Un bosque de pino en Marruecos corona el último refugio del viaje de decenas de migrantes que se chocaron con la valla fronteriza de Ceuta (España). En los bosques de Belyounech aguardan su oportunidad para dar el salto al continente europeo, el sueño de muchos de ellos tras años viajando por el continente africano, que cada mañana divisan el continente europeo desde lo más alto del monte.
Pero el 6 de febrero de 2014 cambió la historia de las migraciones. Apenas había comenzado el amanecer cuando un grupo de unos 400 migrantes descendían de los montes cercanos a Ceuta. Su meta era el paso fronterizo del Tarajal. Allí hicieron frente a las agresiones de los cuerpos policiales de Marruecos consiguiendo finalmente llegar a la valla española.
La guardia civil los esperaba fuertemente amados con material antidisturbio. Muchos intentaron cruzar por el mar a nado otros saltando las alambradas. El uso desproporcionado de las fuerzas españolas y la falta de auxilio a los migrantes ocasionó la muerte de al menso 14 personas, todas ahogadas.
El futuro de la Unión Europea, Brexit, Trump, y hasta PSG-Barcelona han sido los temas tratados en la reunión del Presidente de la República Francesa, Francois Hollande, y el presidente español, Marianao Rajoy. Una reunión bilateral con tintes europeos, ya que ambos se han mostrado muy preocupados por el bloque comunitario, aunque han querido mostrarse “unidos”.
Desde primeras horas fuentes de Moncloa nos confirmaban que las políticas migratorias y de fronteras estaban presentes en las reuniones, sin embargo descartaban que hubiesen hablado de asuntos como las relaciones con Marruecos o los saltos a la valla de Ceuta.
Pero los periodistas le han preguntado sobre los más de 800 que han alcanzado la ciudad autónoma saltando la valla, o muro, de Ceuta en los últimos días. Para Hollade, que ha criticado al presidente Donald Trump y su política migratoria en la frontera de Estados Unidos con México, se preguntó si la solución era: “¿Qué tenemos que hacer? ¿Que nuestros vecinos nos paguen un muro?”. Además, destacó el presidente galo que “Gracias a Marruecos y Turquía somos capaces de hacer frente a los flujos migratorios”.
Es curiosos que los mandatarios, al igual que Rajoy hace unas semanas, en los últimos meses critiquen el Muro de Trump pero olvidando que durante sus mandatos se reforzaron las cuchillas en Ceuta y Melilla, y se aumentaron los controles fronterizos en la frontera con Italia, y el Reino Unido. Curiosamente en el Canal de la Mancha Hollande ordenó construir un nuevo muro para disuadir la migración que atrapó en Calais durante décadas a miles de migrantes.
Pero el tema era Ceuta. El muro que Europa no quiere ver. Allí más de 800 migrantes han saltado la valla desde el pasado viernes. Curiosamente varios días después de que las autoridades de Marruecos advirtieran el pasado 6 de febrero, a través de un comunicado, que el cumplimiento de la sentencia de la Corte de Justicia de la UE del 21 de diciembre que excluye al Sahara Occidental dentro del acuerdo agrícola, tendría consecuencias en varios ámbitos, principalmente el migratorio.
Para Rajoy las relaciones entre ambos países son «magníficas» y están en «su mejor nivel desde nunca» y «los responsables de las fuerzas y cuerpos de seguridad han puesto de su mano todo aquello que han podido, pero hay batallas que no son fáciles de dar», ha precisado Rajoy quién ha agradecido públicamente el trabajo de Marruecos.
Estos mensajes dejan sobre la mesa la doble moral con la que los mandatarios europeos gestionan los procesos migratorios. Y es que es llamativo ver como Hollande o Rajoy critican las políticas de Trump cuando tanto se parece, sobre todo con acuerdos con Turquía, Marruecos o Libia donde se mercadea con las numerosas personas que se rifan en las vías clandestinas la vida y la muerte ante el cerrojazo de Europa a conceder visados. Y es que Europa se quiere parecer más al EEUU de Obama, es decir al de muros y deportaciones silenciosas, frente al xenófobo popular, por cierto tendencia que gira gran parte del bloque europeo.
Ceuta ha vivido hoy el salto más numeroso de las últimas décadas. Según las autoridades y el 112 de Ceuta unos 500 migrantes habrían llegado a la ciudad autónoma de España sorteando la alambrada fronteriza. Hay numerosos heridos a ambos lados, y 25 han tenido que ser trasladado al hospital de Ceuta.
Es curioso pero todo esto surge varios días después de que las autoridades de Marruecos advirtieran el pasado 6 de febrero, a través de un comunicado, que el cumplimiento de la sentencia de la Corte de Justicia de la UE del 21 de diciembre que excluye al Sahara Occidental dentro del acuerdo agrícola, tendría consecuencias en varios ámbitos, principalmente el migratorio.
En Marruecos numerosos heridos y una persona inconsciente al caer desde arriba de la valla. Salto #valla Ceuta.
