Inmigración

Alborán, salvavidas de las migraciones entre África y Europa

El islote de Alborán fotografiado desde un avión. / Google
El islote de Alborán fotografiado desde un avión. / Google

La isla de Alborán es un islote español de origen volcánico, que pertenece administrativamente a la provincia de Almería, comunidad de Andalucía,1 si bien el faro está adscrito a la Autoridad Portuaria de Málaga.

Se encuentra en el mar Mediterráneo, a mitad de camino entre el litoral de dicha provincia y el norte de África.

Debido a su gran valor estratégico, a mediados de los años sesenta del siglo XX se produjeron varios intentos de supuestos barcos de pesca soviéticos de establecer un asentamiento estable en Alborán, lo que motivó al Ministerio de Defensa a establecer en la isla un destacamento permanente de la Armada Española para el control y protección de la misma.

Sin embargo, el islote se encuentra «entre fronteras» lo que permite a los migrantes huyen de África tocar suelo español en un trayecto más corto entre las costas de Marruecos y Argelia con Andalucía.

Alborán es un punto intermedio o una válvula de escape para la peligrosa travesía, sin embargo apenas llega información de lo que ocurre en este islote donde ayer Salvamento Marítimo,prestó asistencia a una patera con 51 ocupantes -5 niños, 13 mujeres y 33 hombres- localizada a unas 3 millas.

Los inmigrantes, todos de origen subsahariano y en aparentes buenas condiciones, desembarcaron en la isla y posteriormente la Salvamar Denébola los ha embarcado para trasladarlos hasta Almería.

Este enclave de unos 71.200 m² es un pequeño salvavidas para muchos migrantes, pero que antes las ilegalidades simultáneas que el Gobierno de España ha realizado tanto en otros islotes como «Isla de Tierra» o las acciones denunciadas por ONG en la valla de Melilla, genera una confusión (opinión) que desvirtúa las labores humanitarias de los agentes a los inmigrantes que intentan llegar a Europa.

Andalucía

Diez años del conflicto de Perejil

Han pasado diez años de la toma de la isla de Laila para Marruecos, y el conocido islote de Perejil para España, por parte de los soldados españoles orquestados por el gobierno de José María Aznar, que desembocó en una crisis diplomática entre Marruecos y España, que casi se convirtió en el primer enfrentamiento armado entre los históricos vecinos.

El clima bélico promovido por los EEUU (declaró la guerra a Afganistán) desembocó que el propio Gobierno de los Estados Unidos tuviese que resolver el conflicto que debilitó a nivel internacional la imagen de la diplomacia española, pero que ensalzó el nacionalismo patriótico y acrecentó lo que la ciudadanía marroquíes llaman la morofobia.

Aunque las acciones de ambas partes fueron poco oportunas lo que la sociedad internacional se llevó de este episodio fue la poca capacidad de análisis y diálogo de una democracia caracterizada por anteponer los servicios diplomáticos a la intervención, algo que el mejor amigo de Bush olvido.

Este es un reportaje en lengua árabe, con otro punto de vista al conocido en el lado europeo del estrecho de Gibraltar.