Los Saharauis son el primer pueblo condenado por la…
No hubo compasión, y tal y como estaba previsto los saharauis se han convertido en el primer pueblo condenado por participar en las revueltas que se contagió en la mayoría de países árabes.
En noviembre de 2010 el ejército marroquí desmanteló el campamento protesta de Gdeim Izik a las afueras de la capital del Sahara Occidental, donde más de 20.000 saharauis reclamaban mejoras sociales y el cese de la explotación de los recursos naturales.
Tras el estallido de una fuerte revuelta las protestas se trasladaron a la ciudad de El Aiún donde continuaron día y noche manifestaciones y enfrentamientos entre Saharauis y las fuerzas de ocupación del territorio declarado ‘No Autónomo’.
24 hombres, todos de origen saharauis, han sido los condenados tras un juicio de varios días que ha acabado con ocho condenas perpetuas, cuatro a 30 años, ocho a 25, otras dos a 20 años y otras dos, a dos años de prisión ya cumplidos. Los activistas se despidieron con el símbolo de la victoria y gritando consignas independentistas.
A las afueras del tribunal militar de Rabat las familias de estos tuvieron que abandonar tras la llegada masiva de ciudadanos marroquíes que mostraron su repulsa a los saharauis ante la llegada masiva de periodistas internacionales.
En las protestas de Gdeim Izik los medios de comunicación árabes, sobre todo las qataríes ALjazeera y AlArabiya, retrasmitieron en continuidad los que ocurrió en la antigua colonia española, obteniendo la expulsión de Marruecos. Sin embargo, las retrasmisiones de la primavera árabe se trasladaron dos meses más tarde a Túnez donde el pueblo si obtuvo sus beneficios.
Ahora, la situación sigue vuelve a estar estancada. Marruecos seguirá controlando el territorio y el Polisario el exilio, mientras los saharauis tendrán que esperar a solucionar el ‘statuo quo’. Y es que la comunidad internacional sigue fracasando en el conflicto del Sahara, conflicto que se plantea fácil ya que simplemente es la violación de un derecho internacional. Esta inoperatividad de la comunidad internacional genera dudas ante la respuesta ante conflicto de mayor envergadura.