Inmigración

Más de 170 personas han muerto en el mar…

Migrantes supervivientes del naufragio rescatados por la marina italiana. / M.I
Migrantes supervivientes del naufragio rescatados por la marina italiana. / M.I

El Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR) estima que más de 170 personas han muerto en el mar tratando de llegar a Europa en lo que va de 2014, cifra que incluye a aquellos que perdieron la vida en aguas de Grecia, Libia, Italia y en aguas internacionales.

ACNUR lamenta profundamente el creciente número de muertos por accidentes marítimos en el Mar Mediterráneo durante este año, que ya llega a los 170, a medida que aumenta el número de solicitantes de asilo y refugiados que emprenden la travesía en embarcaciones no aptas para la navegación, a menudo poniendo sus vidas en manos de redes de traficantes sin escrúpulos.

Al menos 17 personas perecieron ahogadas después de que un barco se hundiera en aguas internacionales, a unos 160 km al sur de la isla italiana de Lampedusa, y a unos 80 km al noroeste de Trípoli, en Libia. Entre los fallecidos hay doce mujeres, tres niños y dos hombres. Dos buques mercantes de Francia y de la República de Vanuatu, rescataron a 226 personas que posteriormente pasaron una revisión médica por parte de facultativos italianos trasladados por la marina italiana. El buque francés Bourbon Arcadia rescató a 158 personas, mientras que el Kehoe Tide, de Vanuatu, a 68 personas.

La tragedia se suma a una serie de naufragios en las costas de Libia acaecidos en los últimos quince días, y en los que se cree que han muerto 121 personas en tres accidentes que implicaban a embarcaciones distintas. La guardia costera de Libia ha rescatado a 134 personas. Los supervivientes reciben asistencia médica de ACNUR en cooperación con el International Medical Corps y la Guardia Costera libia. ACNUR también ha proporcionado a los supervivientes ropa, mantas y otros artículos de primera necesidad.

De los otros naufragios, uno tuvo lugar junto a las costas de Libia en torno al 6 de mayo, cuando una embarcación con 130 personas a bordo se hundió apenas 30 minutos después de iniciar la travesía, a pocas millas de la costa. Algunos de los 53 pasajeros supervivientes contaron al ACNUR que los traficantes les empujaron a embarcarse y partir a pesar de que el barco tenía daños en la parte central. Setenta y siete (77) personas habrían muerto ahogadas en este incidente, entre ellos cuatro mujeres. Hasta ayer (12 de mayo) la guardia costera había recuperado 44 cuerpos que se cree pertenecen al mismo naufragio; la mayoría de los cadáveres habían sido arrastrados hasta la playa en los últimos días. Las personas que viajaban a bordo procedían de Sudán, Ghana, Malí, Burkina Faso, Nigeria y Senegal.

La semana anterior (2 de mayo) a la guardia costera libia rescató a 80 personas (ciudadanos eritreos, somalíes y etíopes) después de que su embarcación, no apta para la navegación, comenzara a tener filtraciones de agua a unos cinco kilómetros de la costa. Otras cuatro personas se ahogaron en este incidente.

Dos días antes (30 de abril), la guardia costera de Libia encontró los restos de otro naufragio junto a las costas de Trípoli. El único superviviente, que permanece en estado crítico, fue atendido en un hospital gubernamental; los 40 pasajeros restantes (todos de Somalia) perecieron ahogados.

Entre las víctimas y supervivientes de estos naufragios hay también personas que huyen de la violencia o la persecución en sus países de origen. Los riesgos que asumen al emprender estas peligrosas travesías por mar reflejan las limitadas opciones seguras existentes tanto en Libia y como en otros contextos. ACNUR ha puesto en marcha una campaña de información en colaboración con la guardia costera de Libia, las organizaciones no gubernamentales, las agencias socias de la ONU y los solicitantes de asilo con el objetivo de informar a la gente sobre los riesgos reales que implican los viajes por mar.

ACNUR acoge con satisfacción las operaciones de rescate de las autoridades italianas y libias y la cooperación de las embarcaciones privadas, sin las cuales el número de muertos habría sido, sin duda más alto, pero pide que se siga reforzando las operaciones de búsqueda y rescate, especialmente en aguas que registran un elevado número de incidentes.

