Andalucía

Karma: “Huí antes de ser vendido como esclavo”

Karma a su llegada al puerto de Motril en Granada. / Miguel Pachón
Karma a su llegada al puerto de Motril en Granada. / Miguel Pachón

La marea trae a cientos de personas cada semana desde las costas de Marruecos al sur de España. Son los exiliados del continente africano que suben a las balsas tratando de huir de un continente desangrado y expoliado.

La tarde del 2 de octubre familiares alertaban que en mitad del Mediterráneo 53 vidas se hacinaban a una balsa donde hombres y mujeres rezan para que la marea les lleve a Europa. Entre sus pieles negras está Karma. Como el resto de sus compañeros de viaje, nació en el seno de una familia negra, africana, pero es diferente a los demás: blanco.

Su condición de albino lo obligó a huir de Islas Comoras, el país africano que más golpes de Estado ha tenido desde 1975, más de una veintena. En África cada año cientos de albinos son secuestrados, asesinados o mutilados para usar sus extremidades en prácticas de brujerías, otros directamente son abandonados por sus familiares pensando que son castigos de Dios.  Karma, nombre de batalla de S.K., lleva huyendo desde niño de las estigmatizaciones de los albinos en África.

“Huí antes de ser vendido como esclavo”, relata el solicitante de asilo que salió hace dos años de Islas Comoras, a más de 7.000 kilómetros del puerto de Motril, donde está contando su historia. Llegó a  Nairobi para emprender una ruta hacia el desierto del Sahara, allí las rutas migratorias lo llevarían a Argelia pasando por numerosas fronteras, pero nunca desapercibido. Su rostro atemora a muchos de sus camaradas que le acompañan en la travesía hasta Bouyafar (Marruecos), donde se subió a una balsa para cruzar el mar, pero otros se prestan a ofrecerle ayuda tanto durante, como con un pie ya en tierra firme.

Los operarios de Cruz Roja atienden a los migrantes llegados al puerto. / Miguel Pachón
Los operarios de Cruz Roja atienden a los migrantes llegados al puerto. / Miguel Pachón

Karma nunca pidió asilo en otros países donde había pasado. Su objetivo era llegar hasta Europa. Aquí quería buscar protección, y tras recorrer miles de kilómetros su primera palabra en Europa fue “Asilo”.

Fue el barco naranja quién los localizó en la mar. El equipo de la Guardamar Polimnia le dio su primer trago de agua y una manta tras sortear la temida ruta del Mediterráneo. Ahora su caso va a ser estudiado por España junto al apoyo de Cruz Roja y la ACNUR. Sin embargo en esta nación europea tan solo 3 de cada 10 solicitudes recibidas el año pasado fueron aceptadas, y los colectivos denuncian que la protección apenas cubre seis meses.

“Cómo podría explicarte, pero hay mucha gente en Marruecos que quiere cruzar desde allí” nos cuenta Moni tras llegar al puerto de Motril, viajaba con Karma en la misma balsa y destaca su viaje con las siguientes palabras: “Gracias a Dios tenemos buena salud, y le damos las gracias a Dios por salvarnos la vida. La verdad es que los refugiados de África no tienen otra opción, las fronteras están cerradas y las solicitudes de asilo no se tramitan en las embajadas en África, por lo que la alternativa para miles de personas es un mar donde el flujo entre Marruecos y España ha crecido más del 30% en los primeros nueve meses del año 2016, respecto al anterior.

Grecia

La UE fracasa en su intento de frenar a…

Migrantes y refugiados cruzan el Mediterráneo. Foto: ACNUR/A. D’Amato
Migrantes y refugiados cruzan el Mediterráneo. Foto: ACNUR/A. D’Amato

Los supuestos esfuerzos de la Unión Europea para frenar el flujo migratorio bajo el pretexto de conbatir las redes de trata ha vuelto a fracasar en los primeros 9 meses del año, donde el flujo de personas llegó a más de 300.000 personas principalmente por el Mediterráneo central.

Aunque el acuerdo entre la UE y Turquía ha reducido a más del 90% el flujo en el Egeo, la realidad según ACNUR, la cifra es más baja que la registrada durante ese mismo periodo durante 2015, pero superior a los más de 216.000 migrantes que llegaron en todo 2014.

“El número de personas que fallecieron o desaparecieron entre enero y septiembre es sólo un 15% menor que la totalidad de bajas durante el año pasado. De seguir a este ritmo, 2016 será el año más mortífero del que se tenga registro en el Mediterráneo”, estimó el portavoz de ACNUR, William Spindler, quién ademas advirtió en cambio del creciente peligro mortal que entraña la travesía.

