El pueblo saharaui celebró el 41 aniversario de la República Saharaui Democrática y exigió que la comunidad internacional reconozca su República para poder acabar con la última colonia africana. Las tensiones entre los ejércitos saharaui y marroquí se han incrementado desde agosto de 2016 cuando Marruecos intentó tomar parte del territorio saharaui para construir una carretera hacia Mauritania, hecho que fue considerado como una violación del alto al fuego por parte de Marruecos.
El 31 de mayo de 2016 moría el histórico Secretario General del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, un golpe a un pueblo que sufre las consecuencias del statuo quo en la descolonización del Sahara, pero varios meses más tarde, en julio, Brahim Ghali era elegido secretario general, un hombre al que muchos llaman “El señor de la guerra”, por ello sus compatriotas ya le ameritan su primera victoria, la de la región del Guerguerat.
Ghali es conocido por su lucha incesante en el frente, aunque también en las trincheras diplomáticas, sin embargo sus grandes victorias estaban bajo el fusil. Y ese golpe militar lo ha vuelto a demostrar en la región sur del Sahara Occidental. Allí desde el mes de agosto los soldados de Marruecos y la RASD se mantenían a una distancia de 100 metros para defender el territorio de 7 kilómetros que la ONU atribuyó al Polisario, y que Marruecos intentó asfaltar para convertir en una carretera con el pretexto de terminar con el tráfico irregular.
Marruecos instaló un puesto de control para los ciudadanos del lugar portadores de pasaportes argelinos y mauritanos, pero deja entrar y salir camiones con mercancía de empresas marroquíes. El Polisario hizo lo mismo e instaló otro control en su zona. “Parábamos a todos los camiones que iban a un lado y a otro, a muchos les preguntábamos sobre el Sahara, y ellos temblaban” cuenta Mohamed Embarek, militar saharaui instalado en el puesto de control del Guerguerat.
La región sur del territorio “no autónomo” del Guerguerat ha sido el gran sueño de la generación de la guerra en estos meses, y es que son muchos los jóvenes saharauis que ven en esta batalla la única opción para acabar con el exilio argelino. “Uno de los mejores momentos de mi vida ha sido llegar al Guarguerta, defender mi territorio y poder bañarme en el Atlántico, la playa que me contaba mi padre desde pequeño”, cuenta Mohamed quien confiesa que era la primera vez que veía el mar, y confía en volver a verlo: “confiamos en Dios para que la guerra comience este año y recuperar el Sahara Occidental”
Lo cierto es que tan solo una bala hace falta para que estalle el conflicto, una guerra que miles de jóvenes ansían en los campos de refugiados, es por ello que la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara (MINURSO) se ha mantenido en la zona, para evitar una ruptura del alto al fuego, pero pocos son los que confían en ella.
“La MINURSO está con Marruecos” afirma Mohamed. “No entendemos porque la MINURSO nos controla para que respetemos los derechos humanos de los camioneros marroquíes y cuando Marruecos reprime las protestas en El Aiún mira para otro lado. Pues seguiremos parando camiones y sacaremos a la MINURSO, ellos no quieren el referéndum” destaca este militar saharaui.
Este clima bélico mantiene en alerta máxima a Naciones Unidas, tal es el caso que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, celebró la retirada de Marruecos y animó a las partes a evitar «las tensiones» y a la «máxima moderación». Su portavoz, Stéphane Dujarric, aseguró en rueda de prensa que la ONU mantiene su compromiso con el alto el fuego de 1991. Además, confirmó que en días anteriores mantuvo conversaciones telefónicas con el rey Mohamed VI y con representantes del Frente Polisario. Pero este último no se fía de la palabra de Marruecos y se mantendrá en la zona.
El presidente Brahim Ghali, que visitó la zona, en su discurso con motivo del 41 aniversario de la constitución de la RASD, elogió «al ejército saharaui y la resistencia». Algo que desde los campamentos de refugiados han celebrado como una batalla ganada a Marruecos, que pese a retirarse controla más del 80% del territorio atribuido por la ONU al pueblo saharaui.
Ceuta ha vivido hoy el salto más numeroso de las últimas décadas. Según las autoridades y el 112 de Ceuta unos 500 migrantes habrían llegado a la ciudad autónoma de España sorteando la alambrada fronteriza. Hay numerosos heridos a ambos lados, y 25 han tenido que ser trasladado al hospital de Ceuta.
