Exteriores

Vulnerables cooperantes

Las cooperantes de MSF, Montserrat Serra y Blanca Thiebaut. / MSF
Las cooperantes de MSF, Montserrat Serra y Blanca Thiebaut. / MSF

Esta semana hemos recibido la buena noticia del rescate de las dos cooperantes secuestradas en Kenia, concretamente en Dadaab, considerado el campamento de refugiado más grande del mundo antes de estallar el conflicto sirio.

Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, las dos trabajadoras humanitarias de Médicos Sin Fronteras (MSF) liberadas en Somalia después de 21 meses en cautividad, son el ejemplo de dos cooperantes que decidieron invertir su formación en el trabajo contra la injusticia y que desafortunadamente se convirtieron parte de la desgracia que miles de personas viven en la región.

Pero esta liberación marca el fin de los secuestros contra españoles en África, y es que todos los secuestros que han llevado a cabo contra españoles siempre han sido trabajadores humanitarios, un lamentable acto que perjudica seriamente la estabilidad de estos países.

En este caso la gestión de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), no ha sido tan escandaloso y ni ha repercutido a la población afectada, es más MSF continúa trabajando en la zona obligando el rescate y el cese contra los colaboradores.

En el secuestro de los cooperantes españoles en los campos de refugiados saharauis de Argelia la estrategia fue totalmente distinta, una vez liberados se procedió al desalojo de los cooperantes abandonando las tareas de estos trabajadores, certificando de alguna manera que los gastos por la liberación eran evidentemente altos.

Y es que España paga sus rescates, al parecer no en esta ocasión, sobre todo los cometidos por organizaciones salafistas en el Magreb que se han lucrado a costa de este capital ocasionando extorsiones e incluso conquistando territorios como el norte de Malí.

Ser cooperante es un reto para muchas personas que deciden entregar su tiempo y trabajo a la acción social, y las poblaciones receptoras de su ayuda agradecen eternamente su labor, no obstante los riesgos que corren estas personas son muchos.

Viven en zona de riesgos bélicos, sanitarios, higiénicos que les hace aún más fuerte pero que les hace vulnerables ante situaciones como los secuestros, y es que el cooperante es el penúltimo de la cola antes del damnificado, viven con ellos, como ellos, y hasta sufren los mismos riesgos.

Sahara Occidental

Los cooperantes vuelven a Tinduf tras la evacuación de…

La delegación enviada por CEAS-Sahara en Barajas. / M.G

Diez días después de la evacuación por sorpresa de los cooperantes españoles en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, por orden del Ministerio de Asuntos Exteriores, algunos de estos desafiaron la sugerencia del Gobierno volviendo al trabajo.

Los cooperantes viajaron en un vuelo organizado por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara (CEAS-Sahara), junto a una alta representación del movimiento solidario, que tienen como objetivo mostrar al Gobierno de Rajoy una prueba de la seguridad en los campamentos de Tinduf, controlados desde 1975 por el Frente Polisario, y exigir el retorno de los trabajadores humanitarios.

En el vuelo, donde viajan 27 personas, hay representantes de ONG que trabajan en el terreno como Médicos del Mundo o Mundubat, esta última regresa para volver a instalarse en los campamentos a pesar de que uno de sus compañeros, Enric Gonyalons, fue secuestrado por una facción disidente de Al Qaeda en el Magreb Islámica en octubre de 2011.

La visita, que finalizará el próximo sábado día 11 de agosto, aprovechó el viaje para llevar un cargamento con ayuda humanitaria y medicamentos que repartirán entre la población a través de la red de hospitales creados por las autoridades saharauis con la ayuda internacional.

El Gobierno, quién aseguró que no puede frenar el retorno, advirtió en un comunicado que mientras no se apliquen las medidas de seguridad acordadas con el Polisario en la reunión del pasado 30 de julio mantendrá su llamamiento a la responsabilidad de las ONG y su advertencia con respecto a la amenaza sobre la seguridad en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia.

Por su parte, las ONG que trabajan en los campamentos de refugiados enviaron un comunicado en el que instaron al Gobierno a crear un grupo técnico de trabajo que ayude a integrar los procesos de seguridad ya establecidos hace varios meses entre las ONG, el Gobierno del Polisario y las agencias internacionales, así como a hacer efectivas las medidas de seguridad acordadas, medida que el Gobierno ya ha puesto en marcha junto a la AECID, según un comunicado.