El portavoz indicó que Italia y Grecia continúan siendo los países principales de llegada de los refugiados, aunque con diferentes patrones.Las cifras en Italia durante los primeros 9 meses del año se mantuvieron casi idénticas respecto a 2015, con unas 130.000 llegadas, sin embargo los número sufrieron una fuerte caída en Grecia.

El país heleno acogió a 165.000 refugiados de enero a septiembre, para una disminución de un 57% respecto a 2015, cuando se registraron más de 385.000 llegadas. El 68% de los migrantes proviene de Siria, Afganistán, Iraq, Nigeria y Eritrea.

La ONU ha insistido en dar respuesta a la situación ante el compromiso de minimos acordador por Europa, pero hasta el momento, el plan adoptado por la Unión Europea y sus Estados miembros que debía reubicar a unos 160.000 refugiados, ha trasladado a menos de 5.000.

Europa

Newman, hijo del Mediterráneo

Newman, recién nacido a bordo del Aquarius. Alva White/MSF
Newman, recién nacido a bordo del Aquarius. Alva White/MSF

Apenas 24 horas antes de nacer, sus padres y sus hermanos mayores, Victory (7 años) y Rollres (5 años), fueron rescatados de una balsa de goma donde viajaban hacinados junto a decenas de personas. Cuando nació el bebé, el Aquarius llevaba a bordo 392 personas procedentes de dos lanchas neumáticas rescatadas ayer y de una transferencia de rescatados por parte de otro buque. 155 eran menores de edad, 141 de ellos viajaban solos, sin padre ni familiar alguno. Entre los menores rescatados hay 11 niños menores de 5 años y 4 niños menores de un año.

“Fue muy estresante y duro pasar todo ese tiempo en ese bote de goma. Iba sentada en el suelo de la embarcación junto con otras mujeres y niños. El pánico me hizo romper aguas. Podía sentir el movimiento del bebé; bajaba y subía una y otra vez. Llevaba tres días con contracciones”, explica Faith, la mamá del pequeño.

Jonquil Nicholl, matrona de MSF, asistió el parto: “Ha sido un alumbramiento muy normal en unas condiciones peligrosamente anormales. Me horroriza la idea de pensar qué hubiese ocurrido si el bebé hubiera llegado 24 horas antes; en ese bote de goma inestable, repleto de gasolina en la parte inferior donde iba sentada la madre, hacinado y sin espacio para moverse, a merced del mar. 48 horas antes, todos esperaban en una playa de Libia sin saber qué iba a ser de ellos. ¿Cómo pueden seguir pasando cosas como esta en 2016? Estas familias, esta población vulnerable, estas mujeres embarazadas, estos niños tan pequeños y esos bebés no nacidos que se ven obligados a arriesgar sus vidas en el Mediterráneo cuando deberían estar recibiendo asistencia y protección”.

Desde la reanudación de las operaciones de rescate el 21 de abril, los equipos de MSF a bordo del Dignity, el Bourbon Argos y el Aquarius (este último en colaboración con SOS Méditerranée) han rescatado a 12.003 personas en 89 operaciones de salvamento diferentes.

New arrival on Aquarius

Ceuta

La ONU vuelve a denunciar a España por la…

Las devoluciones automáticas en la valla de Ceuta vuelven a ser un motivo de preocupación para ACNUR, y reitera la necesidad de respetar la legislación nacional e internacional que contempla el derecho a  pedir asilo y prohíbe las expulsiones colectivas y sin garantías.

De acuerdo con el material audiovisual publicado en varios medios de comunicación sobre los acontecimientos ocurridos en la valla de Ceuta en la mañana del sábado 10 de septiembre, se habrían empleado métodos violentos contra personas de origen subsahariano que eran devueltas a Marruecos tras permanecer varias horas encaramadas en la valla. ACNUR reconoce la legitimidad de los Estados para proteger y vigilar sus fronteras, pero considera esencial que se lleve a cabo en un ambiente libre de violencia y con pleno respeto a los derechos humanos.

ACNUR recuerda además que la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados no limita la posibilidad de pedir asilo a las personas en necesidad de protección internacional, en función del modo o el lugar por el que entran en un país, sea de forma regular o irregular.

Por otro lado reitera que la enmienda a la Ley de Extranjería no avala las devoluciones automáticas sin garantías como lo han hecho el Consejo de Europa, diversos Organismos Internacionales, la Oficina del Defensor del Pueblo, instituciones  y juristas de reconocido prestigio.

