Malí, ultimátum a una solución política
El norte de Malí se prepara para la próxima intervención internacional de carácter militar formada por los países del África Occidental y encabezado por Níger, quién ha conseguido que los vecinos africanos apoyen con unos 4.000 efectivos a los 6.000 soldados malienses ante la inminente recuperación del territorio del norte.
La región del Azawad fue apropiado hace un año por los independentistas tuareg del MNLA, y más tarde deslegitimado por grupos terroristas y salafistas vinculados a Al Qaeda en el Magreb Islámico como Boko Haram, MUJAO y Ansar Dine, que controlan el área y han implantado las interpretaciones más radicales del Islam.
Ansar Dine ha sido uno de los que ha mantenido las últimas relaciones diplomáticas con los vecinos de la región y en concreto con Argelia, principal potencia en el norte de África que aboga por una solución política al contencioso.
Argelia ha sido el impulsor diplomático en la región, al contrario de Marruecos y Níger, y de momento Burkina Faso se ha unido a las negociaciones que han frenado, durante unos días, la intervención, algo a lo que Washington se opone. En concreto la secretaria de estado Hillary Clinton insistió a Argelia a participar en la acción durante su último viaje al Magreb, quienes cedieron al consejo pero continúan con su política de no intervención.
4.000 personas lucharían en el bando islamista en caso de una intervención militar por parte de los países del África Occidental
Sin embargo, la situación se ha complicado con el último secuestro de un ciudadano francés por parte de otro grupo fundamentalista en el norte de Malí. Francia, junto a Marruecos, ha sido el principal promotor del marco legal de las Naciones Unidas ante una intervención militar, en concreto el ministro francés Jenn-Yeves Le Drian. El pasado 15 de octubre la ONU aprobó la Resolución 2071 en que daban el beneplácito de una acción militar en Malí a partir del 25 de noviembre a la CEDEAO.
El objetivo es claro en la zona, que no se repita lo que ocurrió en Afganistán restableciendo el control en Bamako y destruir los grupos terroristas y contrabandistas que se han enriquecido en los últimos años con el secuestro de ciudadanos occidentales y con la venta de drogas y armamento. Perjudicando seriamente la seguridad de la región y en general a la nobel de la Paz, Unión Europea.
La UE, autoconsiderada afectada, también participará en la intervención sobre todo a través de la formación de militares desde su base en Sahel situado en Níger. París será el eje informativo de los intereses de la organización supranacional en el Sahel, ya que Francia tiene siete bases militares en la región(Mauritania, Senegal, Costa de Marfil, Burkina Faso, Níger, Chad y República Centroafricana).
A pesar de todo, hablar del Afganistán africano puede ser uno de los símiles más usados por los expertos internacionalistas pero el territorio del norte de Malí tan solo cuenta con 800 kilómetros cuadrados y hay 1,5 personas por cada uno de esos kilómetros por lo que es aún más difícil una guerra tal y como la conocemos en la actualidad.
Además, la zona cuenta con fronteras poco reforzadas y de fácil acceso, algo que favorecerá la llegada de fuerzas militares sobre todo de Libia, donde los Tuareg han sido fuertes y mimados por Gadafi y ahora aún se encuentran combatiendo en el país magrebí.
Según diferentes medios de comunicación internacionales unas 4.000 personas lucharían en el bando islamista en caso de intervención, y fuentes policiales han confirmado el incremento de fundamentalistas en la zona provenientes de países vecinos generalmente con mayoría musulmana, informaciones que no frenarán la acción militar, otra vez, en Malí.