Inmigración

Huyendo del Congo

Daniels junto a un voluntario de Cruz Roja al llegar de su travesía en barco. Marcos Moreno/ AFP
Daniels junto a un voluntario de Cruz Roja al llegar de su travesía en barco. Marcos Moreno/ AFP

Tarifa está viviendo estos días lo que las autoridades españolas ha considerado una oleada de pateras, pero que simboliza una vez más las consecuencia de los frenos al flujo migratorio.

El pueblo gaditano ha continuado su rutina turística mientra decenas de personas se jugaban las vidas en el estrecho, el tarifeñio está acostumbrado al suceso pero los turistas incrementan su curiosidad fotografiando a los recién llegados.

Separada de esas playas turísticas el Ministerio del Interior instaló el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) en el antiguo cuartel de Isla Paloma, desbordado estos días es un lugar antiguo con forma de cárcel pero con custodios muy humanos.

Entre los internos de Isla Paloma que hacen deporte en el patio se esconde la historia de Daniels Biong, un joven de unos treinta años que llego el pasado 13 de agosto desde el Congo en un travesía en balsa de plástico.

Su voz es tenue, su rostro desprende cansancio, sus palabras muestran la ansiedad de vida desafortunada y sus ojos lagrimosos la verdad de una historia.

Lleva meses viajando por África, cuando llegó a Marruecos intentó ir a Melilla saltando la alambrada fronteriza pero según asegura fue expulsado in extremis por la Guardia Civil. «Tome la patera con nueve amigos tras intentarlo todo por llegar a Europa» comenta Daniels quién tiene previsto migrar a Francia.

Su destino ahora es incierto pero garantiza que no puede volver al Congo, donde el conflicto armado acabó con los ocho miembros de su familia y con su sonrisa. No sabe si solicitar asilo político ya que no tiene conocimientos de español, ni conoce los procedimientos, asegura estar desamparado y que tras el miedo sobre la balsa solo se aferra a dios.

Durante mi visita a Daniels solo pedía a Dios que no fuese expulsado a Marruecos, allí asegura haber pasado el peor de los calvarios de su viaje.

Ahora solo le queda esperar que la justicia española determine su futuro, pero el mantiene la esperanza de poder continuar su viaje.

Magreb

Más de 1.500 migrantes murieron en el Mediterráneo durante…

Más de 1.500 migrantes africanos se ahogaron o desaparecieron al intentar cruzar el mar Mediterráneo para llegar a Europa durante 2011, según informó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Fue el año más letal para esa región desde que el ACNUR comenzó a registrar esas estadísticas en 2006.

La portavoz de ACNUR, Sybella Wilkes, afirmó que las crisis en Libia y Túnez alentaron el flujo migratorio en esa dirección y señaló que el éxodo alcanzó la cifra récord de 58.000 personas en el año.

“La mayoría de los arribos marítimos del año pasado ocurrieron en Italia. Los viajes se realizaron en embarcaciones precarias y a menudo los propios refugiados y emigrantes tuvieron que manejarlas. Algunos supervivientes dijeron al ACNUR que sus compañeros de travesía les habían golpeado y torturado”, agregó Wilkes.

La portavoz añadió que la situación no ha disminuido en enero, a pesar de las malas condiciones del mar y del tiempo, y que tres barcos intentaron el peligroso viaje desde Libia, uno de los cuales desapareció.

Andalucía

Las Guardia Civil ha interceptado 2671 migrante en pateras…

Ciudadanos magrebies observan la costa andaluza desde el continente africano. / Sophoco

La Guardia Civil ha dirigido la operación INDALO 2011, desarrollada bajo la coordinación de la Agencia Europea de Fronteras (FRONTEX) frente a las costas de Almería, Granada y Murcia, que se ha saldado con la interceptación de un total de 2671 migrantes procedentes del continente africano y 101 embarcaciones y la detención de 38 traficantes de personas y organizadores de las travesías.

La operación ha contado con la participación de nueve países europeos y se ha desarrollado entre los meses de mayo y diciembre de este año. El objetivo principal ha sido coordinar sobre el terreno los métodos de actuación de los cuerpos policiales participantes en el dispositivo, para un control efectivo de las fronteras aéreas y marítimas del sureste peninsular, con el fin de evitar el tráfico ilegal de personas. También se han llevado a cabo acciones relativas a la lucha contra el narcotráfico, la contaminación marítima y el crimen transfronterizo.

En relación con el tráfico de drogas, el dispositivo de vigilancia marítima y aérea ha permitido detener a 49 personas e incautar 12.274 kilos de hachís. También se han incautado 2 avionetas, 14 embarcaciones y 2 vehículos.

La utilización de medios aéreos en la vigilancia marítima permite la detección temprana del narcotráfico, por lo que se puede actuar con mayor prontitud y eficacia, así como de embarcaciones con migrantes, lo cual hace que los tiempos de respuesta sean menores y se pueda atender y socorrer antes a los migrantes.

No obstante el futuro de estas personas es casi desconocido por la opinión pública, ya que los medios de comunicación no suelen profundizar en la información de ‘pateras’. Pero la mayoría son expulsado y retenidos durante semanas en los Centros de Internamientos de Extranjeros en Andalucía, situados en Málaga y Algeciras.

Libia

La OIM alerta sobre la vulnerabilidad de los migrantes…

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) expresó hoy gran alarma por la suerte de muchos migrantes vulnerables que se encuentran en la capital de Libia y no han establecido contacto con el personal de la agencia para salir del país.

La OIM explicó que pese a los esfuerzos por llegar a los subsaharianos y a otros grupos en situación de riesgo en Trípoli, no ha sido posible llegar hasta ellos debido a varias razones, entre ellas la falta de representación diplomática de muchos países africanos en Libia.

Aunque los migrantes viven en toda la ciudad, la mayor parte de los subsaharianos se ubican en la periferia

Embarcación que se encontraba a la deriva con un centenar de subsaharianos a unas 100 millas frente a las costas de Libia. /mde.es

de Trípoli, donde han improvisado campamentos precarios y carecen de suministros y servicios básicos como agua y alimentos.

Además, estas personas temen por su seguridad ya que muchas veces sufren ataques violentos bajo la idea de que son mercenarios. La OIM ha intentado en repetidas ocasiones negociar un salvoconducto para que los migrantes de esa zona lleguen al puerto de la capital y sean evacuados; sin embargo, los esfuerzos no han dado fruto. Además, los países participantes en esta guerra, en los que destaca Francia, España e Italia, han insistido mucho en la ilegalidad de las pateras salientes, que representan a colectivos de exiliados de guerra y no un problema de inmigración como han querido ofrecer las versiones oficiales de estos Gobiernos occidentales.

En este sentido, la OIM volvió a instar a las partes en conflicto a garantizar a todos los migrantes un paso libre y seguro hasta donde puedan ser asistidos para salir de Libia.