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Fanta, la última víctima de la Frontera Sur

Fanta murió ayer varias horas antes de que el barco naranja de Salvamento localizase su balsa en Alborán. Murió hacinada junto a los decenas de compañeros de viaje que iban a bordo de su balsa con la que cruzó desde Marruecos hacia España. No logró sobrevivir a la tenebrosa ruta del Mediterráneo que sigue sumando nombres a una lista vergonzosa que no despierta la solidaridad de los dirigentes de Europa sino que aviva el discurso del odio contra los que huyen del expolio continuado en África

La mujer falleció este 30 de noviembre de 2018 en una balsa de plástico con la que cruzaban el Mediterráneo más de 60 personas, además el supuesto patrón de la embarcación fue detenido por la Guardia Civil española. En las ultimas 24 más de mil cien personas fueron recuperadas de un total de 25 balsas de plástico con la que los migrantes cruzaron desde Marruecos hacia las costas de Andalucía. La víctimas de las fronteras de Europa sigue aumentando en aguas españolas que suma ya más de 620 vidas fallecidas o desaparecidas durante 2018.

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Expolio, el agua robada

Europa vive la peor crisis de desertificación de las últimas décadas. La falta de recursos hídricos por el modelo agrícola capitalista ha dejado a cientos de pueblo sin consumo de agua vida en regiones como Almería (España). El desarrollo agrícola de Almería ha ocasionado que este sector consuma en torno al 90 % de los recursos disponibles de agua.

Recursos que son en su mayor parte subterráneos, es decir acuíferos. La demanda de agua ha supuesto la sobreexplotación de éstos, hasta el punto de que en todas las zonas de agricultura intensiva hay restricciones legales para la ampliación de cultivos o el incremento de las extracciones de agua, prohibiciones que no se han respetado. La situación actual se puede definir, en Almería, como de sobreexplotación, pues se está extrayendo más agua de los acuíferos de la que entra, por lo que, a medio largo plazo, los acuíferos se acabarán agotando o salinizando, al encontrarse en su mayoría en zonas costeras.

Las empresas agrícolas que extraen el agua están ligadas a grandes transnacionales que están provocando no solo la desertificación de la región, sino el exilio de los pueblo ya que los vecinos no tienen agua como forma de vida (agricultura propia, potable, aseo,…). Grupos de activistas han denunciado un expolio constante de este recurso convertido en Derecho Humano y que los gobiernos de España han exportado en un modelo de negocio neoliberal que deja a los pueblos sin este derecho.

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El mediterráneo español

El flujo migratorio en Europa sigue creciendo a través de las costas del Mediterráneo. Más de 167.000 migrantes llegaron a las costas del sur de europa costandole la vida a más de 3000 personas. Mientras el mayor flujo fue entre Libia e Italia, el flujo que más ha crecido en un año ha sido el de España donde las llegadas se han duplicado y las muertes se han triplicado.

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Bouderbala: «No se suicidó»

«No se suicidó». Ahmed es hermano de Mohamed Bouderbala, el argelino hallado muerto en la cárcel CIE de Archidona el pasado 29 de diciembre. Pide ver el cadáver de su hermano y una investigación. A la espera de que se haga pública la autopsia, el Ministerio del Interior

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La ruta en patera entre África y España se…

La ruta migratoria desde las costas de Marruecos y Argelia hacia el sur de España ha crecido en este primer semestre del año casi al doble de la registrada en el 2016. Más de cinco mil personas son las que han llegado a su destino, pero miles más no corren con la misma suerte.

Este 4 de julio, Salvamento Marítimo de España confirmó el naufragio de una balsa con 52 migrantes en el que habrían muerto 49 de ellos según el testimonio de los únicos 3 sobrevivientes.

https://www.youtube.com/watch?v=lk6lDQJfmQg&feature=youtu.be

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Crónica de un desahucio andaluz

La barriada del Palo amanece con frías nubes. Cristina y Jose Luís apenas han dormido. Varios coches de Policía vigilan la casa desde el día anterior. A las 7 de la mañana los agentes se encuentran en ambos lados del inmueble. Nadie puede entrar a la casa. Esperan el desahucio.

Se trata de un desahucio ilegal. Jose Ignacio Francés, abogado de Cristina, lo confirma. Mientras esperan novedades del juzgado, aportan toda la documentación a la Policía Nacional para que estudien el caso. A las 9 de la mañana abandonan la casa, han comprobado que no pueden desahuciarlos. Los colectivos Stop Deshaucios y Plataforma de Afectados de la Hipoteca de Málaga (PAH) aplauden.

Pero no hay orden judicial todavía. Hay que esperar. La lluvia aprieta y Cristina invita a todos los que la apoyaban desde la calle a entrar. En la casa de Cristina hay dos habitaciones. Bajo ese techo viven ella, su marido y sus tres hijos. La frustración de Jose Luís es muy grande. No se explica como puede cambiar su situación de la noche a la mañana. “Nosotros vivimos bien”, repite constantemente. Han gastado todos sus ahorros en abogados.

Finalmente llega la llamada: “el desahucio se ha parado”. Pero no saben hasta cuándo. Jose Ignacio se dirige al juzgado. En la casa, la tensión sigue. Enseña fotos de sus hijos, que ahora están con sus abuelos. Son su principal preocupación. Los vecinos la apoyan, “mañana podemos ser nosotros”.

Está empadronada en esa casa desde 1994. La vivienda fue cedida por Costas, la propietaria de esta y las demás casas de la zona. En enero de este año desahuciaron a la madre de Cristina de una casa colindante. Los mismos demandantes quieren desahuciar a su familia porque consideran esta casa parte de la de su madre. Sin embargo, aunque la administración reconoció hace años que las casas pertenecían a sus habitantes, desde hace 30 los herederos de la casa la siguen reclamando, pese a que, según Cristina y su abogado, eso ya ha prescrito.

El demandante no es propietario y ha cambiado el catastro, que antes estaba a nombre de su madre. Según cuenta Cristina, “aparecen nuevas personas” y a ella no le dejan pagar el IBI porque consideran que no tiene escrituras. Lo cual es cierto, pues la casa sigue perteneciendo a Costas. Vuelve a aportar la documentación, pero el catastro sigue modificandose. Según Cristina estas “terceras personas” quieren apropiarse de esta propiedad cuando las casas de la playa eran para las familias de los pescadores. 

Como esta, son muchas las familias que pueden quedarse en la calle. Las nubes frías han dejado caer gotas sobre el techo de esta casa. Cristina y su familia siguen a la espera de una respuesta y no dormirá tranquila hasta que se haga justicia.

Andrei Stefan Balog