Cuarenta años del Polisario
Está claro que el objetivo principal del Frente Polisario es obtener la independencia del Sahara Occidental, pero tras cuarenta años de lucha militar, política y diplomática la situación sigue estancada sin buenos augurios a corto plazo.
El actual representante legítimo del pueblo del Sahara Occidental ante la ONU no ha conseguido avances significativos desde el alto al fuego y no se han depurado responsabilidades tras los incidentes más destacables, siguen las mismas caras cuarenta años después y con una segunda y tercera generación bien formada políticamente.
Los independentistas contienen a estas generaciones de su población para evitar movimientos radicales o violentos de los refugiados hacia la frontera con el Sahara emitiendo un mensaje pacifistas que abanderan desde el fin de la guerra.
El conflicto del Sahara se estanca en su aniversario y la regeneración política no llega
Polisario es también un fuerte colaborador de occidente contra la lucha del radicalismo islámico y el salafismos en la región tal y como constataron los cables de Wikileacks, pero este no es el papel de la organización independentista.
Por otro lado, la organización dirigida por Mohamed Abdelaziz controla la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), considerada como la república africana con más universitarios en comparación con su población, sin embargo estas nuevas descendencias emergentes y bien formadas no obtiene sus espacios en el ámbito político del Frente Polisario, reservado a los “sabios” del desierto.
Marruecos, por su parte, continúa sus ambiciones expansionistas en el territorio ocupado y son los saharauis de estas zonas los que continúan las protestas y las expresiones políticas, compartiendo las ambiciones del Frente Polisario.
El reino alauí ha conseguido estancar el conflicto en su beneficio mientras el Polisario ha quedado atrapado en el desierto más inhóspito de la tierra a la espera de un referéndum que no llega y reclamando ayuda humanitario para alimentar a más de 200.000 refugiados.
“El Polisario está viejo, pero no tenemos que cambiar de grupo sino de dirigentes”, este es el mensaje de algunos jóvenes saharauis que viven tanto en los campamentos de refugiados como en la diáspora y que siguen esperando su derecho a la autodeterminación.
Los grandes avances desde el año 1991, alto al fuego, del Polisario han sido los apoyos ciudadanos y la solidaridad hacia su pueblo en Europa y América Latina, sobre todo en España, pero el mensaje de una causa justa no ha convencido a la Comunidad Internacional que sigue condenando a estos a sobrevivir en el desierto de los desiertos.