Más de 700 migrantes permanecen en el norte de Francia a la espera de poder cruzar al Reino Unido. A un año del cierre del campamento de Calais los refugiados denuncian detenciones y aplicación desproporcionada de la fuerza policial.
El pasado 24 de octubre Francia dio la orden de cerrar el campo de refugiados de Calais, tras varios días de operativo de salida el campo acabó ardiendo y con varios centenares de menores no acompañados sin futuro, ahora las Naciones Unidas denuncian que los Gobiernos de Francia y el Reino Unido han violado los derechos de los menores del campamento de refugiados de Calais según el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño.
El Comité, encargado de vigilar el cumplimiento de ese instrumento internacional por parte de los Estados que lo han ratificado, aseveró que la manera en que las autoridades de esos países han gestionado la situación de los niños no acompañados de cara al cierre del campamento deja ver que se ignoró completamente el bienestar e intereses de ese colectivo.
“Los eventos han mostrado con claridad que las consideraciones políticas y de otro tipo estuvieron por encima de las promesas que habían hecho ambos Gobiernos en el sentido de que los niños no acompañados serían su prioridad”, apuntó el Comité en un comunicado.
Los expertos del grupo indicaron que los desacuerdos entre Francia y el Reino Unido en cuanto a cuál de los dos países se haría responsable de la mayor parte de los menores de Calais generó violaciones graves de las garantías fundamentales de esos niños.
En ese contexto, urgieron a ambos Gobiernos a proveer protección, servicios y asistencia y a respetar los derechos de los niños y adolescentes que fueron forzados a albergarse en contenedores viejos o a dormir a la intemperie mientras era demolido el campamento.
El Comité se refirió al anuncio de las autoridades francesas de que reubicaría a los niños en más de 400 centros de acogida provisional en los que se estudiarían los casos individuales para decidir su futuro y llamaron a que este proceso sea expedito y adecuado para evitar daños irreversibles en los menores.
En el campamento de Calais vivían unos 1.500 menores no acompañados, en su mayoría provenientes de Eritrea, Sudán y Afganistán. Los expertos añadieron que lo ocurrido en Calais no es un acontecimiento aislado sino una evidencia más de las fallas de un sistema migratorio basado en políticas diseñadas e implementadas sin tomar en cuenta los derechos de los niños.
El conflicto y la persecución provocaron que el desplazamiento forzado aumentase considerablemente en 2015, alcanzando el mayor nivel jamás registrado y provocando un sufrimiento humano tremendo, de acuerdo con el informe presentado hoy por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
El informe anual de ACNUR Tendencias Globales, que analiza el desplazamiento forzado en todo el mundo basándose en datos de gobiernos, agencias socias, incluyendo el Observatorio sobre Desplazamiento Interno y en los datos de la propia organización, arrojaba que 65,3 millones de personas se encontraban desplazadas a finales de 2015, en comparación con los 59,5 millones sólo 12 meses antes. Esta es la primera vez que se supera el umbral de los 60 millones.
El total de 65,3 millones comprende los 3,2 millones de personas en países industrializados que a finales de 2015 esperaban una resolución sobre sus solicitudes de asilo (el mayor número global registrado por ACNUR), los 21,3 millones de refugiados en todo el mundo (1,8 millones más que en 2014, y la cifra de refugiados más alta desde principios de los 90), y los 40,8 millones de personas que se habían visto forzadas a huir de sus hogares, pero que permanecían dentro de las fronteras de sus propios países (un incremento de 2,6 millones respecto a 2014, y el mayor número registrado).
Comparadas con los 7.349 millones de habitantes de la Tierra, estas cifras muestran que 1 de cada 113 personas en el mundo es actualmente solicitante de asilo, desplazada interna o refugiada –un nivel de riesgo del que ACNUR no tiene precedentes. En total, el número de desplazados forzosos hoy es mayor que la población de países como Reino Unido, Francia o Italia.
El desplazamiento forzado ha ido en aumento en la mayoría de las regiones, por lo menos, desde la mitad de la década de los 90, pero en los últimos cinco años el ritmo de ascenso ha incrementado. Esto es debido principalmente a tres motivos: las situaciones que provocan los grandes flujos de refugiados están durando más (por ejemplo, los conflictos en Somalia o Afganistán están ahora en su tercera y cuarta década, respectivamente); con frecuencia surgen nuevos conflictos o se reactivan otros ya existentes (hoy el mayor es Siria, pero también en los últimos cinco años Sudán del Sur, Yemen, Burundi, Ucrania, República Centroafricana, etc.), y el ritmo al que se han encontrado soluciones para refugiados y desplazados internos ha mostrado una tendencia a la baja desde el final de la Guerra Fría. Tan solo hace 10 años, a finales de 2005, ACNUR registraba una media de 6 personas desplazadas cada minuto. Hoy el número es de 24 por minuto – casi el doble de la frecuencia habitual con la que un adulto respira.
“Cada vez hay más gente desplazada por la guerra y la persecución, y esto ya es preocupante, pero los factores que ponen en peligro a los refugiados también se están multiplicando”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi. “En el mar, un número escalofriante de refugiados e inmigrantes están muriendo cada año; en tierra, las personas que huyen de la guerra están encontrando su camino bloqueado por fronteras cerradas. Las políticas están gravitando hacia posturas contrarias al asilo en algunos países. La voluntad de las naciones para trabajar unidas, no sólo por los refugiados sino en pos del interés colectivo de la humanidad, se está poniendo a prueba hoy, y es precisamente este espíritu de unidad lo que se necesita con urgencia que prevalezca”, añadió Grandi.
