Amnistía pide explicaciones a España por las muertes en…

Entierro del último migrante parecido en las costas de Ceuta. / M.G
Entierro del último migrante parecido en las costas de Ceuta. / M.G

Tras la confirmación del ministro del Interior español de que la policía disparó balas de goma para intentar impedir la entrada de un grupo de inmigrantes en Ceuta, actuación que puede haber contribuido a que al menos 15 de ellos muriesen, Amnistía Internacional solicita una investigación independiente, efectiva y exhaustiva.

Los inmigrantes ahogados formaban parte de un grupo de unas 250 personas del África subsahariana que habían intentado alcanzar suelo español el 6 de febrero cruzando a Ceuta por mar desde el vecino Marruecos.

El jueves por la tarde, en una declaración al Congreso español, el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz confirmó que, el 6 de febrero, miembros de la Guardia Civil española utilizaron material antidisturbios, incluidas balas de goma, para detener a los inmigrantes que se dirigían a nado a Ceuta. Al menos 11 migrantes se ahogaron y un grupo de 23 personas que alcanzaron la playa fueron obligadas a cruzar la frontera y volver a Marruecos sin los correspondientes procedimientos formales.

En su comparecencia, el ministro afirmó que el material antidisturbios se había utilizado de modo que se asegurase que no alcanzaba a las personas que estaban en el mar.

“Independientemente de si los inmigrantes fueron alcanzados, corresponderá a una investigación independiente determinar si la Guardia Civil y las autoridades fronterizas actuaron adecuadamente. Los resultados de esta investigación deben hacerse públicos, y toda persona responsable de cometer violaciones de derechos humanos debe ser procesada”, ha declarado Jezerca Tigani.

El ministro de Interior español ha admitido que la Guardia Civil entregó a 23 personas, aprehendidas en las playas de Ceuta, a las autoridades marroquíes. Afirmó que esta actuación era legal, alegando que los inmigrantes no habían llegado a territorio español.

“Al margen de dónde se encontrasen, es evidente que las 23 personas estaban bajo jurisdicción española tras ser aprehendidas por los agentes de la Guardia Civil española. La actuación de los agentes españoles puede describirse como una operación de devolución forzosa informal, una práctica que consiste en obligar sumariamente a un grupo de inmigrantes a cruzar la frontera de vuelta. Las expulsiones sumarias de inmigrantes o las devoluciones forzosas informales sin darles la posibilidad de impugnar su expulsión constituyen una violación directa de las obligaciones contraídas en el ámbito internacional, de la Unión Europea y de España, y lo mismo ocurre con el rechazo de solicitantes de asilo en la frontera”, ha manifestado Jezerca Tigani.

Amnistía Internacional y ONG locales han documentado diversos incidentes previos en los que parece que las autoridades españolas han deportado sumariamente a personas inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiadas desde Ceuta y Melilla, que en ambos casos comparten frontera terrestre con Marruecos. La organización no tiene constancia de que se hayan iniciado investigaciones sobre estos hechos.

¿Violencia en Ceuta?

Foto de un migrante afectado por el intento de entrada en Ceuta cedida por una ONG. / C.F
Foto de un migrante afectado por el intento de entrada en Ceuta cedida por una ONG. / C.F

«Violentos», este es el termino con el que las autoridades españolas han etiquetado estos días a los centenares de personas provenientes del África subsaharaiana que intentaron llegar a Ceuta y que les costó la vida a más de 15 de ellos.

Violentos es el vídeo donde las autoridades españolas se escudan en no mostrar los ataques con material antidisturbio que aplicaron para frenar el «éxodo» de una seres humanos que huyen generalmente de los conflictos bélicos y la hambruna.

En esta imagen cedido por una ONG muestra lo evidente, que los violentos eran los otros, que los dispararon y gasearon a los migrantes en el mar eran ellos, los curritos de las autoridades españolas.

Este varón muestra la herida de una pelota de goma sobre su frente que le ha afectado a su ojo derecho, y que casi lo ahoga ya que iba nadando hacia Ceuta cuando los agentes los increparon.

El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández, dijo ayer los agentes de la Guardia Civil son el primer frente de contención de la inmigración irregular hacia España y hacia Europa, y les dijo que «sois los primeros que os enfrentáis al drama humano que supone la inmigración. Estoy convencido de que cuando veis a los inmigrantes acercarse a la valla, sois los primeros que os compadecéis de ellos, pero también sabéis que sois los garantes de la protección de las fronteras españolas y lo hacéis con absoluta profesionalidad».

Este mensaje no solo confirma lo evidente, que lo agentes cumplen ordenes, sino que son las autoridades, los que duermen en Madrid los que mandan ejecutar estas acciones que van a quedar impunes pero que desde luego va a servir de precedente.

