Una voluntaria de Cruz Roja identifica a varios balseros. / S. Rodrigo Andalucía

Salvamar, el salvavidas del Estrecho

Salvamento Marítimo rescata a una embarcación en el Estrecho. / S.M
Salvamento Marítimo rescata a una embarcación en el Estrecho. / S.M

Salvamento Marítimo se ha convertido un año más en el salvavidas del estrecho entre África y Europa, una llave puente para las migraciones frenadas en Ceuta y Melilla, y que buscan altarnativas como el mar para llegar a Europa.

En 2014 según el Gobierno las actuaciones relacionadas con la inmigración, Salvamento Marítimo ha atendido desde los CCS ubicados en Andalucía a 4.965 personas de 400 pateras.

De ellas, los medios de Salvamento Marítimo trasladaron a puertos andaluces un total de 3.273 personas. El resto fue rescatado por medios marroquíes y trasladados a Marruecos.

Por centros, el CCS Almería ha asistido a 1.824 personas, el CCS Tarifa a 3.135 personas y el CCS Algeciras a 6 personas.

Pero la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) en su balance migratorio en la Frontera Sur durante el año 2014, que elabora anualmente y que posteriormente se incluye en el informe Derechos Humanos en la Frontera Sur, señala en cifras globales de llegada de inmigrantes a nuestro país, que han sufrido un notable incremento en 2014, la distribución geográfica, los métodos de entrada, el género y menores, así como el origen de los inmigrantes. También las cifras de personas que, en el intento de llegar a España, han perdido la vida.

Rafael Lara, coordinador del área de Solidaridad Internacional de APDHA, ha señalado que que en 2014 se ha producido un incremento muy importante de llegadas por la frontera sur, de casi un 50% más respecto al año anterior. Este número se explica por las entradas a través de la valla de Melilla, que han sido de casi 2.500 personas, y por las llegadas a Cádiz en el mes de agosto.

“Peros estos datos no suponen ni una avalancha ni una invasión, es sólo un pequeño porcentaje de las entradas que se producen en toda Europa; ACNUR da la cifra de 207.000 entradas en el continente europeo en el año 2014”, ha apuntado Rafael Lara.

 

En segundo lugar, el informe presenta un incremento del número de mujeres y de menores, sobre todo si descontamos las llegadas por Ceuta y Melilla, donde acceden casi exclusivamente hombres. Importante también es el aumento de personas argelinas que entran fundamentalmente por Ceuta y Melilla. De otras nacionalidades, destacamos los sirios, que huyendo de una terrible guerra y después de vivir una odisea, entran por Ceuta y Melilla con pasaporte marroquí o camuflados entre los subsaharianos.

“Con respecto al número de fallecidos, desde la APDHA queremos señalar que nuestros datos son casi con total certeza inferiores a la realidad. A los gobiernos no le interesa investigar sobre estos temas, sólo interesa a las ONG y a entidades de la sociedad civil. Por eso es sorprendente que con todas las vulneraciones de DD.HH. que están cometiendo los Estados implicados sólo se hayan producido 131 muertes” ha destacado el responsable.

Ceuta

Tarajal, un año sin justicia

Un bosque de pino en Marruecos corona el último refugio del viaje de decenas de migrantes que se han chocado con la valla fronteriza de Ceuta (España). En los bosques de Belyounech aguardan su oportunidad para dar el salto al continente europeo, el sueño de muchos de ellos tras años viajando por el continente africano, que cada mañana divisan el continente europeo desde lo más alto del monte.

Pero el 6 de febrero de 2014 cambió la historia de las migraciones. Apenas había comenzado el amanecer cuando un grupo de unos 400 migrantes descendían de los montes cercanos a Ceuta. Su meta era el paso fronterizo del Tarajal. Allí hicieron frente a las agresiones de los cuerpos policiales de Marruecos consiguiendo finalmente llegar a la valla española.

Un grupo de manifstantes reclaman justicia frente a la frontera del Tarajal en Ceuta. / @APDHA
Un grupo de manifstantes reclaman justicia frente a la frontera del Tarajal en Ceuta. / @APDHA

La guardia civil los esperaba fuertemente amados con material antidisturbio. Muchos intentaron cruzar por el mar a nado otros saltando las alambradas. El uso desproporcionado de las fuerzas españolas y la flata de auxilio a los migrantes ocasionó la muerte de al menso 15 personas, todas ahogadas.

Y es que según las propias imágenes oficiales, un relato judicial y los propios testigos los agentes españoles disparaban pelotas de gomas al mar y gases lacrimógenos para evitar la llegada de los migrantes, el resultado fue la mayor tragedia provocada por las políticas de “seguridad de fronteras”.

Hasta el momento no ha habido responsabilidad, la investigación sigue parada. Pese a la presión de organismos internacionales, entre ellos la ONU. La estrategia del ministro español, que sigue en su puesto pese a pesarle estas vidas, es una campaña de desprestigio contra los perjudicados de las migraciones, que son los propios migrantes, y no contra los que lo combaten con armas.

Un año después, no sólo no se ha asumido ninguna responsabilidad por esta tragedia, sino que la investigación en marcha no ha servido para ofrecer una explicación clara de lo sucedido ni para brindar justicia a las víctimas. Lejos de haber servido de precedente para cambiar las prácticas de control de la considerada “Frontera Sur”, la situación es cada vez más grave. La legalización de las llamadas devoluciones “en caliente” a través de la enmienda prevista en a la Ley de Seguridad Ciudadana es un grave atentado a la legislación española, europea e internacional y a la vida de las personas migrantes y refugiadas que llegan a nuestras fronteras.