Es curioso pero todo esto surge varios días después de que las autoridades de Marruecos advirtieran el pasado 6 de febrero, a través de un comunicado, que el cumplimiento de la sentencia de la Corte de Justicia de la UE del 21 de diciembre que excluye al Sahara Occidental dentro del acuerdo agrícola, tendría consecuencias en varios ámbitos, principalmente el migratorio.
En Marruecos numerosos heridos y una persona inconsciente al caer desde arriba de la valla. Salto #valla Ceuta.
El ministerio de Agricultura marroquí señaló que cualquier obstáculo respecto a los acuerdos agrícolas y de pesca conllevaría el riesgo de que se reanude “el flujo migratorio que Marruecos, mediante un esfuerzo sostenido, ha conseguido gestionar y contener”.
Analistas y fuentes saharauis aseguran que este salto “nada tiene de casualidad” y que Marruecos pretende presionar a la Unión Europea ante la complicada relación tras las sentencias europea que excluia al Sahara del acuerdo agrícola ya que violaba el derecho internacional en referencia a lo que el Reino Alauí considera “provincias del sur” que Europa señala en realidad son “territorios ocupados”.
La crisis UE-Marruecos ha salpicado de lleno al ejecutivo de Rajoy que tanto su ministro del interior, con reunión en Bruselas, como el Secretario de Estado tratan de analizar la situación. Por ello el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, informará este viernes desde Ceuta de los últimos datos sobre el operativo dispuesto por el Gobierno tras la entrada de los migrantes.
No sorprende este encontronazo, ya ha ocurrido en otras ocasiones. Lo que llama más la atención es como España mercadea con las numerosas personas que se rifan en las vías clandestinas la vida y la muerte ante el cerrojazo de Europa a conceder visados.
La delegación del Parlamento Africano ha decidido cancelar su participación en la segunda cumbre del clima que se celebra en el continente africano tras la expulsión del territorio marroquí de la Vicepresidenta del Parlamento Africano, la saharaui Suelma Beiruk, según ha confirmado esta misma desde Argel (Argelia) a TeleSUR en una entrevista telefónica.
“Iba par participar junto a una delegación africana en la COP22, estaba acreditada y tengo todo, tengo todos mis papeles bien”, ha asegurado la diplomática quién ha apostillado que su expulsión según las autoridades marroquíes tiene que ver con la falta de documentación acreditativa de las Naciones Unidas. Beiruk entró en territorio marroquí con pasaporte español, ya que Marruecos no reconoce la República Árabe Saharaui Democrática ni la Unión Africana, y cuenta con los documentos y las confirmaciones de participación de la cumbre de Marrakech.
La vicepresidenta del Parlamento Panafricano ha destacado que fue apartada de la delegación africana y trasladada a un lugar sin comunicación. Además, ha denunciado “torturas psicológicas” por partes de los agentes que la custodiaron durante su detención y posterior expulsión del país africano.
Según el testimonio de la alta funcionaria de la Unión Africana, los agentes fronterizos le preguntaron su nacionalidad y esta respondió: “Soy Saharaui, esta muy claro. En mi pasaporte español dice que soy de origen saharaui, y en mi pasaporte africano dice que soy Saharaui”. La representante africana ha destacado que no iba a Marrakech a hablar de su persona, sino a defender los cometidos de la delegación africana en la COP22.
La expulsión de Biruk no es una novedad. Las autoridades marroquíes han expulsado en los últimos años a decenas de delegaciones extranjeras, ONG internacionales o eurodiputados cuando trataban de analizar la situación del conflicto del Sahara Occidental.
De momento ni la ONU ni otros países participantes en la COP22 se han pronunciado sobre el suceso, pero según Selma Beiruk “el Parlamento Africano, va a hacer una declaración para concadenar estos hechos y no va a participar” en la cumbre climática, además ha afirmado que la Unión Africana también se pronunciará en la condena sobre la expulsión.
Paralelamente en la primera jornada de la COP22, el tema fue ‘África en Acción’. El Ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos y Presidente de la COP22, Salaheddine Mezouar, destacó en su discurso inaugural que la conferencia que se celebra «en suelo africano demuestra el compromiso de todo un continente de contribuir al esfuerzo global» para luchar contra el cambio climático, pero no se refirió a la expulsión de la representante de la ente internacional de países africanos.
