Libia, donde miles de personas huyeron a Túnez o la isla italiana de Lampedusa.

Además, la crisis económica en la eurozona ha obligado a muchos migrantes, sobre todo del magreb, a volver a sus casas y a las autoridades de la UE a reforzar las medidas de control de frontera exterior para frenar los flujos migratorios en la Europa del este y en el África Subsahariana.