Un grupo de 1.194 menores de edad saharahuis provenientes de campos de refugiados ubicados en Argelia llegaron a España para pasar una temporada entre familias solidarias de Andalucía. Los andaluces les harán conocer otras realidades y formas de contemporizar con el mundo, o cambiarlo, y olvidar temporalmente sus avatares para abrir su alma a la esperanza de una vida mejor. teleSUR
Un grupo de 320 niños saharauis procedentes de los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) han llegado al aeropuerto de Málaga en dos vuelos para participar en el proyecto «Vacaciones en Paz» de Andalucía, que acoge este año a unos 1.200 menores.
Los niños, de entres 8 y 12 años, han sido repartidos entre familias de acogida de las provincias de Granada, Huelva y Málaga.
En los mismos vuelos ha llegado un grupo de 66 niños que pertenecen al mismo proyecto pero en las Islas Canarias, hacia donde han partido a las 11.00 de esta mañana,
Este primer grupo pertenece a los dos primeros vuelos del proyecto solidario que entre el sábado y el domingo esperan cuatro vuelos más con menores que serán repartidos por toda la comunidad autónoma para pasar los meses de verano.
La presidenta de la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sahara (FANDAS), Gely Ariza, ha señalado que estos niños «van a estar atendidos en cuanto a la salud, la alimentación y, lo más importante, van a encontrar una familia que les va a hacer ver que existe un mundo en paz».
Ariza ha resaltado que mientras llega el referéndum al Sahara Occidental las organizaciones andaluzas de amistad con el pueblo saharaui se van a volcar «en ese compromiso, en ese esfuerzo de decirles a estos niños que estamos aquí, que la causa de sus padres y familias no van a caer en el olvido».
Por su parte, el delegado del Frente Polisario en Andalucía, Abidín Bucharaya, ha declarado que gracias al proyecto «Vacaciones en paz» se mantiene el español como segundo idioma oficial en el Sahara Occidental, ya que los menores aprenden rápidamente el idioma durante los meses de verano.
«Estos niños durante dos meses entran por otra puerta de la vida, conviven con una familia andaluza, palpan lo que es la paz porque para ellos es algo abstracto», ha apostillado Bucharaya, quien ha precisado que gracias a esta solidaridad están educando a una generación de saharauis «mucho más tolerante».
Ha destacado que «a pesar de la crisis que hay las familias andaluzas con un gran esfuerzo han conseguido seguir manteniendo a esta comunidad» y que a través de este proyecto «se están tejiendo relaciones sociales que siempre estarán exentas de cualquier coyuntura política».
Según la organización el programa atraviesa uno de los momentos más complicados de su larga historia ya que según han insistido «la crisis económica que también a las familias de acogida, los recortes en las administraciones públicas hacen que resulte complicado sacar adelante una iniciativa como ésta».
Un total de 1.194 menores procedentes de los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf (Argelia) llegarán a partir de la madrugada del viernes 27 de junio y hasta el próximo 8 de julio al Aeropuerto de Málaga y Sevilla para pasar la temporada estival junto a familias de acogidas de Andalucía.
Según un comunicado de la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (FANDAS) ocho aviones procedentes de los campamentos de la población refugiada saharaui en Tindouf (Argelia) trasladarán a los menores dentro del programa de acogimiento familias «Vacaciones en Paz».
Los niños, de edades comprendida entre los 8 y 12 años, se distribuirán por las ocho provincias y cuentan con la colaboración de miles de familias andaluzas que los acogerán en sus casas durante los meses de verano para evitar que estos sufran las altas temperaturas del desierto argelino.
Según la organización, el programa atraviesa uno de los momentos más complicados de su larga historia ya que la crisis económica que afecta también a las familias de acogida, y «los recortes en las administraciones públicas hacen que resulte complicado sacar adelante una iniciativa como ésta».
Sin embargo, el proyecto sigue con el objetivo de profundizar en las relaciones de amistad del pueblo andaluz con el saharaui, y mejorar la calidad de vida (sanitaria y alimenticia) de la población infantil saharaui.
