3.300 sirios llegan a las costas italianas en 40…

Ciudadanos sirios rescatados por Italia. / ACNUR
Ciudadanos sirios rescatados por Italia. / ACNUR

Durante los últimos 40 días 3.300 sirios, de los que más de 230 son menores no acompañados, han llegado a las costas de Italia, principalmente a la isla de Sicilia, huyendo de la violencia en su país. En total, han arribado más de 30 embarcaciones principalmente procedentes de Egipto, aunque algunas habían iniciado su viaje en Turquía, según ha informado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas (Acnur).

Muchos han necesitado tratamiento hospitalario para la deshidratación y en algunos casos se ha tenido que proceder al traslado por avión directamente desde las embarcaciones en las que viajaban a los hospitales. La semana pasada una enfermera procedente de Damasco murió en la travesía, cuando trataba de cruzar con su marido y sus hijos.

Acnur ha estimado que más de 4.600 sirios han llegado por mar a Italia en 2013, dos tercios del total lo hicieron en agosto. Según los testimonios recogidos, la mayoría procedía de Damasco y algunos eran refugiados palestinos nacidos en Siria.

En los últimos meses muchos sirios se han desplazado desde los países fronterizos de la Unión Europea hacia otras zonas de Europa, y según datos del Acnur a fecha 6 de septiembre, 21.870 personas han llegado al sur de Italia en lo que llevamos de año, lo que supone un aumento significativo con respecto a los niveles de 2012, en que se contabilizaron 7.981 personas.

El papa Francisco propuso el pasado martes que los conventos vacíos deben acoger a los refugiados, y no transformarlos en hoteles y ganar dinero. Una medida de urgencia que beneficiaria a Italia que estos últimos días ha visto desbordado sus centros de acogida para inmigrantes.

Los conflictos bélicos y la hambruna empujan a los…

Fotografía usada en la publicación del reportaje. / ElDiario.es
Fotografía usada en la publicación del reportaje. / ElDiario.es

Las costas andaluzas viven esta semana un flujo continuo de inmigrantes motivado por factores como los conflictos bélicos, la hambruna o la persecución policial en el norte de Marruecos y, en algunos casos, el sueño de ser futbolistas, y en otros, la necesidad de escapar de una muerte segura.

Los más de trescientos inmigrantes subsaharianos que han llegado estos últimos días a Tarifa (Cádiz) tienen ahora que definir su futuro tras ser interceptados, y la mayoría buscan mejorar sus vidas en países europeos, mientras que otros buscan protección internacional empujados por la hambruna en el Sahel o los conflictos armados.

El camerunés Brice Bobby, que llegó en balsa a Tarifa, ha asegurado a Efe que quiere llegar a Alemania, donde vive su hermano, porque «allí no hay crisis», y su compatriota Petgou, que ha viajado en la balsa junto a su mujer embarazada de siete meses, ha afirmado que su objetivo es huir de «la crisis permanente de África».

Los subsaharianos más jóvenes tienen otros sueños, como jugar al fútbol en el Barcelona o el Real Madrid, y es que muchos de estos inmigrantes son deportistas profesionales en sus países, como es el caso del camerunés Jaime, de 18 años, que ha señalado a Efe que ha venido a España para jugar al fútbol.

Otros, como Daniels Bisong, ya interno del CIE de Tarifa, está huyendo del conflicto armado en Congo, en el que murieron los ocho miembros de su familia.

Cuando llegó a Marruecos intentó ir a Melilla saltando la alambrada, pero dice que fue expulsado, tomó la patera «tras intentarlo todo por llegar a Europa» y pasó «mucho miedo».

Puedes continuar leyendo mi reportaje para la Agencia EFE en ElDiario.es 

Huyendo del Congo

Daniels junto a un voluntario de Cruz Roja al llegar de su travesía en barco. Marcos Moreno/ AFP
Daniels junto a un voluntario de Cruz Roja al llegar de su travesía en barco. Marcos Moreno/ AFP

Tarifa está viviendo estos días lo que las autoridades españolas ha considerado una oleada de pateras, pero que simboliza una vez más las consecuencia de los frenos al flujo migratorio.

El pueblo gaditano ha continuado su rutina turística mientra decenas de personas se jugaban las vidas en el estrecho, el tarifeñio está acostumbrado al suceso pero los turistas incrementan su curiosidad fotografiando a los recién llegados.

Separada de esas playas turísticas el Ministerio del Interior instaló el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) en el antiguo cuartel de Isla Paloma, desbordado estos días es un lugar antiguo con forma de cárcel pero con custodios muy humanos.

Entre los internos de Isla Paloma que hacen deporte en el patio se esconde la historia de Daniels Biong, un joven de unos treinta años que llego el pasado 13 de agosto desde el Congo en un travesía en balsa de plástico.

