Andalucía

66 millones de desplazados

Crece el número de desplazamientos forzados en el mundo.“Con casi 66 millones de desplazados en el mundo, estamos cerca de alcanzar un número récord”, declaró Filippo Grandi, el Alto Comisionado para los Refugiados,refiriéndose a un aumento del 70% desde 2009, quién además pidió este al Consejo de Seguridad más acción a favor de la paz y la seguridad.

“Será que ya no sabemos cómo negociar la paz?” preguntó a los miembros del Consejo, después de enlistar la crisis de Siria, un “conflicto catastrófico” que ya está en su séptimo año, y la de Burundi, Sudán del Sur, República Centroafricana, Afganistán, Somalia y Myanmar.

“El Consejo de Seguridad tiene como propósito resolver los conflictos y mantener la paz – yo veo el fracaso cada día en las vidas de docenas de millones de personas, desterradas y forzadas a abandonar sus hogares”, insistió.

El Alto Comisionado detalló varias propuestas de acción por parte del Consejo de Seguridad y aseguró que éste principalmente debe apoyar medidas de prevención para actuar sobre las causas profundas de desplazamiento y evitar que las crisis empeoren.

“Los actores humanitarios y las fuerzas de mantenimiento de la paz deben de hacer uso de sus fortalezas para proteger a los civiles, en el respeto de los principios humanitarios de neutralidad e imparcialidad”, agregó.

Asimismo, Grandi pidió “acciones determinadas” para enfrentar el tráfico de personas, y proceder con la identificación y el juicio de los perpetradores de esos “horribles crímenes”.

Además, recordó la necesidad de proteger a los desplazados, sea en los países afectados o en las comunidades de acogida.

Sin embargo, el Alto Comisionado aseguró que el retorno de los desplazados es imposible sin la restauración de la paz y la seguridad y que solo medio-millón de refugiados regresaron a sus hogares el año pasado.

Finalmente, Grandi lamentó que la solidaridad internacional esté debilitándose. “Mientras muchos países dejan sus fronteras abiertas para los refugiados y los albergan generosamente, algunos, frecuentemente ricos y poco impactados por los flujos de desplazados, limitan el acceso al asilo e impiden la entrada”, concluyó.

Magreb

Refugiados, 60 millones forzados a huir

Centenares de personas atraviesan el mediterráneo, la ruta más peligrosa del mundo. / ACNUR
Centenares de personas atraviesan el mediterráneo, la ruta más peligrosa del mundo. / ACNUR

El nuevo informe anual de ACNUR “Tendencias Globales” muestra un fuerte aumento en el número de personas que se han visto forzadas a huir de sus hogares. En concreto, a finales de 2014, un total de 59,5 millones de personas se han convertido en desplazadas forzosas, en comparación con 51,2 millones del año anterior. Tan durante el pasado año, unos 13,9 millones de personas se convirtieron en nuevos desplazados – cuatro veces más que en 2010. En todo el mundo hubo 19,5 millones de refugiados, 38,2 millones de desplazados internos y 1,8 millones de personas a la espera de la resolución de sus solicitudes de asilo.

En 2014, cada día una media de 42.500 personas se convirtieron en refugiadas, solicitantes de asilo o desplazadas internas, lo que supone que la cifra se ha cuadruplicado en sólo cuatro años. A nivel global, una de cada 122 personas es ahora refugiada, desplazada interna o solicitante de asilo. Si todas estas personas formaran un solo país, éste sería el 24º Estado con más población del mundo.

Somos testigos de un cambio de paradigma, de una marcha descontrolada hacia una era en la cual tanto la escala de desplazamiento forzado como la respuesta que se necesita han alcanzado unos niveles que eclipsan claramente todo lo que hemos visto antes”, declaró el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres. “Es terrible que, por un lado, cada vez haya más impunidad para aquellos que provocan los conflictos y que, por otro, la comunidad internacional parezca totalmente incapaz de trabajar de manera conjunta para poner fin a las guerras y para construir y preservar la paz”.