Magreb

Oropesa, el único español que se quedó en Tinduf…

Se quedó en Tinduf bajo su responsabilidad, se llama José Oropesa y es un periodista sevillano. Ahora está solo, pero tiene seguro que va a continuar trabajando en los Campamentos Saharauis en el que el sábado pasado fueron evacuados 13 cooperantes españoles que residían en la ciudad administrativa del Frente Polisario, Rabuni, donde fueron secuestrados en octubre de 2011 los dos cooperantes españoles y la italiana.

Oropesa ha asegurado que sigue en Tinduf pero que no es un cooperante sino un periodista que está rodando un documental en los campamentos saharauis.

Ante su decisión Oropesa ha enviado esta carta:

Ante las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo y la información aparecida en los medios de comunicación sobre la evacuación de los cooperantes españoles en los campamentos de refugiados saharauis el 28 de julio de 2012, debo decir:

 

1. El único “cooperante español” que se encuentra en la actualidad en los campamentos de refugiados saharauis no está en los mismos como cooperante, sino como periodista. De hecho, la AECID (Agencia Española de Cooperación al Desarrollo Internacional) no tenía ni idea de que me encontraba en los campamentos, ya que contactó conmigo un día después del primer intento de evacuación que fue el jueves por la noche y no el viernes como se ha informado. Aún así, y sabiendo dicho organismo que soy periodista, insiste en lo de cooperante. Mi trabajo aquí, junto con AFAPREDESA (Asociación de Familiares y Presos de Desaparecidos Saharauis), consiste en la elaboración de un documental sobre la desaparición forzada en la población saharaui desde el pasado mes de febrero. Mi labor es voluntaria y no recibo a cambio más que el hospedaje y la comida por parte de dicha asociación saharaui. No he tenido nunca subvención alguna en los viajes que he realizado a los campamentos de refugiados saharauis por parte de ninguna ONG y/u organismo, mucho menos de la AECID.

 

2. Lo primero que he hecho para quedarme en los campamentos es firmar un documento por el que descargo al gobierno español de toda responsabilidad sobre mi persona y/o bienes mientras se mantenga la recomendación de evacuación. Pero esto no interesa decirlo. Simplemente lo dejamos en “voluntad propia”. Antes de ocurrir todo esto, mi opinión al respecto sobre los rescates era clara: no hay que ceder ante el chantaje de nadie. No cambio ni un ápice mi idea. Decidí venir y decidiré volver a España bajo mi única responsabilidad. No se trata ni de una aventura, ni de “turismo colonizador”, simplemente de mi vida. Por ello creo que estoy ante la posibilidad de decidir sobre ella y de descargar de responsabilidad legal a todo aquél que así lo pida. Más allá de la legalidad de dicho escrito, he cumplido con la parte que se me ha solicitado desde el gobierno.

 

3. Mis acciones han sido consensuadas en todo momento con las autoridades saharauis y con AFAPREDESA. No se trata de una “quijotada”, sino de interpretar las variables existentes de manera distinta al Ministerio de Asuntos Exteriores de España. No significa que yo esté en el camino correcto y el resto en el equivocado, sino que es una posibilidad que se me presentó y tomé, siempre repito, bajo mi responsabilidad. Si la AECID entiende que sus trabajadores corren riesgos, es totalmente lícito que se preocupe por ellos y decida evacuarlos. El problema no es otro que el negocio conformado en torno a la cooperación al desarrollo, pero ese es otro debate.

 

4. Fuerza para el pueblo saharaui que no comprende todo lo que está ocurriendo y que se ve desamparado una vez más. Algún día conoceremos los motivos reales de esta evacuación.

 

Pepe Oropesa, 29 de julio en los campamentos de refugiados saharauis.

Magreb

El Polisario «lamenta» la repatriación de los cooperantes

Mohamed Salem Ould Salek ministros de asuntos exteriores saharaui. / MPS
El Polisario lamenta públicamente la decisión tomada de manera unilateral por parte del Gobierno de España en la que repatrió a los cooperantes españoles residentes en los campamentos de refugiados saharauis.

La seguridad y administración de estos campos, situados en el suroeste argelino, dependen del Frente Polisario, el cual tomó serias medidas de seguridad para evitar otro secuestro no obstante apoyó la repatriación prestando seguridad a los vehículos que transportaron a los trabajadores humanitarios desde Rabuni hacia el aeropuerto militar de Tinduf.

En un comunicado, el responsable de exteriores de la República Saharaui (RASD), Mohamed Salem Ould Salek, dijo que “desde el acto criminal terrorista del pasado 22 de octubre contra cooperantes europeos en los campamentos de refugiados saharauis, por parte de un grupo terrorista procedente del norte de Mali, las autoridades saharauis tomaron, progresivamente, las medidas necesarias para la protección de los huéspedes del pueblo saharaui”.