Su voz es tenue, su rostro desprende cansancio, sus palabras muestran la ansiedad de vida desafortunada y sus ojos lagrimosos la verdad de una historia.

Lleva meses viajando por África, cuando llegó a Marruecos intentó ir a Melilla saltando la alambrada fronteriza pero según asegura fue expulsado in extremis por la Guardia Civil. «Tome la patera con nueve amigos tras intentarlo todo por llegar a Europa» comenta Daniels quién tiene previsto migrar a Francia.

Su destino ahora es incierto pero garantiza que no puede volver al Congo, donde el conflicto armado acabó con los ocho miembros de su familia y con su sonrisa. No sabe si solicitar asilo político ya que no tiene conocimientos de español, ni conoce los procedimientos, asegura estar desamparado y que tras el miedo sobre la balsa solo se aferra a dios.

Durante mi visita a Daniels solo pedía a Dios que no fuese expulsado a Marruecos, allí asegura haber pasado el peor de los calvarios de su viaje.

Ahora solo le queda esperar que la justicia española determine su futuro, pero el mantiene la esperanza de poder continuar su viaje.

8.000 personas cruzaron el Mediterráneo en el primer semestre…

Migrantes recién llegados a Lampedusa (Italia). / ACNUR
Migrantes recién llegados a Lampedusa (Italia). / ACNUR

ACNUR estima que unos 8.400 inmigrantes y solicitantes de asilo llegaron a las costas de Italia y Malta en los primeros seis meses del año. La mayoría llegaron a Italia (7.800 personas) mientras que Malta recibió a unos 600.

Las personas que hicieron este trayecto a menudo partieron principalmente del norte de África, sobre todo de Libia (unas 6.700 personas). Otras 1.700 cruzaron desde Grecia y Turquía y llegaron al sur de Italia, a las regiones de Abulia y Calabria.

Los países del África subsahariana son los principales lugares de origen de estos inmigrantes y solicitantes de asilo, especialmente Somalia y Eritrea. Otros países de origen son Egipto, Pakistán y Siria. Los nacionales de Gambia, Malí y Afganistán también cruzan el Mediterráneo pero constituyen un grupo menos numeroso.

El Mediterráneo es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, pero también es una peligrosa frontera para los inmigrantes y solicitantes de asilo en su ruta hacia el sur de Europa. En vista de los peligros, ACNUR pide de nuevo a todas las embarcaciones en el mar que permanezcan alerta en caso de que hubiera inmigrantes y refugiados que necesiten ser rescatados.

La Agencia de la ONU para los Refugiados también pide a los capitanes de barco en el Mediterráneo que se mantengan vigilantes para llevar a cabo su deber de rescatar embarcaciones en peligro. La ley internacional y la europea también exigen a los Estados que garanticen que las personas interceptadas o rescatadas en el mar que desean solicitar asilo puedan acceder al territorio y al procedimiento de asilo, donde se puedan evaluar sus necesidades de protección.

Las llegadas de inmigrantes y solicitantes de asilo suelen alcanzar las cifras más altas entre mayo y septiembre. En este momento del año, en que se produce un aumento en el número de personas que tratan de realizar este peligroso viaje, es esencial garantizar que se cumpla con la larga tradición de rescate en el mar por parte de todos y que se respete el derecho marítimo internacional.

Los datos se han publicado el día en el que el Papa Francisco ha visitado la isla italiana de Lampedusa, situada frente a las costas de Túnez, y donde se ha preocupado por la situación de los migrantes y refugiados que llegan por el mar a Europa.

Fronteras de hierro, normas de barro

Recorte del artículo en prensa. / A.R

EN Ceuta y Melilla la situación ha llegado a tales límites que los propios guardias civiles tienen que plantear hasta qué punto son legales las expulsiones en caliente de inmigrantes subsaharianos al carecer de un protocolo de actuación.

Ante las dudas sobre la legalidad de las devoluciones de inmigrantes ilegales, que se repiten continuamente en Melilla, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) de la ciudad autónoma ha solicitado ante la Fiscalía General que informe sobre si los agentes pueden incurrir en alguna ilegalidad.

Y es que los agentes de la Guardia Civil son los principales expositores ante el freno de los saltos a las alambradas fronterizas, cumpliendo órdenes directas de las delegaciones del Gobierno. Es decir, cumplen decisiones de superiores que son los que recomiendan que los agentes expulsen por las puertas de la valla a los inmigrantes subsaharianos.

Los agentes «se encuentran indefensos jurídicamente al desconocer si en algún momento pueden estar vulnerando los derechos de los inmigrantes» cita un comunicado de AUGC, quien de alguna manera se desvincula de estas acciones que han denunciado ante el parlamento grupos como IU, UPyD y Equo.