El número de refugiados y desplazados por conflictos de los países de África subsahariana supera los 18 millones de personas según el último informe estadístico «Tendencias Globales» publicado por ACNUR el pasado mes de junio. Siendo Ceuta y Melilla las únicas fronteras terrestres de la UE con África, es evidente que podría haber refugiados entre quienes protagonizan los intentos de entrada en España por la vallas de estas ciudades.  La falta de alternativas legales y las dificultades existentes para el acceso de estas personas por los pasos fronterizos habilitados para solicitar asilo, les deja las vallas y las pateras como únicas opciones.

Durante el último año y medio, ACNUR ha realizado una serie de propuestas a las autoridades para la puesta en marcha de un marco de actuación claro para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que incluya, entre otros aspectos, un mecanismo de identificación de personas en necesidad de protección internacional y su derivación al procedimiento de asilo.

La Agencia de la ONU para los Refugiados hace un llamamiento al Gobierno en funciones para que consideren la propuesta de ACNUR y pongan fin a la práctica de las devoluciones automáticas en estas las fronteras.

Inmigración

El día más largo del Mediterráneo

Rescuing the first people and bringing them safely back on board of Dignity I
Rescuing the first people and bringing them safely back on board of Dignity I

Casi 6500 vidas fueron rescatadas en el Mediterráneo en el día más largo para las miles de personas que trataron de cruzar hacia el sur de Europa. Cerca de 6.500 atravesaron la ruta más peligrosa del mundo en 40 embarcaciones de plástico y de madera. 

Huyen de la guerra, la violencia, la pobreza y el expolio. Son 6500 vidas que pudieron perderse en el fondo del mare nostrum, sin embargo el día más largo de la historia del flujo migratorio en el mediterráneo deja el trauma a miles de personas de origen subsaharianos, entre ellos menores y mujeres.

El barco de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras, Dignity I, intervino ayer en el salvamento en aguas del Mediterráneo central de unas 3.000 personas que viajaban a bordo de 20 balsas neumáticas y de varias embarcaciones de madera, una de las cuales transportaba entre 600 y 700 personas.

La de ayer es la mayor operación en la que hemos participado en una sola jornada desde que pusimos en marcha la misión de localización y salvamento hace un año”, afirma Nicholas Papachrysostomou, coordinador del proyecto del Dignity I. “Las increíbles cifras hablan de la desesperación que la gente padece en sus países de origen y que les empuja a arriesgar sus vidas para buscar protección en Europa. El Dignity I tiene capacidad para 400 personas pero debido a la situación extrema que vivimos ayer subimos a bordo a 435 hombres, mujeres y niños. Así mismo, tuvimos que emplear todos los chalecos salvavidas con los que contamos: 700, para asistir a otras embarcaciones en peligro. También utilizamos nuestras lanchas rápidas para transferir cuanta gente era posible a otros navíos que operaban en la zona”.

Rescatamos a un bebé prematuro, de tan sólo cinco días, y a su hermano gemelo, que habían nacido tras ocho meses de gestación”, explica Antonia Zemp, responsable del equipo médico. “La madre viajaba sola. Uno de los bebés vomitaba, sufría hipotermia y no reaccionaba. Tras un primer triaje y dado que su frágil estado de salud le habría impedido sobrevivir al viaje a Italia en nuestro barco, decidimos solicitar su evacuación médicaFinalmente, fue transferido junto a su hermano y su madre a otro buque que les llevaría a tierra con rapidez”, añade Antonia Zemp.

El equipo médico de MSF trató a pacientes por deshidratación, hipotermia, diarrea, fiebre y enfermedades epidérmicas. De las 435 personas rescatadas, 353 eran hombres y 82 mujeres. Entre ellos se incluyen 110 menores, 92 de los cuales viajaban solos, y 13 niños de menos de cinco años.

“De acuerdo con la Guardia Costera italiana, cerca de 6.500 personas fueron rescatadas ayer en el Mediterráneo en 40 operaciones de salvamento diferentes”, declara Papachrysostomou. “Esto prueba que la reacción de la Unión Europea a esta crisis que se desarrolla dentro y a la puerta de sus fronteras ha fallado a la hora de responder a las necesidades humanitarias y de protección de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes. 3.167 personas han perdido la vida en 2016 según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y ACNUR. La Unión Europea debe establecer medidas que faciliten alternativas, legales y seguras para que refugiados y migrantes accedan a la protección y seguridad que buscan desesperadamente”.

Andalucía

Papeles mojados tras la huida de Sudán

CqNT9khUAAAthu9

A las puertas de la sede de la Cruz Roja de Tarifa un grupo de fotografías y documentos familiares se secan. Es la única prueba de una pareja de sudaneses para demostrar su afiliación matrimonial y el fruto de su amor, Eline.

