Libia, el fracaso de la operación de la OTAN

Desplazados libios divisando sus costas. Foto: ACNUR/L. Dobbs
Desplazados libios divisando sus costas. Foto: ACNUR/L. Dobbs

Ya han pasado tres años desde que comenzara la guerra de Libia, algo que se inició con protestas contra el líder libio Gadafi, pero que tras los proyectos de la OTAN y sus intereses en el país a favor del control de los recursos energéticos se adentró en una respuesta militar que ha dejado un país inmerso en el fracaso.

En occidente los medios contaron como el resultado la victoria de los países de la OTAN, la muerte de Gadafi, y la llegada de la «democracia». Pero nada se asemeja con la realidad de Libia. Los países occidentales siguen controlando las bases petroleras y el país inmerso en una guerra civil, una bomba de relojería que altera la paz del mediterráneo.

A día de hoy las tribus en guerra en Libia han desatado una crisis de desplazados. Ya son más de 400.000 las personas que se han visto obligadas a huir de los enfrentamientos desde mayo, segúnd atos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

SEGÚN CÁLCULOS DEL ORGANISMO, AL MENOS 106.000 DE ESTAS PERSONAS HABÍAN ABANDONADO SUS CASAS EN EL ÚLTIMO MES

Adrian Edwards, portavoz de ACNUR, aseguró que más de la mitad de estos refugiados provienen de Benghazi, en el este del país árabe.

“Está claro que la situación está empeorando en Libia. La dificultad dentro del país es conseguir acceder a estas personas debido a la inseguridad. Así que tenemos una situación de gran sufrimiento y grandes dificultades en conseguir llegar a la gente que necesita ayuda”, dijo Adrian Edwards.

Las localidades de los alrededores están pasando apuros para lidiar con la ola de refugiados y han cerrado escuelas para acoger a algunos de estos recién llegados.

LAS DEMOCRACIAS DE LA OTAN HAN VUELTO A DEMOSTRAR QUE HAN TRAÍDO A LIBIA EL EXPOLIO Y LA POBREZA PARA ENRIQUECER AL NORTE A COSTA DEL SUR

Sin embargo, en torno a 2.500 desplazados de Tawerga que huyeron de Benghazi se han visto forzados a acampar en estacionamientos de auto con solo coberturas de plástico para poder taparse.

La agencia de asistencia humanitaria también advirtió que la lucha ha incrementado la hostilidad hacia 14.000 refugiados sirios que se han quedado estancados en las zonas de conflicto o sin comida.

Su única alternativa es salir de Libia en barco y huir a Europa, aseguró ACNUR. En lo que va de año, han llegado más de 156.000 refugiados a Italia, más del 85% procedente de Libia.

A día de hoy los resultados de la «democracia» prometida por la OTAN no han llegado, el país sigue aumentado la pobreza, los bienes de sus recursos caen en grandes empresas, el país está dividido, desestabilizado… pero lo más sorprendente es que el país, sin apenas gobierno ni parlamento, sigue vendiendo petroleo en el mercado, y sus ciudadanos desplazados y mendigando.

Las democracias de la OTAN han vuelto a demostrar que han traído a Libia el expolio y la pobreza para enriquecer al norte a costa del sur.

Más de 170 personas han muerto en el mar…

Migrantes supervivientes del naufragio rescatados por la marina italiana. / M.I
Migrantes supervivientes del naufragio rescatados por la marina italiana. / M.I

El Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR) estima que más de 170 personas han muerto en el mar tratando de llegar a Europa en lo que va de 2014, cifra que incluye a aquellos que perdieron la vida en aguas de Grecia, Libia, Italia y en aguas internacionales.

ACNUR lamenta profundamente el creciente número de muertos por accidentes marítimos en el Mar Mediterráneo durante este año, que ya llega a los 170, a medida que aumenta el número de solicitantes de asilo y refugiados que emprenden la travesía en embarcaciones no aptas para la navegación, a menudo poniendo sus vidas en manos de redes de traficantes sin escrúpulos.

Al menos 17 personas perecieron ahogadas después de que un barco se hundiera en aguas internacionales, a unos 160 km al sur de la isla italiana de Lampedusa, y a unos 80 km al noroeste de Trípoli, en Libia. Entre los fallecidos hay doce mujeres, tres niños y dos hombres. Dos buques mercantes de Francia y de la República de Vanuatu, rescataron a 226 personas que posteriormente pasaron una revisión médica por parte de facultativos italianos trasladados por la marina italiana. El buque francés Bourbon Arcadia rescató a 158 personas, mientras que el Kehoe Tide, de Vanuatu, a 68 personas.