PUEDES CONTINUAR LEYENDO EL ANÁLISIS EN LAS CABECERAS DEL GRUPO JOLY

Interceptan a un argelino que llegó a España en…

Fotografía del hombre entre las hélices del ferry Tanger-Tarifa. / Policia
Fotografía del hombre entre las hélices del ferry Tanger-Tarifa. / Policia

Agentes de la Policía Nacional han interceptado en Tarifa a un inmigrante que pretendía entrar en España agazapado en las hélices de un ferry. Se trata de un ciudadano argelino de 48 años que zarpó desde Tánger (Marruecos). Ha sido arrestado por infracción a la Ley de Extranjería al intentar acceder por punto no habilitado a territorio nacional. Ya son 61 las personas detenidas por hechos similares durante 2013 en el puerto de Tarifa.

El polizón viajaba escondido sobre el patín derecho del buque, con la intención de lanzarse al agua a su llegada a España y nadar hasta la orilla. Pretendía posteriormente saltar la valla perimetral del Puesto Fronterizo y eludir los controles policiales establecidos para acceder de forma ilegal a territorio nacional.

En la Frontera Marítima de Tarifa los métodos de ocultación empleados por ciudadanos que pretenden acceder a territorio nacional de forma ilegal son muy variados. Habitualmente son los llamados “pasadores” quienes tratan de ocultar a los inmigrantes, lo que también supone un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Las técnicas para intentar pasar desapercibidos van desde habilitar huecos en distintos espacios dentro de automóviles como asientos, motor o bajos, lo que supone un grave peligro para la persona oculta, dado que se trata de espacios muy reducidos y carentes de ventilación; hasta buscar espacios poco o nada visitados dentro de los buques cuyas rutas unen España con el norte de África.

La crisis de la inmigración de marroquíes a Andalucía


La población marroquí ha crecido en todas las provincias andaluzas en estos años, salvo Córdoba, que disminuyó ligeramente entre 2011 y 2012. Sin embargo, la entrada de inmigrantes ha venido disminuyendo como consecuencia de la crisis económica y la sucesiva reducción de oportunidades laborales.

En cuanto a altas residenciales, el año 2008 fue el que más entradas de migrantes marroquíes tuvo, pero los años posteriores el número de altas no hizo otra cosa que descender. En el año 2011 las altas residenciales en Andalucía se redujeron hasta casi la mitad que en el 2008. El descenso se ha notado mucho en ciudades como Almería o Granada, donde la crisis ha azotado fuertemente a sectores como la construcción y la agricultura, retomada en muchos casos por la alta tasa de paro juvenil que ha vuelto al campo.

Pero esta reducción, significativa, de los vecinos del norte de África a sus orígenes no ha producido un retorno masivo según un estudio del proyecto MENARA, sino que la crisis ha proporcionado una reducción del efecto llamada que se había dado durante los años posteriores a la crisis.

Los lazos históricos y culturales entre el norte de Marruecos y Andalucía siguen siendo estrechos, y este ha sido uno de los motivos por lo que los ciudadanos marroquíes prefieren inmigrar aquí en vez de otros lugares europeos.

También, la cercanía geográfica permite a estos mantenerse en contacto con sus familias, además los marroquíes consideran que su afinidad social y cultural con la comunidad andaluza les facilita su integración.

En referencia a la lengua, el castellano es un idioma prácticamente dominada por los marroquíes del norte de Marruecos, que sintonizan nuestras cadenas de televisión o radio, e incluso los abuelos de las nuevas generaciones siguen hablándolo, ya que dejaron de ser protectorado hace menos de 60 años.

Otra razón recurrente en cuanto al porqué de las migraciones hacia Andalucía es la fascinación por occidente y por la situación que disfrutaron los primeros inmigrantes que vinieron a nuestro país. Este encanto está relacionado con la calidad de vida, la libertad y los derechos sociales que como individuos les eran vetados en su país de origen.

Sin embargo, el retorno de muchos jóvenes marroquíes a sus ciudades de origen ha beneficiado en los últimos años el desarrollo del norte del país que sufre en los últimos años una época de cambios, ya que se está explotando el turismo y la burbuja inmobiliaria.

Además, los jóvenes formados en universidades andaluzas llevan un mensaje reformistas que está beneficiando al pensamiento crítico de la población del norte que en estos últimos años también ha desarrollado movimientos sociales, culturales y políticos.

Pero está claro que la crisis económica en España ha acabado de un “plumazo” con la imagen idealista de la vida consumista y próspera en Andalucía. La imagen idílica de un vida de bienestar a 14 kilómetros ha mermado en una población que crece a ritmos más fuertes.

La figura del retornado, los mensajes de los medios de comunicación marroquíes así como el boca a boca en el Estrecho ha reducido notablemente en estos cinco años los flujos migratorios entre dos pueblos destinados a entenderse, y dos regiones que se necesitan a ambas partes de la orilla.