Tenía 24 años, francés de origen argelino, un ciudadano de origen magrebí  más que la sociedad francesa no ha conseguido integrar, motivo que le hizo relacionarse con ideas muy radicales pero que no justificaban sus actos, y es que incluso sus vecinos han declarado a los  principales diarios franceses que era un chico normal, con una vida normal, incluso trabajaba de mecánico.

No obstante, en las últimas semanas ha llevado a cabo varios actos violentos en los que han acabado con varios militares muertos y varios civiles de confesión judaica, crímenes que el propio Merah ha justificado por la incursión militar de Francia en Afganistán y el asesinato por el ejército de Israel a niños palestinos en la franja de Gaza.

Merah, autoproclamado muyahidín de Al Qaeda, ha dejado en los últimos días paralizada la campaña electoral por la presidencia de la República francesa, en la que el actual presidente Nicolás Sarkozy, algo perjudicado en las encuestas, ha mejorado su reputación entre las clases más conservador, y ahora que comienza de nuevo la lucha por la presidencia la campaña toma un color más tenue ante un país conmocionado por lo sucedido en Toulouse.