Fanta murió ayer varias horas antes de que el barco naranja de Salvamento localizase su balsa en Alborán. Murió hacinada junto a los decenas de compañeros de viaje que iban a bordo de su balsa con la que cruzó desde Marruecos hacia España. No logró sobrevivir a la tenebrosa ruta del Mediterráneo que sigue sumando nombres a una lista vergonzosa que no despierta la solidaridad de los dirigentes de Europa sino que aviva el discurso del odio contra los que huyen del expolio continuado en África
La mujer falleció este 30 de noviembre de 2018 en una balsa de plástico con la que cruzaban el Mediterráneo más de 60 personas, además el supuesto patrón de la embarcación fue detenido por la Guardia Civil española. En las ultimas 24 más de mil cien personas fueron recuperadas de un total de 25 balsas de plástico con la que los migrantes cruzaron desde Marruecos hacia las costas de Andalucía. La víctimas de las fronteras de Europa sigue aumentando en aguas españolas que suma ya más de 620 vidas fallecidas o desaparecidas durante 2018.
La ruta migratoria desde las costas de Marruecos y Argelia hacia el sur de España ha crecido en este primer semestre del año casi al doble de la registrada en el 2016. Más de cinco mil personas son las que han llegado a su destino, pero miles más no corren con la misma suerte.
Este 4 de julio, Salvamento Marítimo de España confirmó el naufragio de una balsa con 52 migrantes en el que habrían muerto 49 de ellos según el testimonio de los únicos 3 sobrevivientes.
Parece la imagen de un rescate más, esa imagen de la muerte y la desolación de los que huyen a Europa. Una imagen indignante de la que los dirigentes europeos no ponen fin. La imagen rompe el alma.
Es el naufragio de una balsa en el Mediterráneo. El vídeo muestra el operativo en central que lleva a cabo la Guardia Costiera Italiana el pasado 19 de mayo, el rescate grabado por los propios operarios se muestra el operativoen el que interceptaron a más de 1.500 personas. En los últimos segundos se ve la desesperación de un hombre aferrado a la vida sobre las hélices de un mercante. La imagen impacta, luego rompe a llorar tras pasar horas entre la vida y la muerte en el Mediterráneo.
Su llanto es la muestra del dolor de un trauma inmenso que generan los naufragios. Pero los que lo sufren generalmente son encerrados, expulsados o abandonados. Este es el verdadero drama de esos que sortean las fronteras europeas escapando de la muerte segura a la muerte probable. Impactante.
Ceuta ha vivido hoy el salto más numeroso de las últimas décadas. Según las autoridades y el 112 de Ceuta unos 500 migrantes habrían llegado a la ciudad autónoma de España sorteando la alambrada fronteriza. Hay numerosos heridos a ambos lados, y 25 han tenido que ser trasladado al hospital de Ceuta.
Es curioso pero todo esto surge varios días después de que las autoridades de Marruecos advirtieran el pasado 6 de febrero, a través de un comunicado, que el cumplimiento de la sentencia de la Corte de Justicia de la UE del 21 de diciembre que excluye al Sahara Occidental dentro del acuerdo agrícola, tendría consecuencias en varios ámbitos, principalmente el migratorio.
En Marruecos numerosos heridos y una persona inconsciente al caer desde arriba de la valla. Salto #valla Ceuta.
El ministerio de Agricultura marroquí señaló que cualquier obstáculo respecto a los acuerdos agrícolas y de pesca conllevaría el riesgo de que se reanude “el flujo migratorio que Marruecos, mediante un esfuerzo sostenido, ha conseguido gestionar y contener”.
Analistas y fuentes saharauis aseguran que este salto “nada tiene de casualidad” y que Marruecos pretende presionar a la Unión Europea ante la complicada relación tras las sentencias europea que excluia al Sahara del acuerdo agrícola ya que violaba el derecho internacional en referencia a lo que el Reino Alauí considera “provincias del sur” que Europa señala en realidad son “territorios ocupados”.
La crisis UE-Marruecos ha salpicado de lleno al ejecutivo de Rajoy que tanto su ministro del interior, con reunión en Bruselas, como el Secretario de Estado tratan de analizar la situación. Por ello el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, informará este viernes desde Ceuta de los últimos datos sobre el operativo dispuesto por el Gobierno tras la entrada de los migrantes.
No sorprende este encontronazo, ya ha ocurrido en otras ocasiones. Lo que llama más la atención es como España mercadea con las numerosas personas que se rifan en las vías clandestinas la vida y la muerte ante el cerrojazo de Europa a conceder visados.
Las reinas magas no son ni una, ni dos,ni tres. Son cientas con sus caras negras y las palmas de sus manos blancas. Son subsaharianas, de Camerún, Guinea, Nigeria, Mali,…Desde hace años, comienzan su viaje y atraviesan el desierto hasta Argelia muchas veces a pie, para entrar a Marruecos. Allí, viven también durante muchos días y muchos meses, incluso algún que otro año escondidas en campamentos improvisados en los bosques.