La tragedia se suma a una serie de naufragios en las costas de Libia acaecidos en los últimos quince días, y en los que se cree que han muerto 121 personas en tres accidentes que implicaban a embarcaciones distintas. La guardia costera de Libia ha rescatado a 134 personas. Los supervivientes reciben asistencia médica de ACNUR en cooperación con el International Medical Corps y la Guardia Costera libia. ACNUR también ha proporcionado a los supervivientes ropa, mantas y otros artículos de primera necesidad.

De los otros naufragios, uno tuvo lugar junto a las costas de Libia en torno al 6 de mayo, cuando una embarcación con 130 personas a bordo se hundió apenas 30 minutos después de iniciar la travesía, a pocas millas de la costa. Algunos de los 53 pasajeros supervivientes contaron al ACNUR que los traficantes les empujaron a embarcarse y partir a pesar de que el barco tenía daños en la parte central. Setenta y siete (77) personas habrían muerto ahogadas en este incidente, entre ellos cuatro mujeres. Hasta ayer (12 de mayo) la guardia costera había recuperado 44 cuerpos que se cree pertenecen al mismo naufragio; la mayoría de los cadáveres habían sido arrastrados hasta la playa en los últimos días. Las personas que viajaban a bordo procedían de Sudán, Ghana, Malí, Burkina Faso, Nigeria y Senegal.

La semana anterior (2 de mayo) a la guardia costera libia rescató a 80 personas (ciudadanos eritreos, somalíes y etíopes) después de que su embarcación, no apta para la navegación, comenzara a tener filtraciones de agua a unos cinco kilómetros de la costa. Otras cuatro personas se ahogaron en este incidente.

Dos días antes (30 de abril), la guardia costera de Libia encontró los restos de otro naufragio junto a las costas de Trípoli. El único superviviente, que permanece en estado crítico, fue atendido en un hospital gubernamental; los 40 pasajeros restantes (todos de Somalia) perecieron ahogados.

Entre las víctimas y supervivientes de estos naufragios hay también personas que huyen de la violencia o la persecución en sus países de origen. Los riesgos que asumen al emprender estas peligrosas travesías por mar reflejan las limitadas opciones seguras existentes tanto en Libia y como en otros contextos. ACNUR ha puesto en marcha una campaña de información en colaboración con la guardia costera de Libia, las organizaciones no gubernamentales, las agencias socias de la ONU y los solicitantes de asilo con el objetivo de informar a la gente sobre los riesgos reales que implican los viajes por mar.

ACNUR acoge con satisfacción las operaciones de rescate de las autoridades italianas y libias y la cooperación de las embarcaciones privadas, sin las cuales el número de muertos habría sido, sin duda más alto, pero pide que se siga reforzando las operaciones de búsqueda y rescate, especialmente en aguas que registran un elevado número de incidentes.

ACNUR también insta a los gobiernos de todo el mundo para que ofrezcan alternativas legales a las peligrosas travesías por mar, asegurando que personas desesperadas que necesitan refugio puedan buscar y encontrar protección y asilo. Estas alternativas podrían incluir el reasentamiento, la admisión humanitaria y la facilitación del acceso a la reunificación familiar. También se pide a los gobiernos que eviten medidas punitivas o disuasorias como la detención de personas que buscan seguridad.

Libia busca la paz en una nueva conferencia internacional

Ibrahim OA Dabbashi, Representante Permanente de Libia ante la ONU. / UN Photo/Amanda Voisard
Ibrahim OA Dabbashi, Representante Permanente de Libia ante la ONU. / UN Photo/Amanda Voisard

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, participará esta semana en dos conferencias internacionales de relevancia para la paz y estabilidad en Oriente Próximo y el Magreb.

La primera de ellas, que tendrá lugar el miércoles 5 de marzo en París, es una reunión del Grupo Internacional de Apoyo al Líbano, creado en la última la Asamblea General de Naciones Unidas, en septiembre de 2013.

El jueves 6 tendrá lugar en Roma la segunda conferencia internacional de apoyo a Libia, en la que se analizará el desarrollo de la transición política en curso en ese país.

Esta reunión sigue a la que se celebró en febrero del año pasado en París, que estuvo especialmente centrada en la seguridad en Libia. En la reunión del jueves participará una treintena de países y varias organizaciones internacionales que analizarán los graves desafíos políticos que tienen que superar las instituciones libias.

España, desde el inicio de la revolución que depuso a Gadafi, ha apoyado una Libia unida, estable y democrática que responda a las demandas legítimas de los libios. Solucionar los problemas políticos, y también los de seguridad, que tiene Libia es un requisito esencial para la paz y estabilidad regionales.

