Magreb

Mauritania, refugio del fundamentalismo

Refugiados de Malí en el campo de Mbera, en Mauritania. /ACNUR

El Azawad, región del norte de Malí autoproclamada independiente, continúa siendo el epicentro de la huida de refugiados malienses. Más de 365.000 personas han dejado la región desde el pasado mes de enero. Muchas de las familias malienses que han llegado a los países vecinos en las últimas semanas, señalaron que salieron del país por diversas razones, como la falta de acceso a comida y agua, los hombres armados que han ocupado sus tierras y el temor ante la posible escalada de la violencia entre los diferentes grupos armados que operan en el norte de Malí.

En concreto, el país con mayor número de refugiados malienses es la vecina Mauritania, donde durante el primer mes del verano se registró una importante afluencia de refugiados. En total llegaron 15.000 personas tan sólo en las últimas dos semanas de junio, desde entonces prosiguen las llegadas a un ritmo de entre 200 y 500 refugiados al día, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

El aumento significativo de la llegada de malienses a territorio mauritano se debe principalmente al nuevo conflicto entre el Movimiento Nacional por la Liberación del Azawad (MNLA) y grupos islamistas, como Ansar Dine o facciones disidentes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), como los que secuestraron en octubre de 2011 a los cooperantes españoles en Tinduf, el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO).

Desde hace unos meses el grupo islamista, Ansar Dine, dirigido por Iyad Ag Ghaly ha impuesto las interpretaciones más radicales de la Sharía (ley islámica), en ciudades como Gao o Tumbuctu, donde ya se castigan las relaciones extramaritales con latigazos en zonas públicas.

El país magrebí se ha convertido en el centro de recepción de los afectados por los conflictos armados y la hambruna en el Sahel

De esta última ciudad milenaria es de donde han partido los últimos refugiados arribados a Mauritania, que justificaron su huída por los recientes enfrentamientos armados entre grupos islamistas y los rebeldes tuareg por el control del terreno. Y es que Tumbuctu sufre desde hace varios meses enfrentamientos y pillajes que han acabado con monumentos históricos como la Puerta del Fin del Mundo de la mezquita de Sidi Yayia o saqueado la Gran Mezquita de Djingareyber.

Estos acotamientos han provocado que dos tercios de la población de la ciudad de Tombuctú hayan escapado de la región e incluso del país, según denunció la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF).

Para ello, el Gobierno de Mauritania y ACNUR acordaron abrir un nuevo campamento para acoger al gran número de recién llegados. El nuevo campo se encuentra cerca de la aldea de Aghor, a 17 km del campo de refugiados de Mbera en el suroeste del país, donde cerca de 90.000 personas, el 90% de origen tuareg, han encontrado cobijo. Aghor fue hogar para miles de refugiados malienses en el anterior conflicto tuareg de los años 90.

“El campo de Mbera a 60 kilómetros de la frontera con Malí está al límite de su capacidad y el aumento de llegada de refugiados nos ha obligado a solicitar a Mauritania la apertura de un nuevo campo” comentó la portavoz de ACNUR en España, María Jesús Vega, quién recordó que estos campos se han rehabilitado para su uso después de ser cerrado en la década de los 90.

No obstante, la poca financiación, tan solo ha llegado el 20% de lo requerido, está obligando a hacer el doble de esfuerzos a las organizaciones internacionales. “Falta mucha comida, y el agua que llega no cumple las necesidades mínimas de una persona” denunció Vega.

Además del conflicto económico hay que añadir la inseguridad de los cooperantes, cuya seguridad corresponde al Gobierno de Mauritania, que desde los últimos secuestros en la región trabajan en condiciones más estresantes. “Las condiciones de trabajo son duras y la inseguridad es un factor que afecta al trabajador humanitario, pero su objetivo es llegar a estas poblaciones que se ven más afectadas por la violencia de estos grupos” dijo Vega, quién apostilló que “muertos no hacemos nada” por ello denunció que aunque la situación de seguridad es complicada “siguen trabajando por los refugiados” dentro de los marcos de seguridad acordados por las Naciones Unidas.

Magreb

ACNUR advierte sobre los peligros de la «inacción» en…

Dos niñas refugiadas por el conflicto en el norte de Malí en un campo de Burkina Faso. / ACNUR-H.Caux

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, ha instado a la comunidad internacional a aumentar los esfuerzos para lograr la solución política de la crisis en Malí, advirtiendo que la región completa podría verse afectada si no se aplican medidas más firmes.

