Marruecos

El Relator especial de las Naciones Unidas contra la…

Juan Méndez, relator especial de la ONU. / UN Photo

El Relator Especial de la ONU de la tortura, el argentino, Juan Méndez, tiene previsto realizar una visita de «campo» a Marruecos y al Sáhara Occidental del 14 al 21 de septiembre para preparar un informe cabal sobre violaciones de derechos humanos en el mundo, según una fuente diplomática saharaui.

Los medios de comunicación señalan que en el marco de esta visita, «las autoridades marroquíes intentan tapar la mísera situación de los detenidos políticos saharauis en las cárceles marroquíes» cita un comunicado de la agencia saharaui.

Las autoridades marroquíes han llevado a cabo un intento este fin de semana de «aliviar la situación de tensión e ira» que presentan algunas cárceles, especialmente las marcadas por huelgas de hambre por los presos políticos saharauis en vista de la visita del funcionario de la ONU, de acuerdo con la misma fuente.

En un contexto relacionado, se espera que una delegación de la Comisión de Derechos Humanos de la Unión Africana realice una visita de trabajo para evaluar la situación de los derechos humanos en la región durante la segunda mitad de este mes, según lo informado a SPS por la embajada saharaui en Addis Abeba.

La delegación multinacional encabezada por la presidenta del Centro Robert. F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos pidió acelerar el establecimiento de «un mecanismo internacional permanente de derechos humanos del pueblo saharaui», en un informe preliminar publicado sobre graves violaciones de los derechos humanos cometidas por el Estado marroquí contra los saharauis tras la visita de la delegación encabezada por la Sra. Kerry Kennedy, a los territorios ocupados del Sáhara Occidental y los campamentos de refugiados saharauis del 24 al 31 de agosto.

Libia

Continúa la tortura en Libia

Un ciudadano libio celebra la victoria de la nueva Libia. /UN PHOTO

Varios detenidos han muerto tras ser sometidos a tortura en Libia en las últimas semanas y meses en un contexto de torturas y malos tratos generalizados contra presuntos combatientes y seguidores de Gadafi, según declaró Amnistía Internacional.

La delegación de Amnistía Internacional que está actualmente en Libia se ha reunido con detenidos en Trípoli, Misrata y Gheryan y sus alrededores, que mostraban señales visibles de torturas infligidas en los últimos días y semanas. Sus lesiones incluían heridas abiertas en la cabeza, extremidades, espalda y otras partes del cuerpo.

La tortura es infligida por entidades militares y de seguridad reconocidas oficialmente, así como por multitud de milicias armadas que actúan fuera de cualquier marco legal.

“Después de todas las promesas de poner bajo control los centros de detención, es horroroso descubrir que no ha habido ningún avance para poner fin al uso de la tortura”, ha declarado desde Libia Donatella Rovera, asesora general sobre respuesta a la crisis de Amnistía Internacional.

“No sabemos de ninguna investigación adecuada sobre casos de tortura, y ni los supervivientes ni los familiares de quienes han muerto en detención han tenido ningún recurso a la justicia ni recibido reparación alguna por lo que han sufrido.”

“Aunque muchos detenidos nos han contado sus experiencias de tortura, algunos estaban demasiado asustados para hablar —por temor a sufrir torturas peores si denunciaban— y se limitaron a enseñarnos sus heridas.”

Los detenidos, tanto ciudadanos libios como de otros países del África Subsahariana, dijeron a Amnistía Internacional que les habían suspendido en posturas forzadas; les habían golpeado durante horas con látigos, cables, mangueras de plástico, cadenas y barras metálicas y palos, y que les habían aplicado descargas eléctricas con cables y con armas de electrochoque tipo Taser.

Los patrones de las lesiones que ha observado la organización eran compatibles con sus testimonios. Los informes médicos que ha visto Amnistía Internacional confirmaban también el uso de la tortura en varios detenidos, algunos de los cuales murieron bajo custodia.

La mayoría de los detenidos son libios sospechosos de haber sido leales al coronel Gadafi durante el reciente conflicto. También se sigue deteniendo al azar a ciudadanos extranjeros, en su mayoría del África Subsahariana, incluido en relación con su condición jurídica irregular, y algunos son torturados.