La inmigración no es un drama, tampoco algo a lo que combatir con armas y muros, es un flujo temporal cuyo problema no está en las fronteras.

Instan a la Comisión Europea condenar a España por…

Inmigrantes en la frontera del Tarajal de Ceuta. / Twitter
Inmigrantes en la frontera del Tarajal de Ceuta. / Twitter

La muerte de al menos 13 personas en su intento de entrar a la Ciudad Autónoma de Ceuta, ha vuelto a poner en duda la eficacia de los muros de la UE. Los inmigrantes subsaharianos trataban de cruzar la frontera española a nado y fueron recibidos con gases lacrimógenos y pelotas de goma por parte de las fuerzas de seguridad del Estado español.

Motivo por el que Izquierda Unida ha presentado en el Parlamento Europeo una pregunta dirigida a la Comisión instando a que intervenga y exija a España que respete el derecho a la vida y la salud de los migrantes que se arropan en sus fronteras, así como que legisle a nivel europeo para obligar que los Estados miembros se vean obligados a proteger la vida de las personas migrantes.

«No podemos tolerar más muertes. En esta ocasión, las Fuerzas de Seguridad del Estado se han visto salpicadas por unas órdenes que han provocado la muerte de al menos 13 personas. Los inmigrantes no son criminales y no es admisible escuchar como el Delegado del Gobierno criminaliza a unos seres humanos que huyen del hambre y la miseria», sostuvo el eurodiputado de IU.

Izquierda Unida en España ha exigido la dimisión del Ministro del Interior al que considera culpable de las citadas muertes. A nivel de la Unión Europea IU va a emplear todos los instrumentos en su mano para que las instituciones europeas no puedan seguir desentendiéndose de la actitud criminal de algunos Estados miembros que no protegen la vida de los migrantes.

Willy Meyer ha insistido: «Llevamos trabajando mucho para que desde Bruselas se le exija a los Estados miembros de la Unión Europea que protejan la vida de los inmigrantes irregulares, estén o no sometidos a un procedimiento de retorno». «Estas muertes no son accidentales sino que son el producto de los muros de esta Europa fortaleza en la que desean convertir a nuestro continente».

«No podemos olvidar cómo nuestros jóvenes están abandonando España para labrarse un futuro en otros países. Estas 13 víctimas han cometido el mismo delito que estos miles de jóvenes españoles: abandonar su país hacia otro para buscarse el pan. Un pueblo debe tratar a los otros tal y cómo espera que los suyos sean tratados y ante esta masacre no podemos guardar silencio», concluyó el eurodiputado.

Por su parte, la asociación Migreurop ha exigido la creación de una comisión parlamentaria que investigue las prácticas policiales en el control de los pasos fronterizos de Melilla y de Ceuta.

Una familia malí

Varios trabajadores de la aceituna en la casa de su patrón junto a la chimenea tras un día de recolección. / Sergio Rodrigo
Varios trabajadores de la aceituna en la casa de su patrón junto a la chimenea tras un día de recolección. / Sergio Rodrigo

«Antes no trabajábamos en el campo, en Malí trabajaba en un hotel, podría vivir allí pero tengo hijos y mujer, quiero darles lo mejor», así justifica su estancia en España Keita, un inmigrante malí que llegó hace casi diez años a la provincia de Jaén, donde comenzó a trabajar con un patrón del pueblo y sus familiares que también tienen terrenos.

Los olivareros de la zona dicen que hace diez años nadie quería trabajar y eran los «morenos», así conocen a los subsaharianos en el pueblo, los que comenzaron a recolectar la aceituna. Keita fue uno de los primeros que llegó al pueblo a trabajar en esta cosecha y tras la campaña se quedó realizando otras labores anuales en los olivares.

Ganó la confianza de su patrón, que lo trata como un hijo y «Es él quién nos lleva a su casa», comenta. Viven en la vivienda del difunto padre de su patrón, unos siete se han instalado y la mayoría han llegado gracias a él. «Este es mi primo, y este mi hermano», señala Keita emocionado junto a su patrón, él les entregó los contratos para que estos pudieran llegar a Jaén sin tener que tomar las medidas arriesgadas de muchos compatriotas.

Y es que en esta casa no solo viven ellos. Hay muchos amigos y paisanos que vienen tras la larga jornada en el campo a pasar un rato junto a sus amigos, muchos viven en otras casas de patrones, pero algunos duermen en las calles.

Mañana no hay campo, ha llovido y el terreno está húmedo, por lo que la noche será larga. Hace frío en la calle y uno de ellos ha cocinado arroz. Otros preparan el fuego para estar calientes durante la noche, un compañero ha traído películas de Malí por lo que la familia estará hoy entretenida.