El ministerio de Agricultura marroquí señaló que cualquier obstáculo respecto a los acuerdos agrícolas y de pesca conllevaría el riesgo de que se reanude “el flujo migratorio que Marruecos, mediante un esfuerzo sostenido, ha conseguido gestionar y contener”.
Analistas y fuentes saharauis aseguran que este salto “nada tiene de casualidad” y que Marruecos pretende presionar a la Unión Europea ante la complicada relación tras las sentencias europea que excluia al Sahara del acuerdo agrícola ya que violaba el derecho internacional en referencia a lo que el Reino Alauí considera “provincias del sur” que Europa señala en realidad son “territorios ocupados”.
La crisis UE-Marruecos ha salpicado de lleno al ejecutivo de Rajoy que tanto su ministro del interior, con reunión en Bruselas, como el Secretario de Estado tratan de analizar la situación. Por ello el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, informará este viernes desde Ceuta de los últimos datos sobre el operativo dispuesto por el Gobierno tras la entrada de los migrantes.
No sorprende este encontronazo, ya ha ocurrido en otras ocasiones. Lo que llama más la atención es como España mercadea con las numerosas personas que se rifan en las vías clandestinas la vida y la muerte ante el cerrojazo de Europa a conceder visados.
15 migrantes murieron el 6 de febrero de 2014 en un intento de entrada a Ceuta a nado disuelto por la Guardia Civil con pelotas de goma y botes de humo. Las imágenes son claras: los agentes dispararon hacia la zona donde se encontraban nadando estas personas y no auxiliaron a nadie cuando los migrantes se encontraban «unos sobre otros”. Tres años después el dolor de las familias no se ha convertido en justicia.
Un total de 14 de los 16 agentes imputados utilizaron pelotas de goma durante la tragedia, como reconocieron en el informe remitido por la Comandancia de Ceuta al juzgado, publicado por EP. Cinco de los guardias civiles citados, entre ellos el capitán, pertenecen a la Unidad de Compañía Rural de Seguridad de Ceuta. El resto se integra en el Grupo de Reserva y Seguridad número 2 de Sevilla.
Más de 500 personas han reclamado este sábado en Ceuta «derechos humanos» en las fronteras con motivo de la denominada «IV Marcha por la Dignidad», que ha recordado a los 15 inmigrantes fallecidos el 6 febrero del 2014 cuando intentaban entrar por la frontera del Tarajal, un caso recién reabierto por la Audiencia de Cádiz para dilucidar si la actuación de los guardias civiles influyó en las muertes.
Durante los primeros días del año 2017 ya se han registrado las primeras muertes en las fronteras de la Unión Europea, las cuales se dieron en la valla fronteriza de Ceuta, luego de que mil migrantes intentaran cruzarla y murieron allí dos personas. Por otro lado, autoridades españolas interceptaron seis embarcaciones en las costas entre Marruecos y el sur del país
Las devoluciones automáticas en la valla de Ceuta vuelven a ser un motivo de preocupación para ACNUR, y reitera la necesidad de respetar la legislación nacional e internacional que contempla el derecho a pedir asilo y prohíbe las expulsiones colectivas y sin garantías.
De acuerdo con el material audiovisual publicado en varios medios de comunicación sobre los acontecimientos ocurridos en la valla de Ceuta en la mañana del sábado 10 de septiembre, se habrían empleado métodos violentos contra personas de origen subsahariano que eran devueltas a Marruecos tras permanecer varias horas encaramadas en la valla. ACNUR reconoce la legitimidad de los Estados para proteger y vigilar sus fronteras, pero considera esencial que se lleve a cabo en un ambiente libre de violencia y con pleno respeto a los derechos humanos.
ACNUR recuerda además que la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados no limita la posibilidad de pedir asilo a las personas en necesidad de protección internacional, en función del modo o el lugar por el que entran en un país, sea de forma regular o irregular.
El número de refugiados y desplazados por conflictos de los países de África subsahariana supera los 18 millones de personas según el último informe estadístico «Tendencias Globales» publicado por ACNUR el pasado mes de junio. Siendo Ceuta y Melilla las únicas fronteras terrestres de la UE con África, es evidente que podría haber refugiados entre quienes protagonizan los intentos de entrada en España por la vallas de estas ciudades. La falta de alternativas legales y las dificultades existentes para el acceso de estas personas por los pasos fronterizos habilitados para solicitar asilo, les deja las vallas y las pateras como únicas opciones.
Durante el último año y medio, ACNUR ha realizado una serie de propuestas a las autoridades para la puesta en marcha de un marco de actuación claro para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que incluya, entre otros aspectos, un mecanismo de identificación de personas en necesidad de protección internacional y su derivación al procedimiento de asilo.
La Agencia de la ONU para los Refugiados hace un llamamiento al Gobierno en funciones para que consideren la propuesta de ACNUR y pongan fin a la práctica de las devoluciones automáticas en estas las fronteras.