La tragedia sacude el Mediterráneo

La tragedia sacude el Mediterráneo

Un refugiado lucha por sobrevivir tras naufragar junto a 55 personas en el Mediterráneo. / Sergio Rodrigo
Un refugiado lucha por sobrevivir tras naufragar junto a 55 personas en el Mediterráneo. / Sergio Rodrigo

Mamadou lucha por sobrevivir bajo las mantas de Cruz Roja, tras casi tres días aferrándose al poco aire de una balsa de plástico en el mediterráneo ha logrado tocar tierra, pero solo lo consiguieron 15 de los 55 con los que viajaba desde Marruecos.

«Los niños han muerto» relataba a este corresponsal otro de los supervivientes, traumatizado ante el episodio, la balsa en la que viajaron perdió el fondo, precipitando a la mayoría de estos migrantes al mar. Pocos lograron agarrarse, pero la mayoría quedaron en la mar. La Armada de Colombia localizó a cuatro cadáveres, pero el operativo ya ha terminado, dejando en el mar los resto de la peor tragedia del mediterráneo andaluz en el último año.

Sus pies están agrieteados de pasar horas en el mar, pero esto es España y a los migrantes tras ser atendidos pasan a los calabozos. No habian pasado dos horas cuando los agentes de la policía nacional trasladaron a 8 de los supervivientes a una comisaria, sin asistencia médica ni psicológica. Todo un despropósito humanitario ante la denuncia de colectivos como Caminando Frotneras o Málaga Acoge.

Entre los supervivientes, que fueron atendidos por la Cruz Roja a su llegada al puerto de Málaga, se encontraban 13 varones –un menor- y dos mujeres que habían perdido a sus bebés y otros parientes en el trágico suceso, familias que optaron por el mar ante el cierre de visados de Europa al continente africano.

ACNUR lamenta estas nuevas muertes en el Mediterráneo y expresa su preocupación por el posible incremento de las muertes ante el aumento de las llegadas y las condiciones cada vez más peligrosas.

La Agencia de la ONU para los Refugiados insta a que las operaciones de búsqueda y rescate se refuercen para reducir los riesgos y reitera la necesidad imperiosa de poner en marcha alternativas legales de acceso seguro al territorio que se podrían concretar en programas de la reunificación familiar más amplios y más flexibles, visados humanitarios, visados para estudiantes y programas más robustos de reasentamiento.

Paralemente al menos 15 personas han muerto, varias de ellas menores, y otras 38 han desaparecido en cinco incidentes con embarcaciones de traficantes que transportaban a cientos de refugiados e inmigrantes a través del canal entre Turquía y Grecia, en medio de fuertes vientos.

“Durante las últimas semanas hemos estado advirtiendo de que la ya complicada situación podría empeorar si los refugiados e inmigrantes continúan, en su desesperación, recurriendo a traficantes que los embarcan a pesar del empeoramiento de las condiciones climatológicas”, declaró Alessandra Morelli, Coordinadora Jefe de ACNUR para las Operaciones de Emergencia en Grecia. “Nuestros temores se han hecho realidad. Vemos casi a diario como mueren en su intento de alcanzar Europa niños, padres, ancianos y jóvenes”.

Teniendo en cuenta las malas condiciones climatológicas, hay una necesidad imperiosa de reforzar las capacidades de búsqueda y rescate en la zona, donde embarcaciones de Grecia, Turquía y otros países europeos ya han rescatado a decenas de miles de personas en lo que va de año.

Desde el 1 de enero, unas 580.000 personas han llegado a las islas griegas desde Turquía, la mayoría de ellos en pequeños botes hinchables. En las últimas semanas, los refugiados han informado de que los traficantes están ofreciendo “descuentos” de hasta el 50 por ciento por hacer el viaje en estos botes con malas condiciones climatológicas. Como consecuencia, se ha registrado un significativo aumento de operaciones de rescate, así como de víctimas.

A medida que el tiempo va empeorando, los refugiados recién llegados informan de que los traficantes en Turquía buscan barcos más grandes que puedan transportar a cientos de personas y por los que puedan cobrar entre 1.800 y 2.500 euros por pasajero.

Sergio Rodrigo

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