El informe de ACNUR indica que, en todas las regiones, el número de refugiados y desplazados internos está aumentando. En los últimos cinco años, han estallado o se han reactivado al menos 15 conflictos: ocho en África (Costa de Marfil, República Centroafricana, Libia, Malí, noreste de Nigeria, Sudán del Sur y, este año, Burundi); tres en Oriente Medio (Siria, Irak y Yemen); uno en Europa (Ucrania) y tres en Asia (Kirguistán, así como varias regiones de Myanmar y Pakistán). Pocas de estas crisis se han resuelto y la mayoría de ellas continúan produciendo nuevos desplazamientos. En 2014, sólo 126.800 refugiados pudieron regresar a sus países de origen, la cifra más baja registrada en los últimos 31 años.

Debido a la grave escasez de fondos y a las grandes lagunas en el régimen global de protección de las víctimas de guerra, las personas que necesitan ayuda y refugio están siendo abandonadas”, declaró António Guterres. “En esta era de desplazamiento masivo sin precedentes, necesitamos una respuesta humanitaria sin precedentes también y un compromiso global renovado hacia la tolerancia y la protección de las personas que huyen de los conflictos y la persecución”.

Siria es el país que a nivel mundial ha generado el mayor número tanto de desplazados internos (7,6 millones), como de refugiados (3,88 millones al final de 2014). Afganistán (2,59 millones) y Somalia (1,1 millones) son los siguientes países que generan más refugiados.

Sahel

Aumenta el número de desplazados internos en Malí


Los nuevos datos obtenidos en Malí muestran un número de desplazados internos superior al previamente comunicado. Según la Comisión de Movimiento de Población en Malí, uno de los grupos de trabajo incluidos en el Cluster de Protección liderado por ACNUR, al menos 203.845 personas están desplazadas actualmente en el interior del país. Anteriormente, la estimación era de 118.795 personas.

El mayor acceso a las zonas del norte del país por parte de la Comisión, así como la mejora en el recuento de desplazados internos en Bamako, gracias al trabajo realizado por la OIM, han permitido actualizar las cifras. En la capital del país, Bamako, el número de desplazados se estimaba en el mes de septiembre en 46.000 personas, frente a las 12.000 en junio y julio.

No obstante, también hay indicios de que se han producido nuevos desplazamientos en el interior del país. Algunos malienses se habrían visto obligados a huir debido a la inseguridad general y al deterioro de los derechos humanos en el norte del país, al temor ante la actividad militar inminente, y por la pérdida de sus fuentes de sustento y el acceso limitado a los servicios básicos.

Asimismo, se ha observado un aumento en la llegada de refugiados a los países vecinos: Níger recibió 3.853 nuevos refugiados en septiembre y octubre, mientras que a Burkina Faso llegaron el mes pasado 1.000 refugiados malienses. En total, actualmente en la región hay cerca de 210.000 refugiados.

Para ACNUR y sus socios resulta cada vez más difícil acceder a los refugiados en Níger, Burkina Faso y Mauritania. El riesgo de secuestro de trabajadores humanitarios obliga a nuestros equipos a viajar con escolta armada. Las alertas de seguridad son frecuentes, lo que limita el acceso a los campos y reduce nuestra capacidad para prestar asistencia a los refugiados.

En Burkina Faso, ACNUR ha iniciado la reubicación voluntaria de los refugiados malienses desde el campamento de Ferrerio y el asentamiento de Deou Tamachek, en la provincia norteña de Oudalan, hacia Goudebou, un campamento mejor y más seguro situado más al sur. Ferrerio acoge actualmente 9.700 refugiados, mientras que Deou Tamachek ofrece cobijo a 2.100 refugiados. Hasta el momento ya se ha trasladado a 400 malienses desde estos campamentos hasta Goudebou. Hoy mismo está prevista la salida desde Ferrerio de un convoy con 200 refugiados y a lo largo de las próximas semanas se organizarán nuevos convoyes desde otros asentamientos.

La seguridad es también un motivo de preocupación en Níger. El curso escolar no ha comenzado aún en los campos porque las infraestructuras escolares no han terminado de construirse. ACNUR teme que al no estar escolarizados, niños y adolescentes puedan regresar a Malí para seguir estudiando, donde existe el riesgo de reclutamiento forzoso por parte de varios grupos armados. La falta de financiación para actividades recreativas y profesionales en los campamentos hace que muchos de los refugiados no puedan ocupar su tiempo de una manera significativa.