ACNUR también insta a los gobiernos de todo el mundo para que ofrezcan alternativas legales a las peligrosas travesías por mar, asegurando que personas desesperadas que necesitan refugio puedan buscar y encontrar protección y asilo. Estas alternativas podrían incluir el reasentamiento, la admisión humanitaria y la facilitación del acceso a la reunificación familiar. También se pide a los gobiernos que eviten medidas punitivas o disuasorias como la detención de personas que buscan seguridad.

Inmigración

El salto migratorio a Europa

El brazo herido de Doumantaine en la sede de Cruz Roja en Málaga. / S.Rodrigo
El brazo herido de Doumantaine en la sede de Cruz Roja en Málaga. / S.Rodrigo

Casi dos millares de inmigrantes aguardan en Melilla su oportunidad de llegar a la Península tras saltar la valla que les retiene en el enclave español a la espera de una autorización que les permita viajar a Europa, como lo hacen en las últimas semanas muchos subsaharianos a través de la conexión con Málaga.

A las ocho de la mañana un barco llega a Málaga, «El Melillero», dentro de el esconden miles de historias entre los dos lados de la orilla, pero hoy además traslada a decenas de inmigrantes que al llegar jalean «por fin, Europa», otras como Bety llama a sus familiares desde su teléfono móvil: «estoy en España».

Honore es un joven camerunés de 22 años, acaba de pisar tierra en Europa, los primero que ve después de esperar cuatro meses en Melilla es el puerto de Málaga, tras un viaje de años que le llevó a atravesar el desierto del Sahara por Argelia para huir de la situación de su país.

Como muchos subsaharianos saltó la alambrada fronteriza, y aunque asegura que su viaje se ha visto estancado se alegra de haber estado en Melilla porque según declara a Efe «la policía en Marruecos nos hacía daño», pero apostilla su temor a la Guardia Civil, la cual le expulsó en uno de sus intentos de llegar a Melilla.

«Lo hemos pasado muy mal en el Gurugú- monte marroquí fronterizo con Melilla- no teníamos nada que comer ni de beber», señala este camerunés que asegura que le gustaría quedarse en España, «mi sueño es estudiar mecánica».

Ahora viaja a un centro de acogida de Cruz Roja en Puente Genil (Córdoba) con apenas equipaje y con diez euros, donados, en el bolsillo y junto a otros compañero de viaje como Doumantaine, originario de República Centro Africana.

Este joven de treinta años llevaba tres meses en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, pero ya tiene los pies en Europa, «gracias a dios» dice en español al recordar su experiencia en los montes fronterizos en Marruecos.

«Cada día en Melilla me acordaba de lo que hemos pasado en el Gurugú», señala a Efe este inmigrante que presenta una fractura en su brazo izquierdo y varias heridas ocasionadas por su salto a la valla y por las concertinas.

«Ahora lo que quiero es trabajar, me da igual lo que sea, no tengo problema», destaca el inmigrante que viene del corazón de África y que pretende buscar sus espectativas de su sueño europeo en Madrid.

Pero la mayoría no es su destino España, sino Francia, así lo afirma a Efe la referente del Área de Inmigrantes y Refugiados de Cruz Roja en Málaga, Patricia Chinchilla, quién ha destacado que el motivo puede ser el idioma y que entiende «que allí tiene más salida desde un punto de vista laboral».

Puedes continuar leyendo este reportaje de la Agencia EFE aquí

Inmigración

La «brouillard» de Melilla

Uno de los chicos que ha atravesado hoy la valla de Melilla. / José Palazón
Uno de los chicos que ha atravesado hoy la valla de Melilla. / José Palazón

Hace unos días varios subsaharianos preguntaban a este periodista si conocía Ceuta y cual eran sus puntos más franqueables, no tenía respuesta para aquella pregunta pero me volvió a lanzar otra preguntar, si era más fácil entrar por Melilla.Este aseguraba que muchos compañeros había salido hacia los montes limítrofes del otro enclave español tras los frustrados intentos en Ceuta.