A esta casa han llegado en pateras, balsas de plástico, cayucos, aviones, saltos fronterizos e incluso debajo de un camión. Pero nadie habla de eso, las penas se pasaron en el camino, ahora solo piensan en trabajar.

Muchos ganan sobre 50 euros al día, descontando los impuestos, una cantidad insólita para sus familiares que siguen en Malí. Allí un sueldo mensual no llega a esa cifra, por lo que dos días de trabajo simbolizan mucha cantidad para sus familiares.

Este es el único impulso que levanta cada mañana a estos temporeros de la aceituna, que han llegado a Jaén a recolectar el aceite que luego se repartirá por el mundo y ha sido calificado como uno de los mejores.

Esta familia lamenta que la situación de crisis haya afectado tanto a los españoles, pero no justifica las críticas hacia ellos ya que no creen que roben ningún trabajo a nadie, es más están convencidos de que llegaron a hacer un trabajo que nadie hacía y tras diez años están más que cualificados.

Reportaje publicado en los periódicos del Grupo Joly

Los temporeros de la estación

Un temporero duerme en la estación de autobuses de Úbeda, con su tendida en un árbol. / José Antonio Bautista
Un temporero duerme en la estación de autobuses de Úbeda, con su tendida en un árbol. / José Antonio Bautista

En la cafetería de la estación discuten varios hombres sobre la situación del pueblo, a su alrededor hay varios africanos agotados del campo tomando café y charlando. Vienen a la oliva, pero no todos logran trabajar en ella, muchos acaban mendigando ante la falta de instalaciones. Es un caso cada vez más habitual durante la campaña de la aceituna.

La provincia de Jaén es uno de los territorios más vastos del mundo en producción de aceite de oliva. Y aunque no siempre fue así, con el paso de los años se ha convertido en un motor económico, que recurrió de la población extranjera para su recolección ante la poca mano de obra local.

La situación provoca que cada año sean más los inmigrantes, sobre todo procedentes del África subsahariana, que vengan a pasar varios meses a la provincia de Jaén. Se encuentran en casi todos los pueblos, la mayoría duermen en la calle, y si no están bajo el olivo vareando, transportan sus grandes bultos de pertenencias.

La situación se vuelve especialmente particular en la ciudad de Úbeda. Más de 200 migrantes se reúnen por la mañana en la estación de autobuses del municipio a la espera de un patrón que les ofrezca trabajo en alguna finca. Éste, como si fuese a casa a recoger a sus temporeros, lo hace a las puertas de la estación.

Los inmigrantes usan la estación como su armario: depositan sus pertenencias que se vigilan de unos a otros, hasta que sus compañeros llegan por las tardes de recoger la aceituna. La mayoría vive en las calles, donde las temperaturas nocturnas llegan a los bajo cero durante la campaña de la aceituna, pero nadie les alquila una vivienda, muchos patrones no tienen casas donde alojarlos, y el Ayuntamiento no abre instalaciones públicas para ellos.

Exhaustos del campo, tienen ahora que enfrentarse a la dura tarea de encontrar el lugar más cálido de la ciudad, ya que sus pertenencias deben salir durante la noche de la estación. Los cajeros, cocheras y parques son los más habituales. Muchos están acostumbrados al frío, algunos han pasado largas temporadas escondidos en los montes de Marruecos, pero el riesgo sigue siendo mortal.

La mayoría se alimenta en los comedores abiertos por Cáritas y la Cruz Roja, así lo ha asegurado a este medio Gerard, inmigrante malí. «Yo trabajo en la aceituna, pero no tengo donde vivir, aquí en la estación es desesperante, llevo semanas sin ducharme y mi ropa está sucia» denuncia este temporero que viene cada año de Francia, donde trabaja en la construcción, para la recogida de la aceituna.

Gerard cree que la población en el pueblo es racista y acusa a las instituciones de no abrir un lugar para acogerlos a todos. Los vecinos se ven enfrentados por la situación, incluso entristecidos por verlos en la calle. Algunos de ellos han pedido al Ayuntamiento de Úbeda, gobernado por el Partido Popular, que abriese las puertas del polideportivo municipal ya que el albergue para temporeros está completo.

PUEDES CONTINUAR LEYENDO EL REPORTAJE EN LOS PERIÓDICOS DEL GRUPO JOLY

Tensa protesta rural de inmigrantes en Villacarrillo

Unos 400 personas, originarios de países subsaharianos, se han manifestado en el pueblo jienense de Villacarrillo pidiendo la aclaración del sucesos de un temporero malí que desapareció el pasado 18 de diciembre cuando trabajaba en la recogida de aceitunas.