Estas dos conferencias serán oportunidades para que la comunidad internacional reitere su apoyo a dos países árabes que siguen enfrentándose a las consecuencias del brusco cambio político que se inició con la revolución de Túnez, en diciembre de 2010, y que ha tenido enormes repercusiones regionales e internacionales.

Además, la estabilidad del país magrebí permite a las autoridades europeas evitar el flujo de migrantes que usan la vía de Libia para llegar a las costas italianas, poniendo en peligro sus vidas, como el naufragio de una embarcación cerca de Lampedusa.

La encrucijada libia

Atentando en la embajada francesa en Trípoli fotografiada por un usuario de Twitter. /@Eh4b10
Atentando en la embajada francesa en Trípoli fotografiada por un usuario de Twitter. /@Eh4b10

La protesta contra la presencia de milicias armadas celebrada ayer en Trípoli se saldó con 32 muertos y 391 heridos, lo que vuelven a mostrar una Libia frágil y enfrentada.

Casi dos millones de kilómetros cuadrados, de la mayoría es dueño el Sahara, y casi siete millones de habitantes. En datos ésta es Libia, un país del Magreb que vive tras la revolución y la caída de un régimen la inestabilidad económica y en seguridad que no permite desarrollar los objetivos de la Primavera Árabe.

Gadafi consiguió estabilizar a un país tribal, pero su agonía acabo con el monopolio. Los libios se unieron en facciones que consiguieron derrocarlo, pero su poder no ha sido saciado. Hasta la fecha, Libia no ha conseguido establecer la seguridad y formar a policías y cuerpos de seguridad del Estado.

Las consecuencias son los reiterados atentados, enfrentamientos y hasta secuestros. El propio primer ministro, Alí Zidan, lo ha vivido en sus carnes. Por ello este dirigente ha pedido a la OTAN asesoramiento en materia de defensa para evitar que se repitan casos como el asesinato del embajador estadounidense.

La organización internacional ha respondido positivamente y va a enviar al país un grupo de asesores que permita establecer el control en seguridad. Hay que recordar que la ONU tiene desplegada una fuerza de paz en el país que tampoco logra estabilizarlo.

Los países de la OTAN han mostrado convencidos de que un asesoramiento en defensa “contribuirá a la estabilidad en el área mediterránea”, y confía en la continuación y profundización de relaciones de partenariado con Libia, con la perspectiva de su posible futura incorporación al Diálogo Mediterráneo de la OTAN.

Esta inseguridad no solo obliga a los propios libios a vivir en situación de alarma constante, sino que repercute en el contrabando, el tráfico de drogas y armas, y hasta de seres humanos. El ejemplo son los últimos naufragios de refugiados subsaharianos en las costas de Lampedusa. Libia es hoy herida abierta a la inmigración que aprovecha para sangrar hacia Europa, aunque a veces un triste final.

El Estado del bienestar también se ha visto afectado, y los servicios públicos funcionan bajo mínimos.

El gran beneficiado es el vecino Túnez, donde miles de litros de petróleo de contrabando se compran a la mitad de precio, incluso frutas y otros víveres. Pero el paso fronterizo entre los dos países magrebíes es también un peligroso coladero para la seguridad nacional de Túnez, la cual ha intensificado la presencia en la zona.

Libia quiere recuperar los beneficios económicos y que eso repercuta sobre la población que se veía beneficiada, en parte, de los recursos energéticos que tiene el país. Sin embargo, la población ha sufrido en las últimas décadas una fuerte propaganda antioccidental por lo que la presencia de estos supone, todavía, una incomodidad. Y aunque son conscientes de que la intervención extranjera les trajo la victoria, muchos lo siguen viendo con indiferencia.

Pero hasta el momento no es algo que preocupe a las grandes petroleras inglesas, francés, estadounidenses o incluso españolas. Estas siguen explorando en el rico territorio libio en busca de explotar petróleo y gas de buena calidad.

La española Repsol halló hace unos días un importante pozo de crudo de primera calidad en la zona de Murzuq, que pretende explotar. Libia por su parte se muestra satisfecha de estos logros que permiten crear puestos de trabajo y extraer los recursos que generan beneficios al estado.

Con Gadafi, la mayoría de los libios eran funcionarios y tenían sueldos que rondaban los casi 1.500 euros. El resto de tareas eran efectuadas por migrantes de Asia o África Subsahariana.

Actualmente el comercio se ha visto mermado, aunque las grandes empresas libias funcionan con casi normalidad. Los libios han vuelto al bazar a vender, pero el contrabando es el gran amigo del negocio y un comprador como la población tunecina beneficia a ello.