Las reinas magas hacen magia para sobrevivir. Se enfrentan a situaciones de hambre, a la falta de higiene, acoso, violencia machista y explotación sexual. Se enfrentan al desamparo de sus derechos, a la inhumanidad de las políticas que les cierran puertas e ignoran unas muy posibles vías seguras. Las reinas magas no vienen en camello guiadas por una estrella, aunque la buscan mientras cruzan el mar Mediterráneo en patera durante la noche, hacinadas con otras 50 personas más. Otras, han intentado sortear las vallas con cuchillas incapaces de rajar sus ilusiones, pero que apalean hasta perder las esperanzas. Incluso, alguna ha conseguido atravesarla en Melilla y ha escapado de las ilegales devoluciones en caliente. Ellas nunca vienen solas. A veces, vienen con algún que otro regalo de la vida.
Las reinas magas, mis reinas magas, llegaron esta mañana en una patera por sus propios medios a las costas andaluzas en Benajarafe, Málaga. Esta vez, eran tres Baltazaras entre 50. Mujeres que regalaban un grito de «boza», un grito de victoria y de libertad, después de haber visto pasar su vida entre las olas tres días a la deriva en alta mar.
Una se arrastró hasta la orilla embarazada ayudada por su compañeros de viaje. 50 migrantes y refugiados que pasaron a disposición policial y trasladados al calabozo, donde después irán a un Centro de Internamiento para Extranjeros, un CIE, una cárcel que no ampara su derecho a migrar. Allí, las mujeres solo tendrán una muda de ropa interior para 60 días. Puede que las deporten o en la mejor de sus suertes las soltarán sin protección ninguna y sin protocolos humanitarios capaces de detectar los casos de trata. La mayoría continuarán su viaje hacia el norte de Europa agotando todas las posibilidades y haciendo todo lo posible por seguir siendo reinas y magas.
Durante el 2016, el flujo migratorio a través del mar Mediterráneo ha obtenido un aumento progresivo respecto al año 2015 en un 50%. Más de 6 mil personas han sorteado la ruta entre Marruecos, Argelia y Andalucía, cruzando el Mediterráneo a través de embarcaciones de goma. Estos datos del gobierno de España no incluyen rutas como la de Canarias, Murcia y Alicante
Casi 6500 vidas fueron rescatadas en el Mediterráneo en el día más largo para las miles de personas que trataron de cruzar hacia el sur de Europa. Cerca de 6.500 atravesaron la ruta más peligrosa del mundo en 40 embarcaciones de plástico y de madera.
Huyen de la guerra, la violencia, la pobreza y el expolio. Son 6500 vidas que pudieron perderse en el fondo del mare nostrum, sin embargo el día más largo de la historia del flujo migratorio en el mediterráneo deja el trauma a miles de personas de origen subsaharianos, entre ellos menores y mujeres.
El barco de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras, Dignity I, intervino ayer en el salvamento en aguas del Mediterráneo central de unas 3.000 personas que viajaban a bordo de 20 balsasneumáticas y de varias embarcaciones de madera, una de las cuales transportaba entre 600 y 700 personas.
“La de ayer es la mayor operación en la que hemos participado en una sola jornada desde que pusimos en marcha la misión de localización y salvamento hace un año”, afirma Nicholas Papachrysostomou, coordinador del proyecto del Dignity I. “Las increíbles cifras hablan de la desesperación que la gente padece en sus países de origen y que les empuja a arriesgar sus vidas para buscar protección en Europa. El Dignity I tiene capacidad para 400 personas pero debido a la situación extrema que vivimos ayer subimos a bordo a 435 hombres, mujeres y niños. Así mismo, tuvimos que emplear todos los chalecos salvavidas con los que contamos: 700, para asistir a otras embarcaciones en peligro. También utilizamos nuestras lanchas rápidas para transferir cuanta gente era posible a otros navíos que operaban en la zona”.
“Rescatamos a un bebé prematuro, de tan sólo cinco días, y a su hermano gemelo, que habían nacido tras ocho meses de gestación”, explica Antonia Zemp, responsable del equipo médico. “La madre viajaba sola. Uno de los bebés vomitaba, sufría hipotermia y no reaccionaba. Tras un primer triaje y dado que su frágil estado de salud le habría impedido sobrevivir al viaje a Italia en nuestro barco, decidimos solicitar su evacuación médica. Finalmente, fue transferido junto a su hermano y su madre a otro buque que les llevaría a tierra con rapidez”, añade Antonia Zemp.
El equipo médico de MSF trató a pacientes por deshidratación, hipotermia, diarrea, fiebre y enfermedades epidérmicas. De las 435 personas rescatadas, 353 eran hombres y 82 mujeres. Entre ellos se incluyen 110 menores, 92 de los cuales viajaban solos, y 13 niños de menos de cinco años.
“De acuerdo con la Guardia Costera italiana, cerca de 6.500 personas fueron rescatadas ayer en el Mediterráneo en 40 operaciones de salvamento diferentes”, declara Papachrysostomou. “Esto prueba que la reacción de la Unión Europea a esta crisis que se desarrolla dentro y a la puerta de sus fronteras ha fallado a la hora de responder a las necesidades humanitarias y de protección de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes. 3.167 personas han perdido la vida en 2016 según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y ACNUR. La Unión Europea debe establecer medidas que faciliten alternativas, legales y seguras para que refugiados y migrantes accedan a la protección y seguridad que buscan desesperadamente”.