“Hoy Mali importa más que nunca”, enfatizó Guterres en un editorial publicado por el New York Times el martes. Observó, además, que la atribulada nación africana ya no era un lugar mítico aislado, susceptible a ser ignorado y escribió que “la crisis política y la fragmentación estatal en Malí representan una amenaza significativa para la estabilidad política de la región”.

Las múltiples crisis que se desarrollaron paulatinamente dentro y fuera de Malí, escribió, fueron “conformadas por la convergencia de tendencias que resuenan más allá de la región”. Éstas incluyeron la inseguridad alimentaria y la desertificación, estrechamente relacionadas con el cambio climático, y el incompleto proceso de democratización marcado por la exclusión social y el crecimiento de una población de gente joven con acotadas oportunidades de trabajo.

Guterres advirtió que la crisis en Malí, si continúa desatendida, podría “crear un arco de instabilidad extendiéndose hacia el oeste por Mauritania y al este por Níger, Chad y Sudán hasta el Cuerno de África y el Golfo de Adén”. Pidiendo por una pronta resolución, instó por un mayor apoyo internacional para aquellos actores, nacionales y regionales, que están trabajando para asegurar un acuerdo político y ocupándose de las complejas cuestiones de seguridad. Asimismo, recomendó que la respuesta a la crisis humanitaria sea expandida y no se permita omitirla de la agenda internacional mientras la atención está puesta sobre los eventos en Siria.

Mali se sumergió en la confusión a principios de este año, cuando estallaron enfrentamientos entre un movimiento rebelde Tuareg y las fuerzas gubernamentales. El gobierno en Bamako fue derrocado por un golpe de estado en abril, mientras la región del norte se encuentra actualmente bajo el control de grupos islamitas. Más de 450.000 personas han abandonado sus hogares en Malí desde entonces, con más de 265.000 de ellos que han buscado protección en los países vecinos, como Burkina Faso, Mauritania y Níger.

Todo esto sucede en simultáneo con un período de drástica escasez de agua y alimentos en la región del Sahel. El ACNUR está trabajando para ayudar a los desplazados en toda la región y para alivianar la carga en las comunidades de acogida.

Magreb

ACNUR denuncia el aumento masivo de refugiados por el…

Panorámica del asentamiento de Fassala, en la frontera mauritana con Malí. ©ACNUR / E.Villechalane

La inseguridad y la inestabilidad política en Mali han provocado el desplazamiento de unas 400.000 personas, señaló hoy la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

El ACNUR indicó que a 20 de julio, más de 230.000 malienses habían buscado refugio en los países vecinos y otros 166.000 se habían desplazado dentro de las fronteras.

La mayoría de los malienses que abandonan el país viaja a Mauritania y el aumento significativo de la llegada a este territorio se debe principalmente al nuevo conflicto entre el Movimiento Nacional por la Liberación del Azawad (MNLA) y grupos islamistas, como Ansar Dine o facciones disidentes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), como los que secuestraron en octubre de 2011 a los cooperantes españoles en Tinduf, el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO).

Además, una epidemia de cólera ha afectado a muchas partes de la región del Sahel.

Por otro lado, la UNESCO creó un fondo especial para salvaguardar los sitios del patrimonio mundial en Mali, en particular Tumbuctú y la Tumba de los Askia en Gao, afectados por el conflicto armado en el norte del país.

Los fondos recaudados se utilizarán para ayudar al gobierno a evaluar los daños sufridos por ambos sitios y llevar a cabo trabajos de reconstrucción y rehabilitación tan pronto como lo permita la seguridad de la zona.

Magreb

Mauritania es el mayor receptor de refugiados malienses

En el campamento de refugiados de Mbera (Mauritania) actualmente hay 89.390 refugiados malienses (a fecha 8 de julio de 2012).

La mayoría proceden de la ciudad milenaria de Tombuctu (87%), aunque también hay refugiados malienses de Mopti (8%) y Ségou (5%). En Tumbuctu los refugiados justificaron su huída por los recientes enfrentamientos armados entre grupos islamistas y los rebeldes tuareg por el control del terreno. Y es que Tumbuctu sufre desde hace varios meses enfrentamientos y pillajes que han acabado con monumentos históricos como la Puerta del Fin del Mundo de la mezquita de Sidi Yayia o saqueado la Gran Mezquita de Djingareyber.

El origen étnico de la población es principalmente tuareg (90%) y árabe bereber (10%), la mayoría son pastores (dedicados a la cría de ganado, como cabras, camellos, vacas, corderos y asnos) y agricultores.