Un Estado que no mantiene la seguridad, no genera riqueza. Y un estado tribal que no controla sus tribus, como hizo Gadafi, puede desembocar en una terrible inestabilidad que beneficia a las mafias y terroristas que aprovechan las brechas para circular libremente.

Libia es rica, grande y con pocos habitantes. Establecer un Estado del bienestar no debería ser complicado, sin embargo los poderosos líder tribales siguen controlando sus áreas en contra del Estado centralista que pretenden implantar las democracias occidentales.

Libia cae en una espiral de violencia

Rebeldes libios profesionalizados tras la caída del régimen. / Lybia
Rebeldes libios profesionalizados tras la caída del régimen. / Lybia

El representante especial de la ONU para Libia, Tarek Mitri, describió al Consejo de Seguridad de la ONU los múltiples riesgos que afronta ese país árabe y subrayó la espiral de violencia que ha vivido durante los últimos tres meses.

El también jefe de la Misión de Apoyo de la ONU para Libia (UNSMIL) ofreció un recuento de los principales acontecimientos del último trimestre.

Recordó los muertos y heridos provocados este mes por los enfrentamientos en Bengasi entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que piden el desmantelamiento de las brigadas que hicieron la guerra a Muammar Al-Qadhafi.

Asimismo, Mitri se refirió a la creciente polarización provocada por la nueva Ley de Aislamiento Político, que excluye por diez años de cargos públicos a las personas vinculadas al régimen derrocado.

Mencionó además la existencia de 7.000 a 8.000 detenidos que aún esperan se les instruyan cargos o ser liberados, y a las torturas y ejecuciones extrajudiciales reportadas en las cárceles.

“La UNSMIL ha reiterado que las ejecuciones extrajudiciales y la tortura no deben tolerarse en Libia, mucho menos por personas que fueron víctimas de la injusticia y la represión del régimen anterior”, dijo Mitri.

El representante especial recalcó que los retos que vive Libia no deben ser subestimados, de la misma forma que no deben ignorarse las oportunidades.

A pesar de la gravedad de algunos de los acontecimientos de los últimos los libios no han perdido la esperanza, y muchos se mantienen firmes en los principios que originaron su revolución, acotó el enviado.

La ONU alerta del endurecimiento de la violencia en…

Representante Especial Tarek Mitri. UN Photo / Rick Bajornas
Representante Especial Tarek Mitri. UN Photo / Rick Bajornas

La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia ( UNSMIL ) expresó su «profunda preocupación» por el estallido de la violencia en Bengasi que se cobraron la vida de muchas personas y dejó a muchos más heridos.

«UNSMIL pide a todos los interesados a actuar con mesura y reitera la necesidad de resolver los desacuerdos pacíficamente a través del diálogo y con un espíritu democrático», dijo la misión en un comunicado.

Según el informe, unas 20 personas murieron y cerca de 80 resultaron heridas cuando una milicia en Bengasi, la segunda ciudad de Libia y capital de la revolución contra Gadafi, abrieron fuego contra un grupo de manifestantes.

UNSMIL hizo un llamamiento a todos los libios a rechazar la violencia en todas sus formas y a todos los actos de represalia.
«La Misión exhorta a todos los libios a apoyar los esfuerzos nacionales para garantizar la seguridad y la estabilidad en Libia», dijo UNSMIL en su comunicado.

La misión de la ONU también transmitió sus condolencias a las familias de los fallecidos y deseó a los heridos una pronta recuperación.

Amnistía insta a Libia a entregar al hijo de…


Libia debe acatar la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) y entregar de inmediato a Saif al Islam al Gadafi a la Corte en La Haya, ha dicho Amnistía Internacional.

«Libia es un país en transición. Su sistema de justicia penal se hundió tras la caída del régimen de Gadafi y el país aún no está en condiciones de llevar a cabo juicios justos, y menos aún de juzgar a Saif al Islam por los crímenes de los que la CPI le acusa”, ha dicho Tawanda Hondora, director adjunto del Programa de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional.

“Libia debe cumplir su obligación de entregar a Saif al Islam a la CPI y garantizar que sus derechos estarán plenamente protegidos durante su transferencia.”

Saif al Islam al Gadafi, hijo de Muamar al Gadafi, está acusado de dos delitos de crímenes contra la humanidad –asesinato y persecución– por su presunta actuación en el conflicto que acabó con el derrocamiento del régimen de Gadafi.

La CPI anunció ayer la decisión de sus jueces de que Libia no es capaz de llevar a cabo la instrucción ni el procesamiento de Saif al Islam al Gadafi y no ha demostrado suficientemente que los tribunales nacionales libios y la CPI están investigando los mismos delitos.