Todo parecía que seguía la «estrategia perfecta». Casi un largometraje de Tom Cruise. Se jugó el tipo, pero una firma precipitada le dejó sin trono en Andalucía.

Ahora espera el terremoto político de las elecciones municipales, aquí se juega la gran ficha de la próxima votación de Susana Díaz en el parlamento andaluz. Las supuesta irregularidades sobre la concesión de la mina de Aznalcóllar a Grupo México, que tiene varias decenas de mineros fallecidos enterrados en una mina, han dejado entrever lo que ya muchos sabían de Andalucía, la «red clientelar», un sustituto del PSOE a la aún dominante oligarquía andaluza.

Perdimos tierras, derechos, y hasta guerras. Sus bolsillos quedaron sellados, Susana tenía que cuidar el virreino de un sistema que ahoga cada mañana a los trabajadores de la comunidad más afectada por la pobreza y el desempleo de la Unión Europea.

Aznalcóllar sangró de negro la arteria acuática de nuestra tierra, ahora la justicia abre una nueva brecha. Seguramente se subsanará y los amigos de Moreno pondrán la mano para que no caiga un sistema que mantiene a dos grande multinacionales de la política.