La protestas que tenía un aval legal paralizó la recogida de la aceituna en un día tenso en una zona rural donde se está expandiendo las teorías “preferenciaristas”, en el que los ciudadanos autóctonos creen que se debe facilitar la contratación de vecinos autóctonos en vez de ciudadanos extranjeros, reprochando el derecho a la no discriminación en los procesos de selección.

Estas ideas suelen chocar entre patrones y vecinos, ya que antes de la crisis era difícil encontrar trabajadores para la recogida de la aceituna, y eran los extranjeros los que llevaban a cabo estas tareas. Ahora estos puestos son demandados por los afectados del paro en la construcción.

La protesta de los inmigrantes, que acabó con varios altercados, desató un cúmulo de críticas xenófogas en las redes sociales. Los manifestantes pedían acelerar la investigación y aclarar los hechos de este sucesos que está bajo secreto sumarial y que hasta el momento no se ha precisado si ha habido detenidos. Los vecinos criticaban lo sucedido.

Los comentarios en redes como twitter tenían un tinte racista como el del usuario «@manuelluquecan» que decía que «Villacarrillo, una muestra de lo que nos espera si no se pone coto, solo les falto los famosos machetes», o el de @Enri_Martnez «Que se vayan a tomar … a liarla ¿que culpa tiene los habitantes de #Villacarrillo de las opiniones de esos inmigrantes?»

Este tipo de protestas no es habitual, y aún menos en zonas rurales. Las manifestaciones son ejercicios con mayor presencia en los núcleos urbanos, pero cuando estas protestas vienen de los inmigrantes los grupo de ultraderecha aprovechan para ganar votos.

Miles de subsaharianos vagan por la provincia de Jaén en estos meses buscando un puesto de trabajo en la aceituna, muchos ven frustradas sus ambiciones pero otros lo consiguen, no obstante la mayoría duerme en las calles hasta finalizar la temporada, situación que choca entre vecinos, administración y trabajadores.

1000 en 24h

El radicalismo ante estas personas se incrementa en un discurso político peligroso que olvida nuestros errores históricos y afecta significativamente al electorado europeo
El radicalismo ante estas personas se incrementa en un discurso político peligroso que olvida nuestros errores históricos y afecta significativamente al electorado europeo

Agentes de la Capitanía de Puerto y de la Marina italiana han rescatado en el mar Mediterráneo en solo 24 horas a más de 1.000 inmigrantes que partieron del continente africano cuando intentaban alcanzar las costas del sur de Italia en precarias embarcaciones.

La Marina italiana ha informado de las operaciones de rescate que han llevado a cabo desde que comenzó 2014, con 823 inmigrantes socorridos ayer a 80 millas al sur de Lampedusa en cuatro barcazas, a los que hay que sumar los 233 indocumentados del primer día del año.

Entre los últimos migrantes socorridos se encuentran 23 mujeres y 46 menores de edad, provenientes en su mayoría de países africanos y asiáticos, como Egipto, Pakistán, Irak y Túnez.

El origen de estas personas y el punto de partida denotan que la situación humanitaria de los países de origen siguen afectando el flujo migratorio, y que la mala gestión del nuevo estado en Libia ha facilitado la contratación de viajes peligrosos hacia el sur de Italia.

El radicalismo ante los inmigrantes se incrementa en un discurso político peligroso que olvida nuestros errores históricos y afecta significativamente al electorado europeo

El dato se conoce justo el día en el que el eurodiputado alemán Elmar Brok, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, ha propuesto la repatriación de los inmigrantes del Este que acuden a Alemania huyendo de la pobreza y el registro de sus huellas dactilares para impedir que vuelvan a intentarlo.

El radicalismo ante estas personas se incrementa en un discurso político peligroso que olvida nuestros errores históricos y afecta significativamente al electorado europeo de cara a la campaña de los próximos meses.

No obstante, esta problemáticas que va en aumento no tiene previsto solucionarse, de momento, por las autoridades comunitarias que insisten en fortalecer sus fronteras sin reconocer el estatus de estos individuos que no viajan sino huyen del conflicto.

1000 en 24h no simboliza un record para las autoridades italianas, que efectivamente han evitado otra tragedia como la vivida a finales de 2014, el dato simboliza un crecimiento notable de las migraciones en el mediterráneo que comienza el año con más de 1000 personas arriesgándolo todo en la mar.

1000 en 24h tampoco simboliza un empeoramiento la situación en el continente africano, sino las carencias en políticas migratorias de una unión caracterizada en el mundo por su modelo de libre circulación.

Un modelo empecinado en mirar al centro y dar la espalda.