Europa

Calais, un desalojo sin derecho para los menores refugiados

Un menor refugiado durante el desmantelamiento del campamento de Calais. Foto: UNICEF/Laurence Geai
Un menor refugiado durante el desmantelamiento del campamento de Calais. Foto: UNICEF/Laurence Geai

El pasado 24 de octubre Francia dio la orden de cerrar el campo de refugiados de Calais, tras varios días de operativo de salida el campo acabó ardiendo y con varios centenares de menores no acompañados sin futuro, ahora las Naciones Unidas denuncian que los Gobiernos de Francia y el Reino Unido han violado los derechos de los menores del campamento de refugiados de Calais según el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño.

El Comité, encargado de vigilar el cumplimiento de ese instrumento internacional por parte de los Estados que lo han ratificado, aseveró que la manera en que las autoridades de esos países han gestionado la situación de los niños no acompañados de cara al cierre del campamento deja ver que se ignoró completamente el bienestar e intereses de ese colectivo.

“Los eventos han mostrado con claridad que las consideraciones políticas y de otro tipo estuvieron por encima de las promesas que habían hecho ambos Gobiernos en el sentido de que los niños no acompañados serían su prioridad”, apuntó el Comité en un comunicado.

Los expertos del grupo indicaron que los desacuerdos entre Francia y el Reino Unido en cuanto a cuál de los dos países se haría responsable de la mayor parte de los menores de Calais generó violaciones graves de las garantías fundamentales de esos niños.

En ese contexto, urgieron a ambos Gobiernos a proveer protección, servicios y asistencia y a respetar los derechos de los niños y adolescentes que fueron forzados a albergarse en contenedores viejos o a dormir a la intemperie mientras era demolido el campamento.

El Comité se refirió al anuncio de las autoridades francesas de que reubicaría a los niños en más de 400 centros de acogida provisional en los que se estudiarían los casos individuales para decidir su futuro y llamaron a que este proceso sea expedito y adecuado para evitar daños irreversibles en los menores.

En el campamento de Calais vivían unos 1.500 menores no acompañados, en su mayoría provenientes de Eritrea, Sudán y Afganistán. Los expertos añadieron que lo ocurrido en Calais no es un acontecimiento aislado sino una evidencia más de las fallas de un sistema migratorio basado en políticas diseñadas e implementadas sin tomar en cuenta los derechos de los niños.