El número de niños que cruzan el Mediterráneo hacia Europa se ha duplicado en el último año y más de la mitad de ellos viajan solos, informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Al comparar los datos recopilados este año con los de 2015, el organismo asociado a Naciones Unidas afirmó que más de 7.000 menores han hecho la peligrosa travesía desde enero hasta la fecha.
La OIM añadió que casi la mitad del total de los menores no acompañados procede de Gambia, Egipto, Côte d’Ivoire y Guinea.
“Hemos notado un incremento acentuado en los niños, pero hay un aumento principal en los no acompañados. Esto es una cuestión generalizada, las esposas viajan para unirse a sus esposos, los niños para unirse a sus padres y hay un fuerte deseo de reunificación familiar. Por otro lado, los procesos de otorgamiento de visas suelen alargarse o ser imposibles, por lo que la tentación de poner a los niños en manos de contrabandistas aumenta, algo que no debería ocurrir”, dijo Joel Millman, portavoz de la OIM en Ginebra.
Según las informaciones más recientes de la OIM, unos 206.000 refugiados han entrado a Europa por vía marítima en 2016, llegando a Italia, Grecia, Chipre y España.
La llamada crisis de refugiados en Europa no sólo es humanitaria, es sobre todo una crisis política en la que la Unión Europea ha abandonado a Grecia, un país que vive un periodo de austeridad, dejándole toda la responsabilidad de un fenómeno que precisa del esfuerzo de todos.
“El sufrimiento de los migrantes en Grecia es resultado de la falta de visión a largo plazo y voluntad política de la Unión Europea. Todo parece indicar que para los países que la integran, los derechos humanos y el estado de derecho son desechables cuando se trata de migrantes en estas circunstancias”, señaló el relator especial de la ONU sobre la situación de los migrantes, François Crépeau,
Crépeau consideró que la suma del cierre de fronteras de los países colindantes con Grecia y el nuevo acuerdo europeo con Turquía aumentó exponencialmente el número de migrantes irregulares en el país. Explicó que al dejar de ser un país de tránsito y ante la falta de apoyo europeo, Grecia tiene grandes dificultades para aliviar las necesidades inmediatas de los migrantes y de su propia población.
El relator manifestó gran preocupación por los niveles de confusión, frustración, violencia y miedo que imperan en los centros de recepción y por el tiempo tan largo que toma identificar a las personas vulnerables. También expresó alarma por el hacinamiento y la falta de servicios, así como por la insuficiencia de salvaguardas en los centros de detención de migrantes, que incluyen niños entre sus habitantes. “Es inaceptable que los niños sean detenidos”, apuntó.
Crépeau reconoció los esfuerzos del gobierno griego por atender a los migrantes y llamó a la Unión Europea a reubicar a unos 70.000 refugiados y a facilitar la reunificación de las familias, además de apoyar a Grecia y ayudar a las personas que han debido salir de sus países.
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Estamos de estreno de sección en EntreFronteras. El espacio #nocomment trataremos de contar la realidades del mundo, sus fronteras y migrantes, con las imágenes que hablan solas. Tratamos de contar las historias del mundo desde un punto de vista humanitario y con el enfoque sobre fronteras y refugiados que nos caracteriza.
En este primero #nocomment iniciamos contando el acuerdo entre la UE y Turquía, un polémico pacto en el que la UE ha firmado para expulsar a todos los refugiados que lleguen a Grecia. La medida ya cuenta con el rechazo del ACNUR o Amnistía Internacional.
Lanzamos una pregunta al aire al sufrir la peor crisis de refugiados que ha desbordado a las instituciones europeas y multiplica las fronteras. Más de cuatro mil muertos a las espaldas ¿Debe la UE mantener el Premio Nobel de la Paz?
«Europa no puede desatender la responsabilidad que tiene con los migrantes y dejarle a Turquía el compromiso de resolver la crisis», señaló el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos de esas personas, y urgió a los gobiernos europeos a abordar la crisis con carácter de emergencia y con respeto a los derechos humanos.
En un comunicado divulgado con motivo de la Cumbre sobre Migración que celebra la Unión Europea, François Crépeau afirmó que algunos Estados de ese continente han mostrado un desinterés total por los derechos humanos, pese a haber sufrido en sus pueblo el éxodo y el refugio en otras regiones.
Durante el encuentro, los 28 países del bloque europeo discutirán el nuevo acuerdo con Turquía, según el cual este país acogería a todos los migrantes que han cruzado a Grecia de manera irregular, incluidos los refugiados.
“Los Estados europeos que alguna vez crearon leyes importantes de derechos humanos y protección humanitaria están a punto de abandonar sus obligaciones”, recalcó el experto, agregó que justo en el medio de la mayor crisis migratoria en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, le están pasando su responsabilidad un tercer país por conveniencia política propia.
Crépeau expresó especial preocupación por la propuesta que contempla expulsiones masivas de migrantes sin una evaluación adecuada de cada caso y sin procedimientos de asilo, lo que contraviene el principio de no-devolución, incluido en las leyes europeas de derechos humanos.
“Hacer a Turquía el cancerbero no absuelve a Europa de su responsabilidad de dar la bienvenida a los migrantes. La única vía para que Europa asegure sus fronteras es ofrecer canales regulares y seguros de movilidad”, aseveró.
El relator se manifestó contra el cierre de fronteras y el levantamiento de barreras, y advirtió que éstas solo aumentan el sufrimiento de los migrantes, colocándolos en una situación más vulnerable ante los traficantes de personas y otros delincuentes.