Mauritania

Más de mil refugiados malienses llegan cada día a…

Campamentos de refugiado de malienses en Mauritania. / Francois Talla (MSF)

Desde finales de enero, cerca de 57.000 malienses han llegado al campo de refugiados de Mbéra, en territorio mauritano, y el flujo de refugiados ya ha pasado de 200 a hasta 1.500 llegadas diarias desde principios de abril.

Los combates entre el ejército maliense, el Movimiento por la Liberación del Azawad y otros grupos armados empujan a las personas a huir hacia Mauritania en dirección a la ciudad de Fassala, situada a tres kilómetros de la frontera con Malí. “La presencia de grupos armados y la confusión política en Malí siembran el pánico entre la población”, afirmó Elisabetta Maria Faga, coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Mbéra. Los refugiados son esencialmente familias tuareg procedentes de la región de Tombuctú. “Llegan exhaustos tras dos días de viaje en camión”, añadió Faga.

En el campo de Mbéra, en pleno corazón del desierto del Sahel y a seis horas de camino del primer hospital de referencia, en Néma, MSF ofrece atención primaria de salud y de salud materna a la población refugiada, así como asistencia nutricional a niños desnutridos. La organización también atiende a la población local a través de varios puestos de salud de la región. “Un gran número de personas padecen infecciones respiratorias y diarrea por la falta de acceso a agua potable y la exposición a temperaturas extremas y a frecuentes tormentas de arena”, explicó Jean-Paul Jemmy, coordinador médico de MSF.

A medida que el número de refugiados aumenta, la respuesta humanitaria se hace cada vez más urgente para mejorar lo antes posible las condiciones de vida en el campo. A día de hoy, unos 57.000 refugiados deben compartir 100 letrinas y cada uno dispone de nueve litros de agua al día. Estas condiciones incumplen los estándares humanitarios que exigen 20 litros de agua por persona y día, y una letrina para cada 20 personas. “Esperamos la llegada de miles de refugiados más en las próximas semanas. En estas circunstancias la ayuda debe ser rápida y eficaz; hay que proveer a los refugiados de cobijo, agua e instalaciones sanitarias, y reforzar de forma global la atención médica de urgencia”, concluyó Jemmy.

Magreb

Los Bereberes aplauden la idependencia del norte de Malí

Bandera amazigh o bereber

La Asamblea Mundial Amazigh (AMA) ha dado la bienvenida a la independencia del Azawad (Norte de Malí), tras la autoproclamación el pasado 6 de abril de 2012 por parte del el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA). La victoria de los Tuareg, etnia autóctona del desierto del Sahara, supone el primer estado independiente compuesto por bereberes, originarios del Magreb (Norte de África).

En ese sentido, la AMA ha lamentado que tras medio siglo viviendo bajo dominio maliense, estos no les han prestado atención a los bereberes o amaziegh, y que nunca han proporcionaron ninguna función específica a la región de Azawad.

Algunos gobiernos regionales ya han expresado su negativa a reconocer el nuevo estado del Azawad, entre ellos los que componen sus fronteras, en los que destaca Mauritania y Argelia. En cuanto a los estados occidentales “no pueden oponerse a la independencia de Azawad y luego permitir la creación de nuevos estados, como Montenegro en el 2006 y el sur de Sudán en 2011” subrayaba el comunicado de los bereberes.

Además, la AMA ha llamado a la Unión Africana, la ONU y los estados que conforman estas organizaciones, a reconocer el nuevo estado independiente de Azawad y colaborar con él para generar la paz, el desarrollo y la convivencia en esta región

Argelia

Asaltan el consulado argelino en Gao (Mali)

El Cónsul de Argelia en Gao, norte de Malí, y seis oficiales consulares han sido secuestrados por un grupo armado no identificado, según confirmó en Argel el Ministro de Relaciones Exteriores, Mourad Medelci.

Según fuentes citadas por el diario argelino El Watan varios hombres armados de piel negra entraron en la sede diplomática arrasando con todo. También, según este diario, los asaltantes que secuestraron a los diplomáticos son pertenecientes a un grupo de salafistas.

Desde el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad se ha condenado el secuestro de los diplomáticos argelinos en Gao, así como todos los actos de vandalismo y ataques contra civiles en las ciudades controladas por los Tuareg.

Según este movimiento grupos “mafiosos” están llevando el caos en la región “liberada” por el movimiento Tuareg de Mali, y ha afirmado que van a tomar todas las medidas necesarias para restablecer un clima de paz y el diálogo en todo el territorio de Azawad.