Inmigración

Desaparecidos en el mediterráneo

Migrantes en el Mediterráno. Foto: ACNUR/A. Di Loreto
Migrantes en el Mediterráno. Foto: ACNUR/A. Di Loreto

La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha confirmado que más de 300 migrantes desaparecieron en el mar Mediterráneo este fin de semana.

La Guardia Costera italiana indicó inicialmente de la muerte de 29 personas que viajaban en una balsa de goma, pero informes posteriores afirmaron que eran cuatro las embarcaciones de ese tipo, de las cuales una desapareció y de las otras dos solo sobrevivieron nueve personas.

El personal del ACNUR ha entrevistado en Lampedusa a más de 110 sobrevivientes rescatados por guardacostas italianos y un barco mercante. Los migrantes y refugiados confirmaron que llevaban días sin agua ni alimentos, luego de haber zarpado de Libia.

Babar Baloch, portavoz de ACNUR en Ginebra, aseveró que se trata de una de las mayores tragedias en el Mediterráneo este año. “Es por eso que ACNUR está pidiendo a Europa fortalecer sus capacidades de rescate, porque las personas que están desesperadas por buscar seguridad seguirán intentando este tipo de viajes y más vidas podrían perderse si no implementamos mecanismos de rescate”, advirtió.

De acuerdo con la agencia de la ONU, la mayoría de los pasajeros desaparecidos provienen de la región subsahariana e intentaban migrar a Europa, muchos en calidad de refugiados.

 

Ya en 2015, y a pesar de las malas condiciones climatológicas de los meses de enero y febrero, ACNUR ha observado que un número significativamente más elevado de refugiados e inmigrantes está tratando de cruzar el Mediterráneo en barco, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Sólo en enero se registraron 3.528 llegadas a Italia, frente a las 2.171 de enero de 2014. Si se cuentan los fallecidos del suceso de ayer, se han producido 50 muertes en lo que llevamos de año frente a las 12 ocurridas en el mismo periodo del año pasado.

Además, también es preocupante el hecho de que, además del accidente acaecido ayer, hay indicios de que anoche otras personas habrían tratado de llegar a Italia. Además de la embarcación que transportaba a más de 100 personas, otras 9 fueron rescatadas de otros dos botes casi vacíos a la deriva cerca de las costas de Libia. Todavía no se conoce el destino de las personas que se cree que podrían viajar a bordo de estas embarcaciones.

En 2014 al menos 218.000 personas atravesaron el Mediterráneo y más de 3.500 perdieron la vida, una cifra que habría sido mucho mayor de no ser por los esfuerzos de la operación de rescate Mare Nostrum llevada a cabo por Italia, y que actualmente no está operativa. En su lugar, la operación Tritón promovida desde Europa y gestionada por la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores (FRONTEX) tiene un objetivo diferente y no es un sustituto apropiado para ofrecer una capacidad adecuada de búsqueda y rescate en el mar. Si no se llevan a cabo de manera apropiada las operaciones de búsqueda y rescate, ACNUR prevé que se produzcan más tragedias de este tipo.

ACNUR reitera su llamamiento a la UE para que garantice esta capacidad y ofrezca apoyo adecuado a Italia para que pueda hacer frente a las llegadas irregulares de personas por el mar Mediterráneo.

Inmigración

Migrantes ante la impunidad

Manifestación en Tánger contra los asaltos a barrios de migrantes. / M.G
Manifestación en Tánger contra los asaltos a barrios de migrantes. / M.G

Tras las protestas de Tánger de migrantes subsaharianos este sábado que pedían protección y condenaban la violencia de ciudadanos magrebíes que atacaron estos barrios con machetes quemando las pertenencias de estos y agrediéndolos por motivos raciales, ahora se ha procedido a detener y deportar a muchos de los participantes.

Estas protestas dejaron al menos un muerto, y aunque la policía en Marruecos ya ha dicho que protegerá estos barrios de migrantes donde residen más de un millar de subsaharianos, que en muchos casos no pretenden continuar su viaje a Europa, la inseguridad y desprotección ocasionó una caza desproporcionada según ha denunciado la asociación Caminando Fronteras.

Tras la protestas se han llevado fuertes redadas deteniendo sobre todo a varones que han sido trasladados en autobuses a Casablanca para ser deportados, ayer un grupo de unos siete inmigrantes se negó a subir a estos aviones y se encerraron en una habitación del aeropuerto negándose a subir.

Estos protestaban ya que habían dejado a familias, incluso mujer e hijo en la ciudad de Tánger donde viven muchos migrantes del África Subsahariana, y que denuncian estas expulsiones que se producen con los acuerdos de colaboración entre la UE y Marruecos para frenar los flujos migratorios sur-norte.