Según la vicepresidenta africana, que ha hablado en la entrevista sobre la COP22, en Marruecos “no se puede organizar algo donde no puedan discutir los pueblos libremente ante un problema tan serio como el medio ambiente”. De momento la cumbre de Marrakech durará 11 días y se espera la participación de altos cargos mundiales como el presidente ruso, Vladimir Putin, o la canciller alemana, Angela Merkel, para marcar las líneas de acción del Acuerdo de París.
Las carcajadas retumban en la 520, la pequeña Feiruz vuelve a reír tras cruzar la delgada línea entre la vida y la muerte, sus pasitos ya recorren los entresijos del Hospital Infantil donde vive tras salir de un campo de refugiados eternizado en mitad del desierto argelino.
Era una madrugada de junio de 2016 cuando alertaban a la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sahara (FANDAS) del estado terminal de una pequeña refugiada saharaui de solo 6 años cuyos riñones no funcionaban. Las horas eras imprescindibles, pero finalmente logró subir al avión que la trasladó a Andalucía.
La Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Málaga (AMAPS) se responsabilizó de la menor que quedó ingresada en el hospital. El médico decretó el estado “terminal”, pero comenzó un proceso de diálisis, un filtrado intenso de su sangre ante la ausencia de sus órganos, algo que recibía en condiciones precarias en Tinduf, provincia argelina donde reside la causa del Pueblo Saharaui.
En los brazos de Feiruz cuelgan tres marcas, en la mano derecha las cicatrices de la diálisis, en la izquierda dos pulseras, una de identificación del centro hospitalario y otra donde está grabado “Sahara Libre”.
Tiene seis años pero le espera un proceso largo y complejo. Ya espera el trasplante de un riñón y una familia de acogida, ya que sus padres están enredados en la burocracia migratoria para lograr un visado que le permita llegar a España a ver su pequeña, el problema es que aquí ni el Frente Polisario ni la República Saharaui tienen estatus diplomático.
Pero en este tiempo Feiruz ha encontrado su riñón. Miguel, Antonia, Isabel, Margarita, y otros tanto que han pasado durante semanas junto a la menor convirtiéndose en sus órganos. Los voluntarios han entregado su tiempo y ganas para cumplir las funciones de sus riñones enfermos, se han convertido en su trasplante y cada día llevan de forma estricta las dietas, medicinas y hábitos de Feiruz, que encontró en la solidaridad la esperanza para vivir.
Sus órganos en Andalucía son personas con trabajo, de vacaciones, o simplemente con ganas de que Feiruz sobreviva, por ello pasan horas junto a la pequeña. Hoy sus gritos, carreras, risas y besos son parte de la quinta planta donde vive y recibe el cariño del personal médico, enfermos y familiares de enfermos que cada día han logrado salvar la vida de Feiruz.
Pronto saldrá del hospital, una familia le espera, mientras corre la lista de trasplantes la solidaridad hace sus funciones vitales que hoy por hoy la mantienen en pie gracias al empuje de las personas que donaron su tiempo y esperanza a la causa de un pueblo olvidada en los desiertos de los desiertos.
El conflicto y la persecución provocaron que el desplazamiento forzado aumentase considerablemente en 2015, alcanzando el mayor nivel jamás registrado y provocando un sufrimiento humano tremendo, de acuerdo con el informe presentado hoy por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
El informe anual de ACNUR Tendencias Globales, que analiza el desplazamiento forzado en todo el mundo basándose en datos de gobiernos, agencias socias, incluyendo el Observatorio sobre Desplazamiento Interno y en los datos de la propia organización, arrojaba que 65,3 millones de personas se encontraban desplazadas a finales de 2015, en comparación con los 59,5 millones sólo 12 meses antes. Esta es la primera vez que se supera el umbral de los 60 millones.
El total de 65,3 millones comprende los 3,2 millones de personas en países industrializados que a finales de 2015 esperaban una resolución sobre sus solicitudes de asilo (el mayor número global registrado por ACNUR), los 21,3 millones de refugiados en todo el mundo (1,8 millones más que en 2014, y la cifra de refugiados más alta desde principios de los 90), y los 40,8 millones de personas que se habían visto forzadas a huir de sus hogares, pero que permanecían dentro de las fronteras de sus propios países (un incremento de 2,6 millones respecto a 2014, y el mayor número registrado).
