Tragedia en el mar

Tragedia en el mar

Ha vuelto a ocurrir, y si las cosas no cambian seguirá pasando. El mar mediterráneo, el cementerio líquido más grande del mundo, se ha vuelto a llevar por delante la ilusión y la infancia de los migrantes africanos. De momento se sigue la búsqueda de estos, todavía desaparecidos, entre ellos se encuentran las vidas y nombre de personas.

 

Entre las víctimas están al menos 7 bebes, niños menores de los cinco años que viajaban en una de las rutas más peligrosas del mundo y que el salvaje mar arrolló a una embarcación que pasó perdida en el mar más de 48 horas pese a las alarmas de búsqueda.

Entre las víctimas estaban Assun y Waten eran gemelos con 3 años, cruzaron el estrecho, de origen camerunés y con la ilusión de sus padres de darle el futuro que ellos decidieron. Las políticas de visados de la UE no le permitieron tomar un avión. La alternativa, el mar.

En la patera se vivió la desesperación, la agonía,  muchas de las madres llegaron a puerto, no se perdonaran lo que ocurrió. Hoy sus fotos están en la presa, pero no sus historias, no sus lamentos, por lo que otra vez más los dirigentes siguen sin sentir la vergüenza de ver la muerte de los que gritan dejar de ser robados por tener una mejor vida. 

La tragedia se repitió, fallaron las políticas de asilo y migraciones en Europa. Los dirigentes que quitaron las fronteras interiores dieron las espaldas al mundo con muros de aceros. Sus políticas, sus decisiones, sus fronteras generan muertos, todos los sabemos, pero nadie pone remedio. No mueren grandes empresarios, ni tampoco banqueros, son expoliados, refugiados, pobres y desesperados.Su travesía es la única alternativa de estos migrantes. Su valentía corre riesgos, sus vidas.

 

La patera que salió de Marruecos el pasado miércoles partió con 51 personas, al menos, y fueron rescatado 28 migrantes, y solo llegó uno de los 8 bebes que viajaban. Ahora sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Almeria.

Sergio Rodrigo

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