Exteriores

Europa cierra las fronteras al Mediterráneo

El relator de la ONU sobre los derechos de los migrantes ha afirmado que el cierre de fronteras no funciona para evitar que los migrantes lleguen a suelo europeo, y que sólo fortalece a los traficantes de personas en el Mediterráneo.

François Crépeau subrayó en un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos que los miembros de la Unión Europea deben reconocer que la migración irregular es resultado de las políticas que la prohíben, que incentivan la apertura de un nuevo mercado lucrativo que no podría existir sin esa limitación.

El experto sugirió a Europa destruir el modelo de negocio de los traficantes de personas que surgió cuando se erigieron esas barreras y prohibiciones a la movilidad y que prospera para evadir las políticas migratorias restrictivas.

Por otro lado, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha pedido a los Estados e instituciones de la Unión Europea que apoyen a las autoridades de Grecia, país que en lo que va del año ha recibido a 55.000 refugiados.

Según ACNUR, las condiciones de esas personas, que llegan huyendo de los conflictos armados en sus países, son cada día peores pese a los esfuerzos de los gobiernos locales de las islas griegas más afectadas, las del norte del Egeo y las Dodecaneso.

El portavoz en Ginebra del organismo, William Spindler, dijo que todos los días llegan cientos de refugiados llegan a los dos archipiélagos y que se espera que el número de llegadas se incremente significativamente en los próximos meses.

Spindler destacó la disposición de ACNUR de continuar trabajando con las autoridades griegas y la sociedad civil para atender los desafíos que supone tal cantidad de refugiados.

“Pero necesitamos urgentemente mayor apoyo de los Estados de la Unión Europea para poder evitar una crisis humanitaria”, apuntó. Más del 90% de los refugiados que llegan a Grecia proviene de países en conflicto, principalmente Siria, Afganistán, Iraq y Somalia.

Personal del ACNUR registra a refugiados en Grecia. Foto de archivo: ACNUR/S. Baltagiannis
Personal del ACNUR registra a refugiados en Grecia. Foto de archivo: ACNUR/S. Baltagiannis

Las condiciones de acogida para los refugiados que llegan a las islas griegas del Egeo Septentrional y el archipiélago del Dodecaneso están empeorando a pesar de los considerables esfuerzos que las autoridades locales y la sociedad civil están llevando a cabo. Cientos de refugiados siguen llegando cada día en embarcaciones neumáticas y pateras, lo que está generando una enorme presión para las comunidades de las islas que los acogen.

Desde principios de año, más de 55.000 refugiados han alcanzado Grecia por vía marítima desde Turquía. Las islas que reciben más refugiados son Lesbos (con unas 21.600 llegadas), Quíos (9.400), Cos (8.900), Leros (3.900) y Samos (3.500), aunque también están llegando a otras zonas de Grecia. Más del 90 por ciento de estas personas proceden de países que están sufriendo guerras y conflictos, principalmente de Siria (más del 60 por ciento de las llegadas en 2015), Afganistán, Irak y Somalia.

Se espera que la cifra de llegadas aumente aún más en el verano, ya que las condiciones meteorológicas favorables hacen que las travesías por mar desde Turquía continental sean menos peligrosas.

La policía, la guardia costera y las autoridades locales (regionales y municipales) han destinado más personal y recursos para afrontar esta crisis, pero siguen siendo insuficientes para cubrir las necesidades. Ciudadanos, voluntarios locales y ONGs han estado distribuyendo alimentos, agua, zapatos y ropa para los refugiados. Al ACNUR le preocupa principalmente que los refugiados con necesidades específicas, como los menores no acompañados, los ancianos, las embarazadas, las personas con discapacidad y las víctimas de tortura no estén recibiendo la atención adecuada.

Migrantes en el Mediterráno. Foto: ACNUR/A. Di Loreto Inmigración

Crece un 43% el número de migrantes en la…

Un total de 1.469 inmigrantes fueron rescatados en las últimas horas mientras intentaban llegar desde Libia a las costas italianas, informó la Guardia costera italiana en una nota. La Marina Militar y la Guardia Costera fueron los encargados de socorrer a las barcazas que llegaron durante todo el día de ayer, en una nueva llegada de migrantes tras varias semanas de tranquilidad.

Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio del Interior relativos a febrero, el número de migrantes desembarcados en las costas italianas aumentó un 43% con respecto a 2014, con un total de 7.882 frente a los 5.506 del mismo período del año anterior.

Si se mantiene ese ritmo de aumento se podría sobrepasar el récord que Italia batió en 2014, cuando llegaron más de 160.000 migrantes, una cifra que multiplicó por cuatro las más de 40.000 personas del año 2013.

En tierra, los centros de acogida en puertos como el italiano de Lampedusa se saturan y no pueden atender a tantas personas, como las que están llegando de los países expoliados.

Libia

La OIM alerta sobre la vulnerabilidad de los migrantes…

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) expresó hoy gran alarma por la suerte de muchos migrantes vulnerables que se encuentran en la capital de Libia y no han establecido contacto con el personal de la agencia para salir del país.

La OIM explicó que pese a los esfuerzos por llegar a los subsaharianos y a otros grupos en situación de riesgo en Trípoli, no ha sido posible llegar hasta ellos debido a varias razones, entre ellas la falta de representación diplomática de muchos países africanos en Libia.

Aunque los migrantes viven en toda la ciudad, la mayor parte de los subsaharianos se ubican en la periferia

Embarcación que se encontraba a la deriva con un centenar de subsaharianos a unas 100 millas frente a las costas de Libia. /mde.es

de Trípoli, donde han improvisado campamentos precarios y carecen de suministros y servicios básicos como agua y alimentos.

Además, estas personas temen por su seguridad ya que muchas veces sufren ataques violentos bajo la idea de que son mercenarios. La OIM ha intentado en repetidas ocasiones negociar un salvoconducto para que los migrantes de esa zona lleguen al puerto de la capital y sean evacuados; sin embargo, los esfuerzos no han dado fruto. Además, los países participantes en esta guerra, en los que destaca Francia, España e Italia, han insistido mucho en la ilegalidad de las pateras salientes, que representan a colectivos de exiliados de guerra y no un problema de inmigración como han querido ofrecer las versiones oficiales de estos Gobiernos occidentales.

En este sentido, la OIM volvió a instar a las partes en conflicto a garantizar a todos los migrantes un paso libre y seguro hasta donde puedan ser asistidos para salir de Libia.