Andalucía

1000 vidas y un estrecho

Una voluntaria de Cruz Roja identifica a varios balseros. / S. Rodrigo
Una voluntaria de Cruz Roja identifica a varios balseros. / S. Rodrigo

Desde altas horas de la madrugada y tras correrse la voz de que la puerta estaba abierta cientos de migrantes que viven en el norte de Marruecos, en los bosques o en barrios, decidieron dar el salto migratorio a Europa, tras meses o años esperando.

En balsas de juguetes la mayoría remó durante más de 10 horas junto a sus compañeros de viaje, un pasaje de ida peligroso. Exhaustos del trayecto lograron tocar tierra en Europa. Un viaje donde ni el género ni la edad importaban, un riesgo que estaba presente, pero que el coraje y la valentía arrebataron.

Pequeñas vidas que velaban sobre el viento y el mar de un estrecho único que separa a dos continentes, los más desiguales del mundo, pero cuya historia está ligada por el aire que son el respiro de dos pueblos que rozan sus manos en Gibraltar.

«Vengo para ayudar a mi familia», «Tan solo vengo a buscar trabajo», «En África no es puede estar, es la miseria absoluta», «Vengo a buscar oportunidades que no encontré en África», «gracias a dios salimos de Marruecos», estos son algunos de los comentarios de estos inmigrantes que ya sueñan en Europa, esa que no los quiere, esa que los agrede en sus fronteras, esa que los «victimiza» de portadores del Ébola, pero que a la hora de obtener materias primas, coltán o diamantes, son los primeros en comprar a bajo precio a sus Gobiernos bajos los auspicios de la «democrática» Unión Europea.

Un proclamado drama que no cesa en la construcción de fronteras, no cesa apoyando la coopreción, una solución que radica en la libre determinación económica y social de los pueblo de África que se ven obligados a cruzar, un riesgo que que sacude a mil vidas y un estrecho.

Tras la llegada de casi un millar de migrantes a las costas de Andalucía y los sucesos violentos en la alambrada fronteriza de la ciudad autónoma de Melilla, la red en defensa de los migrantes que llegan a Europa Migreurop ha señalado que el gobierno marroquí, en vez de colaborar con los tribunales para el esclarecimiento de los hechos, hizo una demostración de lo que es capaz si no se le garantiza impunidad para la actuación de sus fuerzas policiales en las tareas de represión de quienes intentan acceder a la UE. Hizo saber a cientos de personas subsaharianas que tenían luz verde para, durante 48 horas, lanzarse al mar y llegar a las costas españolas. Las más de mil personas que lo lograron fueron la respuesta al auto judicial emitido por el juzgado de Melilla.

A continuación, y ante la total pasividad, cuando menos, de la policía marroquí, se han sucedido este fin de semana ataques con machetes, apaleamientos y vejaciones sexuales contra migrantes subsaharianos que han acabado con varios de ellos en el hospital. Entre las agredidas se encuentra Helena Maleno, de Ca-minando Fronteras, conocida defensora de las personas migrantes cuya única defensa, cuando se puso en peligro su vida, no vino por la acción de la policía, que estaba presente y no intervino, sino gracias a la protección de las personas subsaharianas que estaban, también, siendo agredidas.

Por su parte, el Gobierno de España ha señalado desde su delegación en Melilla que las imágenes donde se ven a agentes agrediendo, expulsando y maltratando a migrantes son “parciales” que buscan la controversia y que “no pueden anular las muchas y claras instantáneas en las que se pone de manifiesto la humanidad y cuidado con la que los agentes del mismo cuerpo cumplen con la obligación legal de defender la frontera sur de Europa”.

Inmigración

Carne de la mar

Balseros subsaharianos frente a las costas de Tarifa. / S.M
Balseros subsaharianos frente a las costas de Tarifa. / S.M

Miles de personas se juegan la vida en el mar mediterráneo convirtiéndose en carne para una mar agresiva cuyo oleaje vence las del humano que cruza bajo neumáticas que son devoradas ante el fuerte oleaje y cuyo propietario parece ser el capital.

Un mar repleto de cadáveres que hacen del mediterráneo el mayor cementerio líquido de la historia de la humanidad y cuya solución es forrar a los países del norte de áfrica para que frenen los movimientos migratorios.

Al otro lado de la orilla sur erigen muros violentos que pretenden frenar pero que solo ocasionan más víctimas, volcando a estos jóvenes «aventureros» a ser de nuevo carne de una mar.

Las migraciones no se combaten como decía el primer ministro italiano Letta o el ministro del interior español, las migraciones son naturales y sino que se lo digan a los centenares de miles de griegos, portugueses o españoles que pasean con títulos de segunda en Inglaterra, Alemania o Francia.

Personas que sueñan con una mejor vida para ellos y sus familias, personas que huyen de guerras y hambrunas, no se pueden combatir. Se combaten las hambrunas y las guerras.

Reitero. El sueño se ve ahogado en la mar mientras los responsables políticos europeos y sus cómplices magrebíes se gastan miles de euros robados que obtienen de tases de minerales, pescados o frutos que tren del continente africano.