En la madrugada del 19 de agosto Mai y su familia se aferraron a los fondos de una balsa de juguete junto a otros 9 camaradas. A remo cruzaron las 7 millas que separa al continente africano del europeo en el Estrecho de Gibraltar. El tiempo era tan bueno que llegaron hasta 3 millas de la Isla de la Paloma en Tarifa, donde fueron rescatados.

No dejan de acariciar sus manos, acaban de sortear la ruta más peligrosa del mundo tras pasar años en Libia donde no pudieron embarcar en el Mediterráneo central. De Sudán llegaron a Egipto y cruzaron a la Libia del terror, la que sortearon para hacer Argelia y Marruecos, aquí no lograron su protección y emprendieron el viaje a Europa.

“En mi país la situación es muy loca” asevera a este corresponsal mientras sostiene en sus hombros a la pequeña Eline, su hija de 3 años con la que huyó. “En Sudán la gente se matan los unos a los otros, es lo más parecido a Siria que hay en África”, insiste este migrante sudanés. Repite lo de Siria una y otra vez, y es que hasta el sabe las dificultades para pedir asilo a los solicitantes que llegan de África, y la realidad lo encierra en los autobuses de la Guardia Civil.

Esta familia dividida huye del terror olvidado de un conflicto estancado en el África negra. El país más joven del mundo está anclado en una guerra civil marcada por débiles acuerdos de paz y la ausencia de ayuda humanitaria a los refugiados que sobreviven en los campamentos.

Pero mientras miles de personas siguen huyendo del horror, principalmente por el mediterráneo central,  en España el protocolo sigue dividiendo a familias como la Mai, el está en un Centro de Internamiento de Extranjeros a la espera de una resolución, su esposa e hija esperan junto a Cruz Roja emprender el fin de su viaje al norte de Europa. Es la primera vez los que dividen, sus papeles ya secos no sortean las estrictas normativas migratorias de España.

Familias desplazadas en Sortoni, en Darfur del Norte. Foto: UNAMID
Familias desplazadas en Sortoni, en Darfur del Norte. Foto: UNAMID
Andalucía

Los riñones de Feiruz

Las carcajadas retumban en la 520, la pequeña Feiruz vuelve a reír tras cruzar la delgada línea entre la vida y la muerte, sus pasitos ya recorren los entresijos del Hospital Infantil donde vive tras salir de un campo de refugiados eternizado en mitad del desierto argelino.

Era una madrugada de junio de 2016 cuando alertaban a la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sahara (FANDAS) del estado terminal de una pequeña refugiada saharaui de solo 6 años cuyos riñones no funcionaban. Las horas eras imprescindibles, pero finalmente logró subir al avión que la trasladó a Andalucía.

La Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Málaga (AMAPS) se responsabilizó de la menor que quedó ingresada en el hospital. El médico decretó el estado “terminal”, pero comenzó un proceso de diálisis, un filtrado intenso de su sangre ante la ausencia de sus órganos, algo que recibía en condiciones precarias en Tinduf, provincia argelina donde reside la causa del Pueblo Saharaui.

En los brazos de Feiruz cuelgan tres marcas, en la mano derecha las cicatrices de la diálisis, en la izquierda dos pulseras, una de identificación del centro hospitalario y otra donde está grabado “Sahara Libre”.

Tiene seis años pero le espera un proceso largo y complejo. Ya espera el trasplante de un riñón y una familia de acogida, ya que sus padres están enredados en la burocracia migratoria para lograr un visado que le permita llegar a España a ver su pequeña, el problema es que aquí ni el Frente Polisario ni la República Saharaui tienen estatus diplomático.

Pero en este tiempo Feiruz ha encontrado su riñón. Miguel, Antonia, Isabel, Margarita, y otros tanto que han pasado durante semanas junto a la menor convirtiéndose en sus órganos. Los voluntarios han entregado su tiempo y ganas para cumplir las funciones de sus riñones enfermos, se han convertido en su trasplante y cada día llevan de forma estricta las dietas, medicinas y hábitos de Feiruz, que encontró en la solidaridad la esperanza para vivir.

Sus órganos en Andalucía son personas con trabajo, de vacaciones, o simplemente con ganas de que Feiruz sobreviva, por ello pasan horas junto a la pequeña. Hoy sus gritos, carreras, risas y besos son parte de la quinta planta donde vive y recibe el cariño del personal médico, enfermos y familiares de enfermos que cada día han logrado salvar la vida de Feiruz.

Pronto saldrá del hospital, una familia le espera, mientras corre la lista de trasplantes la solidaridad hace sus funciones vitales que hoy por hoy la mantienen en pie gracias al empuje de las personas que donaron su tiempo y esperanza a la causa de un pueblo olvidada en los desiertos de los desiertos.