Lo cierto es que el vallado de Ceuta por su orografía es más complicado, si le añadimos que la alambrada está repleta de concertina, todo lo contrario que en Melilla, donde esta madrugada la palabra más pronunciada era «brouillard». La niebla, esa densa capa que ha cubierto hoy la frontera y que ha permitido que unas 500 personas sorteasen la valla hacia Melilla.

La entrada de inmigrantes de esta mañana en Melilla es ya la más numerosa desde que hay registros, puesto que varias fuentes policiales cifran en unas quinientas el número de personas que lograron saltar la valla y acceder a la ciudad autónoma. Además hay que añadir que otras fuentes cifran en más de treinta personas heridas en la zona marroquí durante el salto, cinco de ellos policías.

Según algunas ONG que trabajan en Melilla han confirmado que de nuevo no se han producido las conocidas como devoluciones en calientes, una información que se corre entre los montes de Marruecos cuyos habitantes clandestinos llevan años entrando en territorio español y expulsado in extremis.

La delegación del Gobierno en Melilla, que ha calificado el salto como el más violento y masivo desde 2005, ha destacado que las adversas condiciones meteorológicas –sobre todo una espesa niebla- unida al conocimiento cada vez más detallado que los inmigrantes tienen de la valla de Melilla, restan eficacia al sistema anti-intrusión, facilitando la entrada masiva.

El numeroso salto se ha producido un día después de que el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, se reuniera en Rabat (Marruecos) con el ministro delegado del Interior de Marruecos, Charki Draiss, para abordar la cooperación de ambos países en la lucha contra la inmigración ilegal y para preparar la reunión del Comité Mixto, contemplado en el artículo 11 del Acuerdo sobre readmisión hispano-marroquí de 1992, que tendrá lugar en Tánger a finales de este mes.

De momento la situación sigue complicándose ya que miles de personas buscan un futuro mejor en Europa y cuya vía sigue siendo las frontera sur, y donde europa sigue empeñada en erigir sus muros sin consideración al carácter humanitario que se viven en estas zonas.

Ceuta

Instan a la Comisión Europea condenar a España por…

Inmigrantes en la frontera del Tarajal de Ceuta. / Twitter
Inmigrantes en la frontera del Tarajal de Ceuta. / Twitter

La muerte de al menos 13 personas en su intento de entrar a la Ciudad Autónoma de Ceuta, ha vuelto a poner en duda la eficacia de los muros de la UE. Los inmigrantes subsaharianos trataban de cruzar la frontera española a nado y fueron recibidos con gases lacrimógenos y pelotas de goma por parte de las fuerzas de seguridad del Estado español.

Motivo por el que Izquierda Unida ha presentado en el Parlamento Europeo una pregunta dirigida a la Comisión instando a que intervenga y exija a España que respete el derecho a la vida y la salud de los migrantes que se arropan en sus fronteras, así como que legisle a nivel europeo para obligar que los Estados miembros se vean obligados a proteger la vida de las personas migrantes.

«No podemos tolerar más muertes. En esta ocasión, las Fuerzas de Seguridad del Estado se han visto salpicadas por unas órdenes que han provocado la muerte de al menos 13 personas. Los inmigrantes no son criminales y no es admisible escuchar como el Delegado del Gobierno criminaliza a unos seres humanos que huyen del hambre y la miseria», sostuvo el eurodiputado de IU.

Izquierda Unida en España ha exigido la dimisión del Ministro del Interior al que considera culpable de las citadas muertes. A nivel de la Unión Europea IU va a emplear todos los instrumentos en su mano para que las instituciones europeas no puedan seguir desentendiéndose de la actitud criminal de algunos Estados miembros que no protegen la vida de los migrantes.

Willy Meyer ha insistido: «Llevamos trabajando mucho para que desde Bruselas se le exija a los Estados miembros de la Unión Europea que protejan la vida de los inmigrantes irregulares, estén o no sometidos a un procedimiento de retorno». «Estas muertes no son accidentales sino que son el producto de los muros de esta Europa fortaleza en la que desean convertir a nuestro continente».

«No podemos olvidar cómo nuestros jóvenes están abandonando España para labrarse un futuro en otros países. Estas 13 víctimas han cometido el mismo delito que estos miles de jóvenes españoles: abandonar su país hacia otro para buscarse el pan. Un pueblo debe tratar a los otros tal y cómo espera que los suyos sean tratados y ante esta masacre no podemos guardar silencio», concluyó el eurodiputado.

