La comunidad internacional apoya la guerra en Malí que…

Un grupo de soldados franceses entrenando en el desierto de Djibuti. / Defense

El Secretario General acogió con beneplácito la respuesta que han dado los países socios de Mali a la petición de asistencia del gobierno maliense para afrontar a los grupos armados y terroristas que avanzaban hacia el sur del país, sobre todo la intervención de Francia. Además organizaciones de derechos humanos como la FIDH y su organización miembro en Mali, AMDH aceptan la intervención pero se unen al llamamiento de Amnistía Internacional de garantizar la protección de los civiles en zonas de conflicto.

En un comunicado, Ban Ki-moon confió en que estas acciones ayuden a contrarrestar la ofensiva más reciente de los grupos irregulares mientras se implementa a cabalidad la resolución 2085 del Consejo de Seguridad que pide la restauración completa del orden constitucional y la integridad territorial de Mali.

Ban consideró que los últimos eventos subrayan la urgencia de que se cumplan todos los aspectos de dicha resolución, incluidos el apoyo a los esfuerzos de mediación de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), la elaboración de un mapa de ruta consensuado y el suministro de asistencia a las fuerzas de defensa maliense y a la Misión Internacional de Apoyo a Mali con Liderazgo Africano (AFISMA).

El Presidente de la Republica Francesa, Francoise Hollande, ha prometido que enviará a más efectivos a Malí, en concreto 1.700, llegando así a los 2.500 efectivos que tienen como objetivo apoyar al ejercito maliense en la lucha contra las imposiciones fundamentalistas de unas minorías armadas del norte pertenecientes a la rama magrebí de Al Qaeda.

Soldados franceses a su llegada a Malí. / Defense
Hollande, socialista, está perdiendo popularidad entre los franceses desde el envío de tropas a Malí, sin embargo su popularidad está creciendo en el país africano, por ello el presidente de la Republica se ha propuesto no acaparar la iniciativa de la guerra y buscar apoyos en otros países del golfo, como los Emiratos donde ya han tendido la mano al francés.

Hasta el momento los periodistas no pueden acudir al frente, y fuentes de ciudades ya bombardeadas por Francia no responden, aso sí muchos de ellos ya han tomado camino hacia Bamako, capital de Malí, donde actualmente viven unos 46.000 desplazados internos desde el inicio del conflicto y donde según la Comisión de Movimientos de Población en Malí, y basándose en fuentes de información de distinta fiabilidad, 648 personas llegaron desde el norte entre el 10 y el 13 de enero, unas 360 llegaron a Ségou y 226 a Mopti desde la región de Tombuctú.

Por otro lado, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas unas 1.200 personas han huido del país desde la llegada de los franceses ha países vecinos como Mauritania, Burkina Faso o Níger, que han cerrado las fronteras pero permiten el paso de refugiados.

El vecino Argelia, cuyo presidente se reunió junto a su homólogo maliense, también ha cerrado fronteras reforzando fuertemente su presencia militar en el sur del país donde no permitirá el acceso de ciudadanos malienses, ni la salida a ese país, ya que se prevé que muchos grupos terroristas provengan del sur de Argelia o de la propia Libia para defender a los integristas. No obstante, el Secretario General de la Media Luna Roja Argelina, M. Lahcène Bouchakour, dijo que la situación en el extremo sur de Argelia era «estable», pero que habían aumentado los dispositivos para prever una crisis humanitaria.

MSF exige que se vele por la seguridad de…

Refugiados malienses en un campamento en Mauritania. / MSF

Médicos Sin Fronteras (MSF) exige a las partes en conflicto que velen por la seguridad de los civiles en Malí después de que este fin de semana se registraran bombardeos en Gao, Douentza y Lere.

Varios puntos de la región norteña de Gao fueron bombardeados el domingo por la mañana, en concreto las localidades de Ansongo y Gao. En esta provincia, MSF trabaja en el hospital de referencia de Ansongo, donde atiende urgencias y ofrece atención primaria, apoya dos centros de salud (uno de ellos en las afueras de Gao) y tiene una clínica móvil.

Más al sur, en Douentza, los ataques aéreos se reanudaron también el domingo. Un equipo médico de MSF está actualmente trabajando en el hospital de esta ciudad, ubicada en la región de Mopti, enclave del ejército francés en su ofensiva hacia el norte.

“Debido a los bombardeos y los combates, nadie sale a las calles en Douentza y los pacientes no están llegando al hospital”, cuenta Rosa Crestani, coordinadora de emergencias de MSF, quien añade: “Estamos preocupados por la gente que vive cerca de las zonas de combates y llamamos a todas las partes en conflicto a que velen por la seguridad de los civiles y dejen las estructuras médicas intactas”. Entre la noche del 10 y el 11 de enero, MSF ya recibió “varias llamadas alertando de numerosas víctimas y heridos en Konna, entre ellas civiles”, añade Mego Terzian, responsable de la respuesta de emergencias en Malí.

MSF ha enviado dos camiones con material médico y medicamentos para fortalecer los centros de salud de la región de Mopti. Muchos de los habitantes han huido de los combates y algunas zonas se han convertido en ciudades fantasmas.

Tras los bombardeos en Lere (norte de Malí), varios centenares de personas han cruzado la frontera de Mauritania. Los equipos de MSF ya han activado su respuesta de emergencia. “Ya son 200 refugiados los que han llegado por carretera al campo de Fassala, en Mauritania”, resume Karl Nawezi, jefe de los programas humanitarios de MSF en este país, quien explica que muchos otros están intentando huir a pie.

Además de en las mencionadas zonas afectadas por la violencia, MSF tiene equipos trabajando en el hospital de referencia de la región de Tombuctú, adonde han llegado unos doce heridos a causa de los combates, que tienen lugar a unas siete horas por carretera. Otros equipos de la organización humanitaria trabajan en nueve centros de Tombuctú.