Comparadas con los 7.349 millones de habitantes de la Tierra, estas cifras muestran que 1 de cada 113 personas en el mundo es actualmente solicitante de asilo, desplazada interna o refugiada –un nivel de riesgo del que ACNUR no tiene precedentes. En total, el número de desplazados forzosos hoy es mayor que la población de países como Reino Unido, Francia o Italia.
El desplazamiento forzado ha ido en aumento en la mayoría de las regiones, por lo menos, desde la mitad de la década de los 90, pero en los últimos cinco años el ritmo de ascenso ha incrementado. Esto es debido principalmente a tres motivos: las situaciones que provocan los grandes flujos de refugiados están durando más (por ejemplo, los conflictos en Somalia o Afganistán están ahora en su tercera y cuarta década, respectivamente); con frecuencia surgen nuevos conflictos o se reactivan otros ya existentes (hoy el mayor es Siria, pero también en los últimos cinco años Sudán del Sur, Yemen, Burundi, Ucrania, República Centroafricana, etc.), y el ritmo al que se han encontrado soluciones para refugiados y desplazados internos ha mostrado una tendencia a la baja desde el final de la Guerra Fría. Tan solo hace 10 años, a finales de 2005, ACNUR registraba una media de 6 personas desplazadas cada minuto. Hoy el número es de 24 por minuto – casi el doble de la frecuencia habitual con la que un adulto respira.
“Cada vez hay más gente desplazada por la guerra y la persecución, y esto ya es preocupante, pero los factores que ponen en peligro a los refugiados también se están multiplicando”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi. “En el mar, un número escalofriante de refugiados e inmigrantes están muriendo cada año; en tierra, las personas que huyen de la guerra están encontrando su camino bloqueado por fronteras cerradas. Las políticas están gravitando hacia posturas contrarias al asilo en algunos países. La voluntad de las naciones para trabajar unidas, no sólo por los refugiados sino en pos del interés colectivo de la humanidad, se está poniendo a prueba hoy, y es precisamente este espíritu de unidad lo que se necesita con urgencia que prevalezca”, añadió Grandi.
El Consejo de Seguridad ha aprobado una resolución que se extiende por un año la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental ( MINURSO ), haciendo hincapié en «la necesidad urgente de que la misión vuelva a la funcionalidad completa», tras la expulsión de Marruecos del contingente civil encargado de celebrar el referéndum, pero no incluye acciones concretas contra el Reino Alauí por violar el acuerdo de paz.
Llamando a todas las partes a que cooperen plenamente con las operaciones de la MINURSO, el Consejo, por votación de 10 a favor y dos en contra (Venezuela y Uruguay), con tres abstenciones (Angola, Nueva Zelanda y Rusia), extendió el mandato de la misión el 30 de abril 2017
En el texto actual, el Consejo insta a las partes a «continuar las negociaciones bajo los auspicios del Secretario General sin condiciones previas y de buena fe, teniendo en cuenta los esfuerzos realizados desde 2006 y los acontecimientos posteriores, con miras a lograr una solución justa, solución duradera y mutuamente aceptable política, que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara occidental “, destaca la cita del documento.
Tras el último informe del Secertario General de la ONU, Ban Ki-Moon , señaló que sin un componente civil internacional adecuado y con todo el personal, la misión no puede cumplir un componente central de sus funciones y por lo tanto no va a cumplir las expectativas del Consejo. Se advierte ahora que la incapacidad de la misión de ejecutar las tareas encomendadas implicaría, en el corto y medio plazo «importantes implicaciones para la estabilidad de la región, así como para la credibilidad del Consejo y las operaciones de mantenimiento de la paz y misiones políticas a nivel mundial”.
La MINURSO fue despojada de su componente civil, tras la visita de Ki-Moon al Sahara Occidental donde lamentó la “ocupación” de Marruecos del territorio saharaui que genera más de cuatro décadas de exilio. Ahora, la resolución insta a Marruecos que para cumplir plenamente el mandato de MINURSO vuelva la mayoría de su componente civil, incluyendo personal político, y ha solicitado un informe del Secretario General dentro de 90 días si la misión “ha vuelto a la funcionalidad completa” y han expresado que si no se logra la completa funcionalidad se detallarán medidas que de momento no se han precisado.
El Consejo también instó a los Estados Miembros a que hagan contribuciones voluntarias para financiar medidas de fomento de la confianza, en la que incluya una respuesta humanitaria para los saharauis, como el plan de viajes familiares de ACNUR y un programa de alimentación para asegurar las necesidades humanitarias de los refugiados.