«No podemos olvidar que están obligados a sobrevivir exiliados juntos a sus familias (son unas 200.000 personas), desde décadas, en unos campamentos de refugiados, en lo más duro del desierto del Sahara» han señalado la organización.
Han destacado que los menores saharauis representan a un pueblo «exiliado, refugiado y a la espera de que se ponga en marcha la legalidad internacional, que Naciones Unidas exija a Marruecos que la cumpla y no bloquee la misma, y que pueda celebrarse el tan esperado Referéndum de Autodeterminación».
Los menores que pasaran dos meses en Andalucía tiene previsto participar en distintos actos como las manifestaciones convocadas en Sevilla para el próximo 5 de julio, y una concentración frente al consulado de Marruecos en Algeciras para el próximo 26 de julio.
Estrasburgo ratificó el día de los Derechos Humanos el ansiado acuerdo de pesca entre la UE y el reino alauí, un acuerdo que faena a los pescadores, que no enriquece a nadie y que afianza el lazo político.
Un acuerdo que para el socialista europeo Hannes Swoboda no tenía “ninguna contradicción entre los acuerdos pesqueros y los intereses de los saharauis”, además dejó entre bambalinas la necesidad de que el acuerdo pesquero repercuta sus beneficios entre la población del Sahara Occidental, acción que según el socialista debe de jugar España y que todavía no se ha determinado.
Ese mensaje caló entre sus eurodiputados que finalmente votaron a favor del acuerdo que permite la pesca en aguas en proceso de descolonización y que perjudica a su legítimo dueño, los refugiados saharauis. Los saharauis aún no han tenido la oportunidad de decidir sobre los asuntos que le atañen, sobre todo por la nefasta acción exterior que ha llevado a cabo estos últimos años los diplomáticos del Frente Polisario atrapados en las telarañas de Naciones Unidas.
Pero esa doble moral de la UE se ha reflejado estos días en Andalucía, donde decenas de solidarios con el pueblo del Sahara Occidental recolectan alimentos para la Caravana Andaluza por la Paz, con destino a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), y compuesta por todo tipo de vehículos cargados fundamentalmente con alimentos no perecederos, material escolar y sanitario.
Entre sus alimentos muchas veces se encuentran productos curiosos, en muchos casos hasta azucarillos fabricados en Marruecos, o las latas de pescados del Sahara que comercializan los supermercados Mercadona.
En esta ocasión ha llamado la atención algunas partidas de alimentos del programa de la Unión Europea para las personas más necesitadas, y es que muchos kilos de alimentos donados en distintos lugares de Andalucía llegarán a esos refugiados gracias a la solidariad del pueblo andaluz.
Pero la doble moral que juega la UE que ha luchado firmemente para que sus ciudadanos puedan comer pescados de los caladeros saharauis mientras estos siguen apresados en el desierto del Sahara a la espera de una salida política al conflicto y alimentándose de arroz con aceite una noche sí y otra también debe conocerse, sobre todo de cara a la próxima reunión del Consejo de Seguridad que volverá a ratificar la acción de la MINURSO en el territorio en disputa.
Estrasburgo ha ratificado el día de los Derechos Humanos el ansiado acuerdo de pesca entre la UE y el reino alauí, un acuerdo que faena a los pescadores, que no enriquece a nadie y que afianza el lazo político. Un anzuelo mordido por las partes que se caracteriza por callar a pescadores, llenar bolsillos poderosos y no repercute sobre la población.
El protocolo aprobado por 311 votos en el parlamento europeo tiene una vigencia de cuatro años, con una contrapartida financiera aproximada de 40 millones de euros por cada uno de los cuatro años de duración del acuerdo.
Pero el pacto denota su estrategia política ante el altísimo precio que pagan, y ante el poco beneficio que realmente repercute. Es más, si el dinero invertido al año para el acuerdo se repartiera entre la flota, cabrían a un sueldo de más de 4.000 euros mensuales para cada uno de los pescadores, cuyo sueldo raras veces supera el mínimo. Según el Ministerio de esta cantidad, 16 millones corresponden a derechos de acceso y 14 millones en concepto de apoyo sectorial y cooperación al sector pesquero marroquí, y 10 millones procedentes de los pagos por licencias de los diferentes operadores que, en el caso español, suponen un incremento aproximado del 12%.