Por su parte, la asociación Migreurop ha exigido la creación de una comisión parlamentaria que investigue las prácticas policiales en el control de los pasos fronterizos de Melilla y de Ceuta.

Inmigración

Rescatados diez niños usados como pasaportes humanos para entrar…

Imagen de un mujer subiendo a la embarcación de la Guardia Civil en Melilla. / G.C
Imagen de un mujer subiendo a la embarcación de la Guardia Civil en Melilla. / G.C

La Guardia Civil, en el marco de la operación “HERODOTO”, ha rescatado a 10 menores de edad que eran utilizados por las mafias de trata de seres humanos para facilitar el acceso de inmigrantes ilegales a la ciudad de Melilla. Han sido imputadas doce personas que manifestaban ser sus padres biológicos con el fin de garantizarse un procedimiento preferencial para acceder a Europa o evitar un procedimiento de expulsión. Las mafias suelen lucrarse utilizando tanto a estos niños como a las personas que intentan acceder a nuestro país a cambio de dinero.

Las investigaciones comenzaron el pasado año, cuando la Guardia Civil detectó un nuevo procedimiento utilizado por las mafias internacionales que tratan con seres humanos, que consistía en embarcar en pateras a mujeres con menores de edad, previo pago de entre 1.500 a 2.000 euros por persona para acceder a la ciudad de Melilla.

Tras las primeras investigaciones los agentes pudieron determinar que esos menores podrían no ser verdaderamente los hijos biológicos de quienes decían ser sus madres o conformaban una unidad familiar. Esta cuestión era difícil de acreditar, ya que afectaban a diversos ámbitos de derecho internacional, tanto público como privado y tenían que ser varias las Administraciones que actuasen coordinadas.

Por ello, se puso en marcha un protocolo de actuación en el que han colaborado INTERPOL, la Fiscalía de Menores, autoridades judiciales, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), la Dirección General del Menor y la Familia de la Consejería de Bienestar Social y Sanidad de Melilla y la Universidad de Granada para realizar las pruebas de ADN.

En el marco de este protocolo se realizó la prueba de ADN a 12 personas de procedencias subsahariana y argelina, con las que se ha puesto de manifiesto que en 10 casos no había vinculación biológica con los supuestos progenitores.

Los menores eran captados y comprados en terceros países por las organizaciones dedicadas a la trata de seres humanos y posteriormente entregados a inmigrantes adultos, también captados por estas redes para ser explotados en Europa. De esta forma la organización se aseguraba que los menores actuaban de “seguro o salvoconducto”, en su objetivo de acceder por vía marítima a Melilla.

Las mafias embarcaban a los adultos junto a los menores en pateras, en donde el adulto solía abusar de su superioridad y de la vulnerabilidad del menor (normalmente niños menores de 10 años) poniendo en riesgo sus vidas, salud e integridad física. Ya en una ocasión se recuperó el cuerpo de un menor fallecido por ahogamiento en el mar, cuyo cadáver no fue reclamado por ninguno de los inmigrantes que iban en la patera.

En otras ocasiones, cuando los inmigrantes eran interceptados por alguna patrullera de la Guardia Civil, amenazaban con lanzar al menor al agua, o incluso prender fuego a la embarcación en la que viajaban.

También se ha dado el caso de un menor que estuvo registrado en el CETI en dos ocasiones, con sus supuestas madres biológicas, una de las cuales llegó a dejarlo abandonado en el centro.

En otro caso se ha detectado a varias inmigrantes del CETI que decían ser madres biológicas de un mismo menor, con el fin de ser registradas como una unidad familiar. En realidad se comprobó que este menor había sido vendido por 20.000 dinares por su verdadera madre biológica, que también se encontraba acogida en el mismo centro.

Asimismo, se han dado casos de unidades familiares registradas en dicho centro que al saber que estaban siendo investigadas por los agentes han abandonado el lugar con el menor.

Los menores rescatados están bajo la tutela de los servicios sociales de la Ciudad Autónoma de Melilla. Además, tras la realización de estas investigaciones y comprobaciones por parte de las distintas autoridades que han participado, se ha conseguido que las mafias dejen de usar a los menores en este tipo de prácticas.

