El laberinto del campamento de Shousha
Entre la frontera de Libia y Túnez se erigió durante la guerra contra Gadafi un campamento de refugiados para los ciudadanos de origen africanos que sufrieron discriminación en el país magrebí por parte de los rebeldes del CNT.
El campamento de Shoucha, controlado por el ACNUR concedió el derecho de refugiados a estos exiliados que se vieron obligados a permanecer en la zona y posteriormente a ser realojados en países industrializados. Sin embargo, aún quedan personas en este campamento que tenía previsto desaparecer el 30 junio de 2013.
41 refugiados africanos procedentes de este conflicto, cuatro de ellos niños, mantienen una protesta desde finales de marzo ante la sede del ACNUR en Túnez. Estos días algunos de ellos han tenido que ser intervenidos en hospitales ya que los 37 adultos comenzaron una huelga de hambre el día 1 de abril, según informó una plataforma de asociaciones marroquíes de apoyo a los migrantes que ha convocado protestas ante la sede de ACNUR en Rabat.
Unos 200 refugiados siguen sin solución en Túnez en vísperas del cierre por parte de ACNUR
Otros refugiados se encuentran en huelga de hambre en el campamento de Shousha con las mismas demandas y los mismos riesgos. Además, alrededor de 200 personas se encuentran en este campamento sin la condición de refugiado impidiéndoles el acceso a los servicios de comida del campamento, sin contar su estatus jurídico como personas.
Todavía no se ha encontrado una solución para las personas que viven allí. La única alternativa que les queda a los refugiados reconocidos es unirse a los programas de integración en Túnez. Pero los refugiados se quejan de ser discriminados en Túnez a causa de su nacionalidad o color de la piel, esto ha obligado a muchos tomar la opción de migrar a Europa a través de pateras hacia Europa.
Y es más, si la situación se estanca los ciudadanos atrapados en Túnez tomaran la decisión de migrar, facilitando los flujos hacia la frontera de Argelia a través del Sahara para arribar a Marruecos y conseguir sus objetivos en Europa a través de la Valla de Melilla o las pateras en el estrecho de Gibraltar.