Expertos creen que el dinero desembolsado de la UE en Marruecos tiene un carácter político y su intención viene a desarrollar mejor su industria pesquera que beneficia directamente al desarrollo de Marruecos y beneficia al vecino europeo como socio privilegiado a la hora de comprar productos. Algo legítimo siempre que se trate de la soberanía marroquí.
No ocurre lo mismo cuando el dueño del pescado se alimenta de la ayuda humanitaria mientras que los estados desarrollados saborean sus recurso , y es que el último de los acuerdos, inhabilitado por el Parlamento Europeo, permitía pescar en aguas del Sahara Occidental, el recién aprobado, la pesca puede realizarse en “aguas que se encuentren bajo la soberanía o jurisdicción del Reino de Marruecos”, es decir incluye el Sahara, para ello la UE acordó que los beneficios debían repercutir sobre la población autóctona, divididos entre los campamentos de refugiados de Tinduf, controlados por el Frente Polisario, y la antigua colonia española, bajo domino marroquí.
Sin embargo, no ha habido una comprobación de que el pueblo Saharaui pueda obtener los recursos de esos beneficios, es más la premio Nobel de la Paz no ha preguntado a su población, en proceso de descolonización, de manera democrática.
Las relaciones entre Marruecos y la Unión Europea son más que necesarias ya que los beneficios mutuos son legítimos y perceptibles. Pero obtener los recursos de una región en conflicto perjudica a la ética, y un ente supranacional que quiere dar ejemplo de respecto internacional no puede quebrantar el derecho a la autodeterminación y picar de un anzuelo político.
El acuerdo de pesca da trabajo a una flota que da de comer a sus hijos, pero que olvida a los niños abandonados en el desierto cuyo pescado nunca probaron, y que ahora es esquilmado. La necesidad de solventar el conflicto del Sahara en el que los saharauis puedan decidir su independencia o integración con Marruecos solo se consigue con buenos gestos, y la UE debe apoyar ese acuerdo, el del referéndum, antes de llevarse el pescado y permitir unas relaciones bilaterales donde reine la cordura entre Marruecos y la UE, y no un acuerdo manchando por la ilegalidad.
Ya hace tiempo que los socialistas, no solo en España, decidieron que Europa tiene que estar al lado de Marruecos pese a quién pese y sin solventar un conflicto que dura casi cuatro décadas como es el del Sahara Occidental.
El acuerdo pesquero entre la UE y el reino Alauí es el más importante de los lazos entre las dos orillas y representa la superioridad económica de Marruecos en el Magreb. Pero el acuerdo, que ya fue rechazado, incluía las aguas de un territorio considerado por las Naciones Unidas como “No Autónomo”, y cuyo propietario vive refugiado en la hamada argelina.
Pero el presidente del Grupo Socialistas y Demócratas (S&D) en el Parlamento europeo, el austríaco Hannes Swoboda, señaló en rueda de presna que su grupo votará a favor del acuerdo pesquero tras la pregunta de este periodista.
Swoboda dijo que «no ayudamos a los saharauis rechazando el acuerdo», y destacó que no veía “ninguna contradicción entre los acuerdos pesqueros y los intereses de los saharauis».
Además dejó entre bambalinas la necesidad de que el acuerdo pesquero repercuta sus beneficios entre la población del Sahara Occidental, acción que según el socialista debe de jugar España.
Los argumentos del socialista no convencen al pueblo Saharaui que ayer bajo el movimiento solidario entregó un documento a Swoboda para pedirle que cese el expolio de recurso en el Sahara y que no apoyen los acuerdos pesqueros en la votación en el parlamento europeo.
El mensaje era claro, lo mismo que reivindicaban días atrás unas dos mil personas en Madrid, el acuerdo vulnera los derechos de los refugiados como propietarios legítimos de los recursos del territorio que ahora Europa pretende obtener.
