Migraciones

ACNUR destaca la importancia y la urgencia de estabilizar…


ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, movilizó el pasado jueves personal y recursos al sur de México,
tras la llegada de miles de personas a la frontera entre México y Guatemala como parte de una “caravana” de refugiados y migrantes que arrancó en Honduras.

Más de 45 trabajadores de ACNUR se encontraban ayer lunes sobre el terreno en Tapachula, (Estado de Chiapas, al sur de México), y otros están en camino.

Los equipos de ACNUR están prestando apoyo a las autoridades mexicanas, tanto a nivel técnico como de personal para ayudar con el registro de solicitantes de asilo en plazo adecuado, la puesta en marcha de mecanismos de identificación y derivación para personas en situación vulnerable y con necesidades específicas, e incrementar capacidad y asistencia en materia de cobijo.

ACNUR ve con preocupación la evolución de la situación humanitaria de la caravana, y su posible paso por áreas en las que se han producido secuestros y riesgos de seguridad. Por ello, es urgente estabilizar la situación y esencial que se den unas condiciones adecuadas de recepción entre otras cosas, tanto para las personas que buscan asilo como para quienes también participan en el desplazamiento.

La “caravana”, cuyo tamaño se ha estimado en unas 7.000 personas, es la segunda marcha organizada que tiene lugar en la región este año; la primera tuvo lugar en México el pasado mes de abril.

En Guatemala, ACNUR monitorea la frontera en Tecun Uman, para evaluar necesidades y organizar, junto a socios, la asistencia humanitaria para aquellas personas que más la necesitan.

En Honduras, ACNUR supervisa la situación en la frontera con Guatemala a través de la Oficina en San Pedro Sula y de socios colaboradores; asimismo, trabaja junto a las autoridades para garantizar la recepción segura de aquellos miembros de la caravana que han decidido regresar.

ACNUR ha recordado a los países por donde pasa la ruta de la caravana que en ella viajan personas en situación de auténtico peligro. En una coyuntura como esta, es imprescindible que la gente pueda tener la oportunidad de pedir asilo y que sus necesidades de protección internacional se evalúen adecuadamente, antes de que se tome cualquier decisión sobre retornos o deportaciones.

Andalucía

La doble moral de la UE con el Sahara

Alimentos donados por la UE que han recogido las asociaciones solidarias de Andalucía para los refugiados saharauis. / S.R.
Alimentos donados por la UE que han recogido las asociaciones solidarias de Andalucía para los refugiados saharauis. / S.R.

Estrasburgo ratificó el día de los Derechos Humanos el ansiado acuerdo de pesca entre la UE y el reino alauí, un acuerdo que faena a los pescadores, que no enriquece a nadie y que afianza el lazo político.

Un acuerdo que para el socialista europeo Hannes Swoboda no tenía “ninguna contradicción entre los acuerdos pesqueros y los intereses de los saharauis”, además dejó entre bambalinas la necesidad de que el acuerdo pesquero repercuta sus beneficios entre la población del Sahara Occidental, acción que según el socialista debe de jugar España y que todavía no se ha determinado.

Ese mensaje caló entre sus eurodiputados que finalmente votaron a favor del acuerdo que permite la pesca en aguas en proceso de descolonización y que perjudica a su legítimo dueño, los refugiados saharauis. Los saharauis aún no han tenido la oportunidad de decidir sobre los asuntos que le atañen, sobre todo por la nefasta acción exterior que ha llevado a cabo estos últimos años los diplomáticos del Frente Polisario atrapados en las telarañas de Naciones Unidas.

Pero esa doble moral de la UE se ha reflejado estos días en Andalucía, donde decenas de solidarios con el pueblo del Sahara Occidental recolectan alimentos para la Caravana Andaluza por la Paz, con destino a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), y compuesta por todo tipo de vehículos cargados fundamentalmente con alimentos no perecederos, material escolar y sanitario.

Entre sus alimentos muchas veces se encuentran productos curiosos, en muchos casos hasta azucarillos fabricados en Marruecos, o las latas de pescados del Sahara que comercializan los supermercados Mercadona.

En esta ocasión ha llamado la atención algunas partidas de alimentos del programa de la Unión Europea para las personas más necesitadas, y es que muchos kilos de alimentos donados en distintos lugares de Andalucía llegarán a esos refugiados gracias a la solidariad del pueblo andaluz.

Pero la doble moral que juega la UE que ha luchado firmemente para que sus ciudadanos puedan comer pescados de los caladeros saharauis mientras estos siguen apresados en el desierto del Sahara a la espera de una salida política al conflicto y alimentándose de arroz con aceite una noche sí y otra también debe conocerse, sobre todo de cara a la próxima reunión del Consejo de Seguridad que volverá a ratificar la acción de la MINURSO en el territorio en disputa.