Ataque al Islam
En este último mes hemos vivido varios ataques terroristas individuales de fanáticos islamistas que quieren vengar las atrocidades, injustificadas, del bloque occidental en las regiones de mayoría islámica como Afganistán, Irak o Chechenia.
El «espantoso» asesinato de un soldado británico a plena luz del día en Londres por dos presuntos yihadistas es un «ataque contra el Reino Unido» y una «traición al Islam», así lo afirmó el primer ministro británico, David Cameron.
Ciertamente, es una terrible “traición” lógica ya que el acto es un claro ataque a la propia religión monoteísta cuya palabra Islam viene a significar “estar a salvo” y cuyo mensaje pacifista y conciliador viene destruido por minorías que atentan contra los propios valores del profeta Mohamed.
Pero el Yihad, masculino y no femenino como apostillan muchos medios, no viene a significar lo que fundamentalistas y occidentales le han llamado Guerra Santa, es más éste término se aleja mucho del concepto, cristiano, de la Guerra Santa.
“Esfuerzo en el camino de Dios”, es la traducción más completa del término Yihad que diferencia claramente dos acciones de realizar ese “esfuerzo”, por un lado el mayor de los esfuerzos que conlleva al ejercicio moral de comprender y desarrollar los valores de Dios.
Por otro lado, está el esfuerzo menor en ese camino que es el bélico, pero solo se justifica ante algún ataque. No obstante, el mensaje del Yihad ha quedado estigmatizado por las minorías radicales que llevan este esfuerzo bélico justificándolo con las acciones violentas de occidente ante sus fieles. Y es que los radicales anteponen la moral islámica como hacen la mayoría de los religiosos.
Además, este esfuerzo, Yihad, no es un fundamento básico del Islam que está compuesto por cinco pilares, pero si es considerado el sexto pilar por Chiies (considerada erróneamente la rama heterodoxa del Islam) y algunas minorías suníes.
El termino Yihad significa «esfuerzo en el camino de Dios» y no Guerra Santa como lo traducen la mayoría de los medios
Y es que desde los atentados del 11S en Nueva York la visión hacia los musulmanes ha cambiado radicalmente, considerando a esta religión como fundamentalista y violenta, muy alejada de la realidad de la religión musulmana, basada en la oración y la reconciliación.
Pero esta imagen desafortunada de minorías violentas que han acaparado los medios de comunicación construyendo esta imagen errónea de una religión monoteísta, muy similar a las otras dos, ha afectado a la convivencia entre los musulmanes occidentales que se ven forzados en muchas ocasiones al estereotipo.
Y esa separación y lucha contra las corrientes más tradicionales del Islam han hecho que los islamistas, como concepto político, estén más presentes hoy en la política de los países árabes que antes de la Primavera Árabe.
Las barbas, las chilabas o los turbantes han pasado en esto últimos años ha ser imágenes de personas radicales, muy alejado de los valores principales de estas vestimentas arábigas que simbolizaban las costumbre de los descendientes del profeta.
Y es que las barbas, siempre vistas como símbolo de persona bondadosa y cariñosa, se han visto manchadas por las minorías de barbas violentas que han llevado a cabo actos radicales. El nuevo perfil de los últimos acontecimientos pasa por jóvenes integrados, con vestimenta occidental e incluso perteneciente a nuevas generaciones.
Y esta nueva imagen del yihadista en Occidente preocupa otra vez la terrible estereotipación del Islam entre nuestros vecinos que practican su religión con normalidad y sin variación.