El acuerdo pesquero permitirá regresar al caladero marroquí un centenar de buques pesqueros españoles, en su mayoría de carácter artesanal, con más de 700 tripulantes, principalmente de Andalucía y Canarias.
A finales de julio, UE y Marruecos lograron firmar un acuerdo de cuatro años y que costara un total de 160 millones euros, 40 por cada año, una cifra que alarma a los expertos que ven un gasto innecesario que genera trabajo pero no beneficios.
Es más, si el dinero invertido al año para el acuerdo se repartiera entre la flota, cabrían a un sueldo de más de 4.000 euros mensuales cada uno de los pescadores, cuyo sueldo raras veces supera el mínimo. Según el el Ministerio de esta cantidad, 16 millones corresponden a derechos de acceso y 14 millones en concepto de apoyo sectorial y cooperación al sector pesquero marroquí, y 10 millones procedentes de los pagos por licencias de los diferentes operadores que, en el caso español, suponen un incremento aproximado del 12%.
Pero lo que ha indignado a los solidarios con el Sahara no es el rechazo al expolio sino la ostentación de solidaridad con este pueblo del austriaco Hannes Swoboda, que destacó en la rueda de prensa la visita de sus eurodiputados al Sahara Occidental y la próxima visita a los campamentos de refugiados.
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha mantenido una reunión de trabajo con su homólogo de Marruecos, Salaheddine Mezouar, en su primera visita a nuestro país. Durante la misma, el ministro Mezouar ha sido recibido en audiencia por Su Majestad el Rey y ha mantenido un encuentro con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente del Senado, Pío García-Escudero.
La reunión de los ministros de Asuntos Exteriores ha permitido que aborden, por primera vez, tras la reciente toma de posesión del ministro Mezouar, los múltiples temas de la agenda bilateral, en el clima de buen entendimiento que preside la relación entre dos países que son amigos y vecinos.
En el ámbito político, ambos han destacado el impulso a la relación bilateral que supusieron tanto la visita de S. M. el Rey a Marruecos en julio de 2013 como la pasada Reunión de Alto Nivel, que tuvo lugar hace un año.
Respecto a las relaciones económicas y comerciales, el ministro García-Margallo ha destacado la importancia que Marruecos tiene para España, tanto en comercio como inversiones. Marruecos es nuestro segundo socio bilateral fuera de la UE, tras Estados Unidos, y más de 800 empresas españolas tienen inversiones en el país vecino. El crecimiento continuado de los intercambios en los últimos años ha situado a España en 2012 como primer socio comercial de Marruecos, país con el que mantienen relaciones 20..000 empresas españolas. Ambos Ministros han revisado algunos aspectos de la presencia de empresas españolas pendientes de resolver.
Los ministros han coincidido en destacar el éxito del I Foro Económico del 5+5, celebrado la víspera en Barcelona, como impulso hacia una mayor integración económica en el Mediterraneo Occidental.
También han abordado la situación regional en el Magreb, donde Marruecos es ejemplo de estabilidad y apertura. Han analizado la crisis del Sahel y sus efectos en la región. Respecto a la situación en Siria, ambos se han mostrado esperanzados por la Resolución 2118 del Consejo de Seguridad, que ha abierto la puerta a la eliminación del arsenal químico del régimen sirio. Por otra parte, se han felicitado del progreso de la iniciativa hispano-marroquí de Mediación en el Mediterráneo y saludan la organización de un nuevo seminario internacional en Eslovenia en 2014.
Respecto al Sahara Occidental, ambos ministros han intercambiado puntos de vista sobre el estado actual de la cuestión en el contexto de la nueva gira regional del Enviado Personal del Secreatrio General de Naciones Unidas, Christopher Ross.
Por último, los ministros han abordado la relación de Marruecos con la Unión Europea. España saluda y alienta la voluntad de Marruecos de estrechar sus privilegiados vínculos con la Unión Europea y manifiesta su deseo de que la aprobación del nuevo Protocolo de Pesca Unión Europea-Marruecos se pueda producir en los próximos meses dada la importancia que reviste tanto para Marruecos como para la flota española.