Además, Mohamed Salem Ould Salek expresó su deseo “de la vuelta cuanto antes” de los cooperantes españoles para continuar su misión de asistir y ayudar a las decenas de miles de refugiados saharauis que siguen viviendo hoy en los campamentos saharauis.

Magreb

Margallo deja los campamentos saharauis sin cooperantes españoles

El equipo diplomático español en los campamentos de refugiados en octubre de 2011. / J.F. Ruiz (Tinduf)

A menos de una semana del anuncio de la liberación de los tres cooperantes extranjeros secuestrados en octubre de 2011 en los campamentos de refugiados saharauis, el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, evacua a todos los cooperantes españoles residentes en los campamentos saharauis, salvo uno de ellos que decidió permanecer en Rabuni.

El Gobierno ha justificado la repatriación voluntaria por “indicios fundados que alertan de un severo incremento de inseguridad en la zona y de posibles actuaciones contra objetivos extranjeros” señaló el titular de exteriores.

Lo que más har sorprendido a las organizaciones afectadas es que la evacuación se produzca nueve meses más tarde de la liberación de los cooperantes y no justo cuando sucedió el trágico suceso.

La noticia que se anunció por sorpresa afecta seriamente a la imagen de seguridad de los campamentos saharauis, controlados por el Frente Polisario, cuya república queda desprestigiada a nivel internacional en unos momentos de lucha contra el terrorismo.

Además, la rápida medida deja a estos campamentos sin trabajadores humanitarios de origen español por lo que afecta negativamente a distintos proyectos que se llevaban a cabo en los campamentos.

No obstante, la medida preventiva del gobierno apunta a una inminente acción militar en el norte de Malí por parte de las fuerzas de la Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), cuya posible intervención valoró positivamente el responsable de la cartera de exteriores.

Magreb

Nueve meses sin los cooperantes

Primera imagen de los cooperantes tras su secuestro en Burkina Faso. / repubblica.it

Los dos cooperantes españoles, Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons, y la italiana Rosela Urru secuestrados en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf fueron liberados ayer por la tarde tras nueve meses raptados por la organización Movimiento por la Unidad y la Yihad en el África Occidental (MUJAO), según anunció un portavoz del grupo islamista Ansar al Din en el norte de Malí, y que confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Los trabajadores humanitarios fueron entregados a los mediadores en la ciudad maliense de Gao, actual epicentro del conflicto entre los independentistas tuareg y grupos islamistas. Su liberación se retrasó tras una tormenta de arena que no permitió que un avión de las Fuerzas Áreas Españolas aterrizara para recoger a los cooperantes.

Enric, Ainhoa y Rosela trabajaban para diferentes organizaciones internacionales en los campamentos de refugiados saharauis, donde residían por motivos laborales y donde se convirtieron en los primeros secuestrados en estos campos tras más de 35 años sin incidentes.

Desde hace nueve meses han estado en paradero desconocido, y tras cifrar sus captores su libertad por un millón y medio de euros apenas se supo de ellos desde diciembre de 2011, cuando el MUJAO envió un video de los rehenes como prueba de que estos seguían con vida.

Los cooperantes internacionales se alojaban en el protocolo de Rabuni, ciudad administrativa de los campamentos de refugiados saharauis, controlado por el Frente Polisario y antes del la noche del 23 de octubre, día del secuestro, una de las zonas más seguras para los trabajadores internacionales del conflictivo Sahel.

Los terroristas del MUJAO entraron en las instalaciones del protocolo, hirieron al guarda de seguridad y ante los gritos y disparos, el personal humanitario salió al patio central donde varios hombres con turbante tomaron a Ainhoa Fernández y Rosela Urru. Eric Gonyalons se resistió ante sus captores que le dispararon en una de sus piernas, y fue finalmente secuestrado junto a sus compañeras.

Varios militares del Frente Polisario siguieron al vehículo hacia la frontera entre Argelia y Mauritania, y tras varios tiroteos perdieron su rastro en el norte de Malí, refugio para muchos terroristas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

Después de meses de discretas negociaciones entre los mediadores del gobierno español e italiano junto a los secuestradores, estos han llegado a buen puerto, a pesar de que el golpe de estado de Malí en marzo de 2012 y los enfrentamientos en el norte contra los Tuareg, desestabilizó la zona y facilitó los movimientos de grupos islamistas y traficantes en la región donde los cooperantes estaban retenidos.