Inmigración

Inmigrantes denuncian las expulsiones ilegales de España ante Estrasburgo

infografía de Isla de Tierra. / Wikipedia
infografía de Isla de Tierra. / Wikipedia

Dos ciudadanos cameruneses han presentado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo, una demanda contra el Estado español por haber sido expulsados ilegalmente de Isla de Tierra en septiembre de 2012. En su demanda, solicitan que el Alto Tribunal condene a España por haber ejecutado una expulsión colectiva, expresamente prohibida por el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH), negándoles la posibilidad de solicitar asilo en nuestro país y acceder a la tutela judicial recogida en la normativa española e internacional.

También denuncian que su expulsión se produjo hacia un país, Marruecos, donde «se violan sistemáticamente los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas de origen subsahariano» egún un comunicado de de la sección española de Migreurop.

La Ley de Extranjería, al igual que el CEDH, contempla la obligatoriedad de las autoridades de informar a los inmigrantes interceptados de sus derechos, ofreciéndoles la posibilidad de acceder a un abogado, a un intérprete y a la tutela judicial efectiva. También es obligación de las autoridades proceder a la identificación de perfiles vulnerables que no pueden ser expulsados por cuestiones de índole humanitaria o por tratarse de potenciales personas refugiadas o víctimas de trata. En cambio, el Gobierno español decidió expulsarles de forma colectiva, sin estudiar de forma individualizada cada caso.

De esta forma se le negó a Enmanuelle, uno de los demandantes, la posibilidad de solicitar asilo en España, viéndose obligado a solicitar protección internacional en Marruecos, país que segun las organizaciones denunciantes «carece de un sistema eficaz de asilo y dónde existe un grave problema de discriminación hacia las personas refugiadas subsaharianas».

La expulsión colectiva también tuvo como consecuencia «la imposibilidad de recurrir la decisión ante los tribunales, al impedirse el acceso a los procedimientos establecidos por Ley, con las debidas garantías, ni ser informados de las vías para defender sus derechos». La obligatoriedad de acceso a un recurso efectivo está recogida en el CEDH, siendo, por tanto, condenable por el Alto Tribunal esta actuación del Gobierno español.

Violando también el principio internacional de no devolución a países dónde puedan sufrir torturas y tratos degradantes e inhumanos, los demandantes, junto con el resto del grupo, fueron expulsados a Marruecos, país denunciado por múltiples organismos internacionales y ONG por «violar sistemáticamente los derechos humanos de personas migrantes y refugiadas subsaharianas».

Denis, el otro demandante, ha lamentado que fue víctima de «una brutal paliza por parte de la gendarmería marroquí al negarse a subir a un autobús con destino al desierto argelino, donde sería abandonado a su suerte» cita el comunicado. La expulsión de personas subsaharianas al desierto, cerca de la ciudad fronteriza de Oujda, es una práctica habitual de las autoridades marroquíes que no puede desconocer el Estado español.

Los hechos, de significativo impacto mediático en España, acontecieron en 2012, cuando una primera embarcación arribó en la madrugada del 28 al 29 de agosto al islote de Isla de Tierra con 19 personas en su interior, incluyendo mujeres embarazadas y niños. Posteriormente, en la madrugada del 1 al 2 de septiembre, llegaría otra embarcación con 68 personas en su interior. La expulsión colectiva se produciría en la madrugada del martes 4 de septiembre, cuando la Guardia Civil entregó a las Fuerzas de Seguridad de Marruecos las 73 personas subsaharianas que se encontraban aún en Isla de Tierra. Con anterioridad habían sido trasladadas a Melilla las mujeres embarazadas, los niños y sus madres.

Tras varios meses de investigación, las organizaciones españolas de Migreurop (ACSUR, Andalucía Acoge, APDHA, CEAR, Elín, Mugak y SOS Racismo) en colaboración con la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), consiguieron localizar en Rabat a Enmanuelle y Denis, quiénes habían conseguido regresar a territorio marroquí tras su expulsión a Argelia. Una vez entrevistados e informados de sus derechos, decidieron interponer una demanda contra el Reino de España ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.